Hadar💫

402 72 15
                                    


La noche pintaba sus tonos oscuros y profundos en el infinito firmamento, el alma de cada lobo se regocijaba en reconocimiento ante la presentación de aquella luna mágica que se estaba convirtiendo en el alma pura de la manada.

Los pasos de Yoongi son vacilantes, más en ningún momento se detiene. Le han informado que el salón de bailes está bajando las escaleras y mientras continúa con su recorrido es que piensa en algún método que le resulte eficaz para poder escapar. Sin embargo, todas esas esperanzas quedan sepultadas cuando nota la presencia de muchos guardias en cada uno de los pasillos que va recorriendo.

<<Tengo que salir de aquí>> el movimiento violento que sacude su interior es lo que secunda aquel pensamiento que cruzó por su mente.

Finalmente baja el último escalón y frente a él hay dos grandes puertas de madera pulida, el bullicio del interior puede escucharse con claridad, así como el sonido de melodías alegres que seguramente han creado un ambiente festivo del cual el Omega no desea formar parte.

Una sonrisa amarga se dibuja en su maquillado rostro, desde que lo llevaron a ese lugar nunca le preguntaron lo que quería o no; entonces, ¿Por qué seguía sorprendiéndose?

—Omega luna —el llamado a su lado logró sacarlo de sus pensamientos, Jimin volteó a su derecha para ver a uno de los guardias mirarle con un atisbo de impresión que elevó su mal humor—. Ha llegado el momento de su presentación con la manada, por favor acompáñeme.

—No será necesario —Yoongi enderezó su postura y con seriedad continuó—. Conozco el camino.

El Omega abrió las grandes puertas e hizo su entrada, dejando atrás a un guardia completamente patidifuso. Yoongi ingresó al salón con la mirada fría y clavada al frente, infinidad de personas le veían con curiosidad y sorpresa, pero él no les devolvía la mirada.

No, su completa atención yacía en el egocéntrico alfa que le esperaba en el otro lado del salón, con una odiosa sonrisa en el rostro.

Park Jimin permanecía de pie en la pequeña tarima donde había dos tronos. Su traje negro con detalles dorados le daban la majestuosidad que lo hacía líder, mientras que sus ojos profundos se deleitaban con la imagen del hermoso Omega, sin ningún tipo de restricciones.

Yoongi para él era la posesión más valiosa que había adquirido. Una belleza sin igual que mantenía en completa euforia a su lobo, a la vez que su mismo orgullo como alfa crecía al saber que aquella valiosa joya le pertenecía sólo a él.

El mismo rayo fértil que la luna otorgó a sus tierras estaba concentrado en aquellos ojos azules que le veían con suma molestia, pero aquello a Jimin no le importaba. Lo único presente en su mente era la posesión que tuvo con aquel hermoso lobezno, al que haría suyo hasta convertirlo en el manto luminoso de su poderosa manada.

—Gran manada del norte —la voz del líder causó el completo silencio en el lugar—. Presento ante ustedes a la joya más preciosa de estas tierras —Jimin tomó la mano de Yoongi y lo guió al centro del salón—. Él será quien lleve mi descendencia, mi omega y rayo lunar que nos dará buena fortuna —besó el dorso de la mano, ocasionando un escalofrío en el menor—. Él es Min Yoongi, y es todo mío.

—En tus sueños, alfa de pacotilla —murmuró Yoongi entre dientes, una sonrisa tensa en su delicado rostro mientras saludaba con la mano libre a todos los presentes.

Jimin apretó la mano que sostenía. —No me retes, mi Omega. Ya viste un poco de lo que puedo ser capaz de hacer, y siempre consigo lo que quiero.

—¡El baile va a comenzar! —anunció el consejero del líder.

El alfa tomó a su omega en un agarre posesivo, la mano derecha se unió con la más grande, mientras que la izquierda se posaba en la estrecha cintura donde dejó un par de caricias que estremecieron al menor. Unos segundos más bastaron y finalmente una suave melodía dio comienzo, siendo acompañada de los suaves movimientos de ambos al danzar.

Los pasos de Yoongi carecían de práctica, pero eran sutilmente cubiertos con la destreza de Jimin al bailar. La mirada del alfa permanecía fija en el pequeño Omega, ninguno de ellos hablaba y no lo creían necesario, sobretodo al tener tantos ojos puestos en ellos.

—Sonríe más, querido —murmuró Jimin con una mirada cargada de travesura.

Yoongi frunció el ceño. —Los prisioneros nunca sonríen.

—No dramatices —reprendió el mayor—. Tú no eres un prisionero, eres mi omega.

El Omega le miró profundamente. —Para mí es lo mismo.

—Pronto te acostumbrarás a tu nueva vida —la mirada del alfa adquirió un matiz oscuro y cargado de amenaza—. Me encargaré personalmente de ello.

Aquellas palabras calaron en lo profundo de los sentimientos del omega. Yoongi bajó la mirada cuando sintió la tibia lágrima que salió de su ojo derecho hasta deslizarse en completa agonía; podía sentir el lamento de su lobo, emitía sonidos lastimeros que ocasionaban un sentimiento cargado de pesadez que le impedía respirar con normalidad, y, pese a todo lo que estaba viviendo, se obligó a levantar la mirada para ver al causante principal de su desdicha.

Porque no importaba lo perdido que se encontrara o lo frágil que se sintiera; él jamás permitiría verse débil ante un hombre tan ruin como lo era aquel alfa con el que bailaba y que lo había presumido tan vergonzosamente como si de un trofeo se tratase.

El baile continuó por unos minutos más hasta que finalmente finalizó. Yoongi respiró con tranquilidad y con sutileza se alejó de aquel tacto que se negaba a soltarlo. Jimin frunció el ceño y no tardó en demostrar su disgusto ante las acciones del omega, pero tampoco pudo decirlo en palabras porque el menor se estaba comportando acorde a la situación y sabía que él debía hacer lo mismo.

Fue en el punto más alto de la noche donde todo cambió.

La fiesta estaba por culminar y a pedido de Jimin ambos habían abandonado el salón de celebración. El Omega quería caminar por los alrededores, y como sabía que jamás podría hacerlo solo, le pidió a Jimin que lo acompañara ya que no existía otra manera de obtener un poco de aire fresco en aquel lugar.

Los ojos del menor se fijaron en la hermosa luna brillante que iluminaba los espesos bosques, y mientras una sonrisa hermosa se formaba en su rostro al contemplarla con devoción, el alfa por primera vez era víctima de un nuevo sentir que lo había desestabilizado por completo.

Y sólo entonces pudo sentirlo con completa nitidez… aquel poderoso aullido que emitió el lobo de su interior ante la vista preciosa de su media luna.

—¿Realmente… —retrocedió un par de pasos mientras dejaba la pregunta a medias.

¿Cómo era posible? Según tenía entendido, Yoongi pertenecía a otra manada… ¿Cómo es que la Diosa Luna le dio por alma gemela a un lobezno de tal estirpe?

Yoongi, quien había notado el cambio drástico en el alfa decidió preguntar:

—¿Sucede algo?

—Eres tú… —la mirada del mayor se encontraba brillante en sentimientos que no podía controlar.

Porque ese era su lobo presentándose por primera vez en su verdadera esencia.

Aquella misma que sólo podía mostrar cuando conocía a su pareja formada por la luna y tejida por las estrellas.

Aquella misma que sólo podía mostrar cuando conocía a su pareja formada por la luna y tejida por las estrellas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✨Luar✨|| (Jimsu) versión [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora