Capítulo 5: Fingir

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Hola!

Para empezar, FELIZ AÑO NUEVO!

Aunque un tanto tarde la verdad...

Espero que este año 2022 traiga muchas bendiciones para todos, y que podamos salir adelante pese a la situación del Covid que aún continúa afectando al mundo entero.

Les deseo salud, amor y prosperidad.

Los quiere,

Purple Pot,

*

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19:00

La hora que marca el reloj de mi celular, mientras espero en la mesa del salón que me indicaron los encargados de servicio que mi padre contrató.

Me empiezo a aburrir, así que... un poco de vino no vendrá mal mientras espero a mi cita arreglada.

Apenas estoy terminando el primer sorbo y veo llegar a una señorita, de tez blanca, delgada, bajita, con un vestido blanco corto y cabello recogido con un agarrador en forma de ¿mariposa?

- ¿Rengoku?

- ¿Kocho?

Ambos nos miramos sorprendidos hasta que ella decide romper el silencio, con una risa discreta.

- ¿Sabes?, de todos me alegra que seas tú en esta cita arreglada – se sienta frente mío – es mejor pasar entre dos buenos amigos esto ¿no lo crees?, además, ya que estamos aquí – se sirve un vaso de vino – aprovechemos que todo ya está pagado.

Siendo sincero, tiene razón, preferible pasar este rato con una amiga, antes que un desconocido. Total, ¿qué más puedo hacer?

Pasamos un buen rato entre copas y charla, hasta que llegó la cena.

- Ara, ara... se ve delicioso ¿no crees?

- ¡Sí! – sonríe mientras cierra los ojos levemente.

- Como siempre tan animado, Rengoku-san

- S...si – contesto apenas pudiendo pasar la comida, Kocho me mira y se ríe.

Estaba tan ensimismado comiendo, aprovechando que sirvieron gran cantidad de batatas, las cuales son mis favoritas.

- Pareces un niño, Rengoku-san – me dice mientras me limpio con la servilleta un poco apenado.

- Perdón... estaba tan ocupado que sin querer me salté el almuerzo, y tengo mucho apetito – le confieso avergonzado.

- Dime, ¿y solo de comida tienes apetito? – me sonrojo.

- ¡Kocho! ¡Solo te veo como una amiga! – en eso estalla de risa.

- No te preocupes, somos dos, pero aprovechando, ¿no hay alguien que te mueva el piso?

- ¡¿Yo?! ¡No lo creo! – empiezo a reír fuerte... ya comenzó mi risa nerviosa...

Kocho solo me mira en silencio, con esa ligera sonrisa.

- Yo hubiera jurado que te gustaba el estudiante Kamado – me atoro con el sorbo de vino. Kocho sonríe maliciosamente – Asi que... Kamado-kun ¿no? – sonríe mientras se lleva un pedazo de carne a la boca. Yo me quedo muy avergonzado y siento mi cara arder. No sé si el vino o la mirada de Kocho me hacen soltar de más.

- ¿Cómo lo supiste? – pregunto muy avergonzado. Kocho amplia aún más su sonrisa.

- No lo sabía... solo adiviné – suelta una risilla pícara.

Chocolate y Fresas (GiyuTan, KyoTan, AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora