Capítulo 3: Dulzura

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Buenas, buenas...

Aquí con un nuevo capítulo.

Agradecer a aquellas personitas que me siguen y votan por mi historia.

Lo aprecio mucho, de verdad,

Sin más, les dejo la continuación,

Espero les guste,

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- Toma – me indicó el profesor Uzui mientras me entregaba los exámenes encargados por el profesor Rengoku.

- Muchas gracias, profesor Uzui-san

- ¿Rengoku ya te dio su dirección y te dijo que hacer? – a lo cual afirmé – ok, espero no andes publicando sus datos, ya que, aunque es un profesor muy extrovertido y todo, cuida mucho de su privacidad.

- Si, comprendo, también me advirtió ese detalle.

Sin más que agregar. El profesor se despidió y se dirigió a su siguiente clase.

Hubo algunos compañeros que se acercaron con curiosidad preguntando por lo que me habían encargado. Yo solo les indiqué que me encargaron llevarlo a dirección, de modo que calmó su curiosidad y me dejaron tranquilo.

Las siguientes clases continuaron normales, una que otra reprimiendo de parte de Zenitsu a Inosuke por lo insolente en su actitud hacia los profesores, o por no dejarlo de llamar Monitsu, bueno, en sí a nadie llamaba por su nombre, como si de una broma suya se tratase.

Al finalizar la jornada escolar, me despedí de Nezuko, ya que ella se iría sola a casa y yo tendría que pasar un rato por la casa del profesor Rengoku.

Le avisé que enviaría mi ubicación en tiempo real y que contestaría todos sus mensajes. Nezuko pese a ser la menor, me cuidaba mucho como si ella fuese la mayor, algo recíproco entre ambos la verdad.

Al llegar a la casa del profesor, noté por fuera de la fachada que era un estilo moderno con ciertos rangos tradicionales japoneses.

"Bueno, entrego esto y me voy", pensé mientras tocaba el timbre de la casa.

- ¡Joven Kamado! ¡¿cómo está?! – me saludó el profesor apenas abrió la puerta.

- Buenas tardes profesor – saludé igual, a la vez que le entregaba los exámenes – le traje lo que me pidió.

- ¡Muchas gracias! – recibió los exámenes - ¿quieres tomar una limonada?

- No quisiera molestar

- ¡No es ninguna molestia! – soltó una risa contagiosa – es lo mínimo, me salvaste de una – me dice señalando los exámenes.

- bueno... la verdad es que si me gustaría un vaso de limonada – en eso, se hace un lado para permitirme ingresar.

Me sorprendió mucho lo iluminado y pulcro que era su hogar. Incluso era una combinación con ciertos detalles tradicionales japoneses, como unas katanas decorativas en su sala principal, o algunos jarrones chinos en el centro de su sala.

Todo con un decorado de color blanco, marrón y vino.

Al rato volvió el profesor con un vaso de limonada y me lo entregó, agradecí. En eso, revisa su celular.

- ¿Me disculpas un momento por favor, mi muchacho? – solo asentí, y se subió por las escaleras hacia la parte superior de su casa.

Miraba curioso los detalles de la casa, había ciertos detalles de flamas adornando de manera discreta la casa, como si fuera un símbolo del lugar.

Chocolate y Fresas (GiyuTan, KyoTan, AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora