Primer acto

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La muerte anda cabalgando, muy enloquecida y le han otorgado gran libertad de elegir a quién llevarse, ya no solo se lleva a los ancianos, y personas con enfermedades graves, sino a personas de cualquier edad, y se los lleva a un lugar que me causa pánico, desearía no haber obtenido estos conocimientos. Por suerte, Alex y Laura están en un lugar mejor, pues murieron antes de que todo este gran circo comenzara.

Llevo encerrado en este lugar 15 meses que para mí han sido eternos. Mañana vienen a vacunarme, es la primera dosis, se ríen de mí cuando les digo que de igual modo, algún día moriremos, la inmortalidad no se compra con una inyección creada por mortales.

¿Y saben algo? Justamente, mañana es día de San Patricio. Alex me había dicho que Laura y él, llevaban 3 años y 9 meses de novios. Así que a veces, una forma de creer en la suerte, es creándola.

***

Ella es así como describen a Blanca Nieves, piel tan blanca como la nieve y su cabello tan negro como la noche, pero su mirada está llena de malicia. Hermosa y desborda mucha sensualidad. Su nombre es Rutciel. Aunque reconozco que me agrada venir a visitarla, la realidad es que mi excusa es otra, no funcionaron mis intentos de arreglar las cosas.

...

- De vuelta a mis dominios, Joseph ¿No habrás venido por más conocimiento del caos y del tiempo?

- Sí y a la vez no. Verás, las cosas dieron un giro inesperado. Todo sucedió exactamente igual. Pero esta vez, Altair resultó servir a alguien muy poderoso, cuyo nombre olvidé. Originalmente, ella era una bruja estafadora que apenas y sabía leer la palma de la mano, pero esta vez, pude sentir que podía leer mi mente si se lo permitía.

- E incluso te dejaste seducir por ella.

- Necesitaba obtener información, solo fingí que caía rendido a sus pies.

- ¿Y te sirvió de algo? Ahora estás en un sanatorio mental y todos creen que enloqueciste.

- Tu idea de ayudarnos con tu legión, solo sirvió para enloquecer y atormentar a mis amigos.

- Jamás mentí. El desenlace sería el mismo, y tú disfrutarías de 4 años, de nuevo, junto a tus amigos, sus últimos 4 años de vida. ¿No fue así? ¿O pensabas pasarte de listo y soñabas con que todo cambiaría?

- ¿Entonces para qué recurrir a tus sirvientes? Me ilusioné pensando que si les avisaban cómo sucedería su destino trágico, podrían evitarlo. (Llanto).

- Pero yo no controlo el destino.

- Solo te diviertes haciendo que sucedan las cosas malas.

- Desenredo los nudos de ese destino, por decirlo de algún modo. Ya sabías eso, antes de que te permitiera siquiera oír mi voz.

No me pregunten cómo soportaba mirar a los ojos a esta poderosa criatura, ni tampoco por el hecho de que cuando ella alzaba un poco la voz, ese lugar que emulaba un jardín del Edén, ardía en llamas color violeta y se reducía a cenizas y luego recrearse, nunca en mi vida tuve tanto valor, y creo que lo que me motivaba a visitarla, era repetir esa sensación de valentía. Odio mi destino y odio que todo siga igual o peor.

- Es la segunda vez que te dejo entrar, Joseph, dime, ¿qué tienes pensado hacer ahora?

- ¡Me debes 3 meses, Rutciel! – Sentencié – Tras lo cual, hice que su rostro se ruborizara.

- ¡Así que te diste cuenta! Yo tampoco esperaba que Altair sirviera a alguien, que debo reconocer, es más poderoso que el más tonto de mis Duques.

- Sí, pero no intentes distraerme con más conocimiento sobre reinados oscuros. Nuestro trato era de 4 años y faltaste a tu palabra y mi estimada, eso para mí es imperdonable.

- Ya conoces las reglas, Joseph, al salir por esa puerta, debo tomar algo muy valioso para ti. Y te advierto que nadie se burla de mí. Dime, ¿qué es lo que deseas?

Ella alza la voz de nuevo, pero esta vez solo una suave brisa primaveral aparece. Es allí cuando me armo de más valor...

- Como ya te dije, lo que es imperdonable es la burla que me hiciste. Ya no estás en posición de poner reglas, así que, solo te pido una cosa, regrésame intacto al momento en que estoy en la fiesta de cumpleaños de Alex, aquella noche del 7 de diciembre de 2019, donde me encuentro bailando con Altair.

- ¡Me impresionas, mi querido Joseph! Serías un Archiduque muy valioso dentro de mis legiones. Te doy la oportunidad, al pasar por esa puerta, de regresar al tiempo que me pides, y tienes mi palabra de que no voy a interferir más en los asuntos de tus valiosos amigos. Solo deseo a la bruja.

- Y yo la deseo a ella. Creo que me enamoré, sin saberlo, de ella y quiero regresar con ella.

- ¡Tienes muchas agallas niño! El tiempo de tu existencia es nada en comparación al mío. No sabes nada de nada y, ¿te atreves a darme órdenes?

- Eso me colocaría, o digámoslo en palabras más sublimes, eso me iguala a la posición de tu "Jefe".

Puedo ver como unas cadenas de ¿diamante?, rodean a Rutciel y ella llena de ira me empuja por el portal, esta vez no viajo por un túnel oscuro, sino uno lleno de luz blanca, de un color tan puro que jamás haya visto.

¿Voces en mi cabeza?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora