Una calida Bienvenida

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Todo ocurrió demasiado rápido...para mí, pero para ella todo ese tiempo era uno de los mejores de su vida, se podría decir que ella le gustaba vivir la vida al máximo, pero a mí más me gustaba las batallas pokemon, pero ese fue uno de los cuantos motivos de porque la perdí para siempre.

Todo comenzó una mañana en el puerto de la región de Kalos, estaba con mi compañero pikachu estábamos muy felices de haber llegado, por fin libraría una de mis batallas de gimnasio o eso creía, hasta que apareció ella, estaba con un sombrero color rosado y una cinta color negro, eso es lo único que recuerdo despues de ese golpe en la cabeza que me di contra la puerta de la estación, hasta creo haber escuchado una risa por parte de ella.

—Por Arceus, espero que nadie mas me haya visto.

Me levanté y me dirigí al centro pokemon para poder descansar, pero cuando la enfermera Joy me entrego las llaves de mi habitación me encontré con ella, se me acerco y me pregunto:

—¿Cómo esta tu cabeza?

—E-estoy bien, no te preocupes por eso—dije intentando sonar normal.

—Me alegro de que estés bien, ¿pero por qué te diste ese golpe? Si tu mismo sabias que la puerta estaba frente tuyo.

—B-bueno si sabía que la puerta estaba frente mío, solo que...me parecías conocida eso es todo.

Ella se me quedo mirando muy extrañada, como si estuviera recordando. Yo no la conocía o eso pienso creer. Pero ahora que lo pienso, tal vez lo haya visto en algún lugar quizá en aquel campamento hace ya varios años.

No pude recordar nada hasta que la chica me abrazo sorpresivamente diciéndome:

—Me da mucha alegría que aun me recuerdes, despues de tanto tiempo Ash.

—E-espera un momento, ¿Serena?

—Si Ash, ¿ha pasado mucho tiempo verdad?

—Créeme que sí, pero ¿cómo supiste que era yo?

—Pues eso es muy fácil—tocando mis mejillas—Esas marcas solo pueden tener una persona que conozco de tiempo—para final darme una sonrisa.

—Y dime Ash ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?

—Pues si te lo cuento ahora créeme que no nos alcanzara la tarde—devolviéndole la sonrisa.

—Ahora eres una caja de sorpresas ¿eh, Ash Ketchum?

—Jajaja, solo es una pequeña parte de mí, Serena.

—Me gustaría saber lo que hiciste todo este tiempo —dando una pequeña carcajada.

—¿Te parece si nos vemos mañana? —sugerí.

—Claro que me gustaría ¿te parece mañana a las 8?

_Nos vemos a esa hora entonces—levantando la mano.

—Hasta entonces, Ash—Tomando mi mano.

Ya se hacia tarde, el sol ya casi ni se notaba. El frio se empezaba a sentir, ya era una señal para ir al centro pokemon y descansar. Me despedí de Serena prometiendo que nos veríamos a la mañana siguiente.

Justo antes de perderla de vista recibí una llamada de mi madre, le contesté y le comenté que estaba bien que no tenía nada de qué preocuparse, mientras caminaba para el centro pokemon y así entrar a la habitación asignada de la enfermera Joy.

—Mañana será un importante día, al menos tendré a alguien que me acompañe en este nuevo viaje por Kalos—dije estando ya en cama—Eso me recuerda que debo preguntarle si le gustaría viajar conmigo, de esa manera podre conocerla mucho más—Mencionaba antes de quedarme dormido.

CONTINUARA

Empezando Nuestra Historia (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora