Capítulo XXXIII

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Valentina : Termine de acostar a los niños y me dirigí hacia mi habitación, Juls amor ya te bañaste.

Juliana : No Val estoy en eso, ven ayúdame que no puedo en jabornarme la espalda.

Valentina : Voy chiquita, me dirigí hacia el baño, Juls amor donde estas?.

Juliana: Aquí Val, cuando Val se acercó moje su cabello, me acerque a ella para meterla conmigo a la ducha.

Valentina: Juls amor, eso no se hace.

Juliana: Hice caso omiso a su reclamo y la puse contra la pared, comence a besar su cuello mientras mis manos le quitaba una a una sus prendas, y hasta dejarla en bragas.
Val estas tal cual te recuerdo, tu piel sigue teniendo ese rico aroma que me vuelve loca.

Valentina : Juls te amo, Juls tiene la manera de hacerme perder la razón con tan solo mirarme, sentí como sus manos recorrían cada centímetro de mi piel, mientras su boca hacía magia en mi cuello, sin pensarlo mi ropa cayó y sentí como su lengua hacia conexión con la mia, era un beso lleno de pasión y deceo, de esos que hace más de dos años que no sentía.

Juliana : Recorrer su cuerpo y sentirlo junto al mío era lo que necesitaba para llegar a mi punto máximo de excitación, me parecía irreal que nuevamente mis manos recorrían su cuerpo y mi boca se juntaba con la suya de esa forma, sentí como su lengua se junto con la mía y se volvieron una sola, en ese punto ya nada podía hacer que me de tuviera, tenía que tener a mi esposa en todo su esplendor, me separe un poco para apreciar sus lindas caderas y sus hermosos pechos, mientras ella buscaba la manera de taparse.

Val mi amor que sucede?.

Valentina: Desde hace más de dos años no me encuentro de esta manera, ni tengo la mirada de alguien puesta en mi cuerpo desnudo.

Juliana: Amor es normal, quiero hacerte el amor de todas las maneras posibles y una de esas es con la mirada.

Valentina: Juls, tengo pena que me veas así, ya no soy la muchacha que era cuando me conociste.

Juliana: Bebe eso lo se y me encanta ver la mujer en la que te convertiste, tus pechos siguen siendo mi mayor locura, estas mas hermosa desde la última vez que tuve la fortuna de verte así.
Me acerque nuevamente a sus labios y pegue su cuerpo al mío, el agua de la ducha bañaba nuestros cuerpos desnudos, haciendo que nuestro deceo de amarnos fuera más fuerte.

Valentina: La regadera fue testigo de nuestro amor, salimos del baño y caminamos hacia nuestra cama, Juls, seguía besándome y haciendo que mi deceo aumentará.

Juliana: Mi amiguito estaba impaciente quería sentir nuevamente el baiben de las caderas de mi esposa, por lo que salimos de la dueña y nos dirigimos hacia la cama, acosté de manera delicada a Val, bese cada espacio de su hermoso cuerpo, sus pecho y pezones me pedían a gritos que jugarán y los disfrutará, así que obedeci sus órdenes, y baje lentamente con mi lengua jugué y chupe cada uno de sus pechos, hasta lograr que sus pezones se pusieran erectos de placer, continúe mi camino hasta instalarme en su abdomen, el cual bese y jugué mientras mis manos hacían lo mismo con sus pezones, continúe mi camino hasta llegar a sus largas y tonificadas piernas, las cual bese hasta saciarme, sentí como su cuerpo se estremecía de deceo, con mis manos separe sus piernas y comencé a besar su hermoso entrepierna, hasta colocar mi lengua en la fuente de la vida, mi lengua un poco juguetona empezó a besar y subsionar su cliptori y pude sentir como sus caderas se movían al ritmo de mis besos, poco a poco introduci uno de mis dedos en su intimidad.

Valentina: Al colocarme en la cama empezó a recorrer mi cuerpo, hasta que se instaló en mi entrepierna y comenzó a jugar con ella, con cada beso y subsion mi cuerpo ardía de deceo y pedía que siguiera, sentí como uno de sus dedos invadía mi intimidad y me hacia llegar al punto máximo de mi placer.

Juliana : Saque mi dedo de su intimidad y me coloque de tal forma que mi penetracion fuera placentero, poco a poco introduci mi pene como la primera vez, y sentí el calor de su intimidad comencé dando pequeñas embestidas mientras su cuerpo y caderas respondían a ellas, poco a poco subí de intensidad, y podía sentir como me pedía que siguiera y escuchar cada uno de sus gemidos de placer.

Valentina : Esa noche volví a sentir a mi esposa en todo su esplendor, era de la forma en que la había soñado y recordaba, cada embestida me hacía gemir de placer, hasta lograr que llegara a mi segundo y tercer orgasmo, desde hace mucho no sentía esa sensación tan deliciosa.

Juliana : Al escuchar a mi esposa gemir de placer, me uni a sus gemidos no falto mucho cuando una corriente de calor me hizo terminar y llegar al máximo clímax y sentir a Val en esa misma sintonia, me hizo recordar que nos necesitabamos como la primera vez.

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