6. Luna Lovegood.

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(VIOLET)

La noche antes de regresar a Hogwarts no pude dormir ni un poco, me levanté muy temprano y baje mis cosas hasta el vestíbulo. Océano se posaba muy cerca de mí en todo momento.

Una hora más tarde la casa comenzó a sumirse en el desorden, Fred  y  George  habían  encantado  sus  baúles  para  que  bajaran  la  escalera  volando, ahorrándose  así  la  molestia  de  transportarlos,  y  éstos  habían  golpeado  a  Ginny  y  la  habían  hecho  bajar dos  tramos  de  escalones  rodando  hasta  el  vestíbulo.  La  señora  Black  y  la  señora  Weasley  gritaban  a  voz en cuello.

Harry aún no estaba listo y en su escolta parecía faltar alguien por lo que aún no nos podíamos ir y por la hora que era incluso podíamos perder el tren.

Calem y Cora bajaron cuando la señora Weasley ya había curado a Ginny.

-En cuanto lleguemos a Hogwarts y tenga oportunidad revisare tu estado, Violet- me dijo Calem con amabilidad -mamá me ha dejado un poco de su poción y también me enseñó a prepararla, así no tendrás que recurrir a ningún veneno cuando te sientas mal.

Estaba segura que mi cara se había puesto muy roja y trate de agradecer tan tranquila como pude.

Cuando por fin bajaron mi trio de amigos la señora Weasley se apresuro en llamar a Harry -Harry,  tú  vienes  conmigo  y  con  Tonks- gritó para  hacerse  oír  -Deja  tu  baúl  y  tu  lechuza;  Alastor  se encargará  del  equipaje… ¡Oh, por favor, Sirius! ¡Dumbledore  dijo que  no!

Un  perro  negro  que  parecía  un  oso  había  aparecido  junto  a  Harry  mientras  éste  trepaba  por  los  baúles amontonados  en el  vestíbulo para  llegar a  donde  estaba  la  señora  Weasley.

-En serio… —dijo la  señora  Weasley  con desesperación—. ¡Está  bien!- Luego  abrió  la  puerta  de  la  calle  de  un  fuerte  tirón  y  salió  a  la  débil  luz  del  día  otoñal.  Harry  y  el  perro la  siguieron. 

Después de ellos salimos en pequeños grupos. Moody se encargó de llevar todos los baúles. Ron, Hermione, Cora y yo llegamos  con el señor Weasley y tiempo después llegaron Calem, Fred,  George  y Ginny  con Lupin.

-¿Algún problema?- gruñó Moody.

-Ninguno- contestó  Lupin.

-De todos modos, informaré a  Dumbledore de lo de Sturgis- afirmó  Moody -Es la segunda vez que no se  presenta en una  semana.  Está  volviéndose  tan  informal  como  Mundungus.

-Bueno, cuidense mucho- dijo  Lupin  estrechándonos  la  mano  a  todos.  Por  último  se  acercó  a  Harry  y le  dio  una  palmada  en  el  hombro -Tú  también, Harry.  Ten cuidado.

-Sí,  no  te  metas  en  líos  y  ten  los  ojos  bien  abiertos- le  aconsejó  Moody  al  estrecharle  la  mano -Y esto  va  por  todos:  cuidado  con  lo  que  ponen  por  escrito.  Si  tienen dudas,  no  se les ocurra  escribirlas  en sus cartas.

-Ha sido  un  placer  conocerlos- dijo  Tonks  abrazando  a  Hermione  y  Ginny -Espero  que  volvamos  a vernos  pronto.

Entonces   sonó   un   silbido   de   aviso;   los   alumnos   que   todavía   estaban   en   el   andén   fueron apresuradamente  hacia  el  tren.

-Rápido,  rápido- nos  apremió  la  señora  Weasley,  atolondrada,  abrazándonos a  todos,  y  a  Harry  dos veces.

Irina había aparecido en algún momento y abrazaba a sus hijos con cariño, finalmente beso sus mejillas y se despidió de todos los demás con una mano.

¿Violet? y la orden del Fénix. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora