AIMEÉ
05 de marzo, 2022
«Solo cinco minutos más».
«¿Diez?».
«¿Quince».
Aimeé se echó una almohada sobre la cabeza cuando aquel sonido molesto continuó sonando. Rodó sobre la cama y cerró los ojos con fuerza, intentando deshacerse de él. Aun así, este continuaba sonando. Soltó un bufido antes de finalmente levantarse y apagar la alarma.
Eran las nueve de la mañana.
El sol apenas llegaba a la habitación, con las ventanas bajas y la puerta entreabierta. Le tomó un par de segundos parpadear hasta acostumbrarse a sus alrededores, y notar que Gabriel no estaba junto a ella.
Supuso que se encontraba en la cocina.
Se colocó una de sus camisas y bajo las escaleras hasta llegar a la sala. No había rastro de Gabriel allí. Tampoco en el balcón, siquiera en el baño. Quizá había salido a caminar. Quizá necesitaba su espacio. Aimeé podía imaginar lo mal que debería sentirse. Cuando sus padres murieron, estaba devastada, y Josette era una persona muy importante en la vida del castaño.
Solo por si acaso, decidió enviarle un mensaje.
Aimeé: Te fuiste antes de que me despertara. ¿Quieres que me quede o pido un taxi?
No hubo respuesta durante los primeros minutos, así que para distraerse tomó a Fisgón del suelo, y comenzó a jugar con él. Tampoco hacía daño desayunar, ¿No? Inspeccionó toda su cocina hasta encontrar la cafetera y unas tostadas.
Casi una hora. Gabriel todavía no había contestado, y Aimeé comenzaba a sentirse como una intrusa en su apartamento.
Intentaba entenderlo. Había intentado estar para él la noche anterior, mas podía entender que prefiriera estar solo. No todas las personas afrontaban la perdida de la misma manera, y eso estaba bien para ella. Podía darle su espacio si eso era lo que él quería, lo que necesitaba.
Comenzó a tomar sus cosas, y colocarse la ropa que había llevado en el bolso la noche anterior. Se despidió de Fisgón, y rellenó el agua en su jaula, solo por si acaso.
Cuando el reloj dio las once, y no hubo señales de Gabriel, pensó que aquella era la señal perfecta de que no la quería en su departamento en un momento como ese. Que quería estar solo. Así que se marchó.
...
13 de marzo, 2022.
Nada.
Absolutamente nada.
Una semana de silencio.
No había vuelto a oír de Gabriel desde la mañana en que se había ido de su departamento antes de que ella pudiera despertar. Y el castaño tampoco había contestado ninguno de sus mensajes. Aimeé estaba intentando ser comprensiva. De verdad. Mas estaba comenzando a impacientarse. Podía comprender que no quisiera ver a nadie, pero que se aislara por completo y no diera señales de vida, era algo distinto.
La frustración se había apoderado de ella, por lo que estaba haciendo lo único que sabía hacer cuando estaba molesta: esculpir.
No podía darse el lujo de detenerse a pensar sus razones, o de intentar hablar con él. Tenía una exhibición en un poco más de un mes, y la cantidad de detalles de los que tenía que encargarse, sin contar todas las pinturas que todavía le quedaban por terminar, eran demasiados. Por suerte, Célestine se encargaba de la mayoría de las cosas, y eso le quitaba una enorme carga de sus hombros.
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El arte de amarte (DAS #1)
RomanceEncantadora, dulce, apasionada. Esa era forma en que la prensa describía a Aimeé Salomón, la joven artista que había conquistado gran parte de Francia con sus pinturas y esculturas. Crítico, cruel, frío. Así veían la mayoría de las personas al pe...