Capitulo 15

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Acaricio su cabello y su mejilla

- ¿tener cuidado con qué? - le preguntó. Hinata sollozo todavía más, amenazando con ahogarse si no se calmaba. Naruto la tomó por los hombros y la sentó, tirando el cojín lejos de allí. – ¡HINATA! - le dijo con firmeza muy preocupado por su estado, pero, gracias a esa firmeza ella trato de tranquilizarse y quiso contener sus lágrimas. él tomó un pañuelo, apartó las manos del rostro de su esposa y secó sus mejillas. Estaba tan caliente que le quitó el jersey de lana que llevaba, Hinata se estremeció de frío al quedarse únicamente con la blusa de pijama.

-ahora - dijo Naruto - Cuéntame que ocurre, has dicho que es algo que yo he hecho.

ella lo miró, tenía lágrimas en los ojos e hizo un puchero con la boca. A Naruto casi le dieron ganas de sonreír, porque Hinata era la viva imagen de Himawari. Pero era su esposa, no su pequeña hija, y ella era fuerte a pesar del aire de fragilidad que le rodeaba.

- no llores - murmuró al ver que Hinata Volvía a llorar - Hinata, por lo que más quieras, tienes que decirme que pasa para que pueda ayudarte.

- ¡No puedes ayudarme! ¡nadie puede ayudarme! ¡Estoy embarazada, Naruto! ¡embarazada! - dijo Hinata sin dejar a sollozar y luego trago saliva - ¡dijiste que ibas a tener cuidado!

Fue él el que debió tener cuidado cuando se quedó embarazada de los mellizos, a partir de ese momento fue ella quien a encargo de todo hasta que la píldora le produjo una reacción alérgica, así que Naruto tuvo que volver a encargarse de todo, y, entonces nació Kawaki.

- ¡eres un inútil! ¡puede que sepas dirigir un millón de empresas, pero en todo lo demás eres un inútil! ¡sólo tengo veintitrés años! - dijo balbuceando - a este paso me vas a enterrar antes de llegar a los treinta - Naruto no pudo evitar una sonrisa, pero apretó la cabeza de Hinata contra su pecho para evitar que pudiera verla. - Naruto - continuo con más calma - todavía estoy intentando asumirlo - pero ella estaba aún enfada y se irguió, para decirle todo lo que llevaba atormentándola por tanto tiempo. - ¡me he convertido en una fábrica de niños! -gruño - ahora me explicó porque me tienes tan encerrada. Tus amigos, esos grandes hombres, se quedarían boquiabiertos si se enteraran que también has montado una fábrica en tú casa. Apuesto a que si consultáramos con un sindicato te denunciarían por abuso de contrato.

- ¡Cállate, Hinata! - dijo Naruto que ya no pudo contener la risa por más tiempo - ¡no puedo pensar si me lanzas todas esas acusaciones!

- ¡piensa en que estoy embarazada y no quiero estarlo!

《Piensa en eso todo lo que quieras》 se dijo con amargura

- ¿de cuánto? - le preguntó Naruto después de una larga pausa. Tenía un nudo en la garganta y estaba pálido.

-de tres meses - le respondió ella, sintiéndose estúpida

- ¡tres meses! - dijo Naruto relajándose - ¿Cómo no nos pudimos haber dado cuenta antes? - exclamó tan sorprendió como Hinata en su visita con el médico esa mañana- eso significa...

-Si

Eso significa que debió haber sido en la primera vez que dejó que a acercará nuevamente a ella, después de enterarse de lo de Shion

-ahora me acuerdo de que no se me ocurrió pensar en...

Se hizo el silencio mientras los dos reflexionaban. Hinata seguía sentada sobre las piernas de su esposo, quien le acariciaba el cabello distraídamente. De un momento a otro, se acordó de aquella vez en la que le acarició el cabello de aquella manera, mientras trataba, también, de asumir semejante noticia.
No estaba furioso en aquella ocasión y no lo estaba ahora.

Consecuencias de la infidelidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora