No sé dónde estoy cuando abro los ojos. Miro a mi alrededor en busca de algo que pueda ayudarme a ubicarme en el espacio y el tiempo en el que me encuentro, y me cuesta algunos segundos reconocer el sofá de mi casa.
Tardo poco en reconocer a Trent, quien descansa en el sillón de enfrente, y de golpe flashbacks de lo sucedido inundan mi cabeza.
Trent llama. Yo corro. Trent pelea con chico. Lena adopta a chico. Chico=Cent. Cent en mi cama.Joder, pensaba que todo había sido un sueño.
Cojo el móvil para ver la hora: las 3:23 de la mañana. A penas he dormido una hora, cuándo intento levantarme oigo como toda mi espalda cruje y siento algunos pinchazos en ciertos músculos. Puto sofá.
Suspiro, sera mejor que vaya a la cama de mamá si quiero dormir algo. Al levantarme veo encima de la encimera de la cocina los cereales intactos, y respiro tranquila al pensar que Cent aún debe estar en casa. ¿El porqué saber eso me produce tranquilidad? Ni idea.
Subo las escaleras y al pasar por delante de mi habitación se me hace imposible no echar una ojeada a mi cama. No es que quiera verlo desnudo, solo es por asegurarme de que no me ha robado hasta el peluche de Eeve y luego ha huido por el balcón.
Me quedo helada al ver la cama vacía y de repente la idea de que haya podido escaparse con algun objeto de valor no me parece tan disparatada. Al fin y al cabo, lo he conocido hace menos de tres horas en una pelea de calle.
Entro en la habitación cautelosamente, y aunque la cama está vacía se vislumbra una silueta tras las cortinas que dan al balcon. Suelto el aire que había estado conteniendo y me dirijo en su dirección sigilosamente, con la intención de que no me oiga.
Lo veo de espaldas, tumbado en una de las hamacas mientras se fuma un cigarrillo. Aunque la noche es oscura la luz de la luna ilumina su pelo, otorgándole un tono mucho más brillante del que había visto bajo la luz de mi baño. Todo está en silencio, tanto que lo único que puedo llegar a oír es mi propio corazón y el sonido de su respiración al expulsar el humo.
Deja de mirarlo Lena. Das miedo.
Ese pensamiento me empuja a salir al balcón, dejándome golpear por la brisa nocturna.
— ¿No puedes dormir?— le pregunto en una voz tan tenue que incluso dudo de si me ha oído.
Él ni siquiera se gira, solo acerca su mano hasta su boca otra vez y da una fuerte calada antes de responder.
— Tengo miedo de hacerlo y no poder despertarme en 12 horas.
De pronto me inundan la mente sus ojos, enmarcados por unas oscuras ojeras. Avanzo por el balcón hasta que estoy delante suyo, de espaldas a la calle y apoyada en la barandilla.
— ¿Llevas mucho sin dormir?
— ¿Qué haces tú despierta? ¿Tienes miedo de que te robe?— dice él, con un semblante tan serio que me planteo si es una pregunta en serio. No me da miedo que me robe, tampoco es que tenga nada que valga la pena quitarme. Como mucho podría hacerse con un par de braguitas usadas y venderlas por internet.
Veo como le da otra calada al cigarrillo, que está prácticamente consumido, y me pregunto si se encenderá otro cuando ese se acabe. Espero que sí, porque ver a este hombre fumar es la cosa mas sexy que he presenciado nunca. La forma en la que posa gentilmente el tabaco entre sus labios gruesos, para luego expulsar el humo con una tranquilidad envidiable.
¿De qué estábamos hablando? Ah si, de porqué no duermo.
— El sofá es una mierda.
— ¿Por qué no has dormido en tu cama?
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Amethyst
Teen Fiction"¿Qué pasaría si algún día se abrazaran el amor y la muerte? ¿Se moriría el amor o se enamoraría la muerte? Tal vez la muerte moriría enamorada y el amor amaría hasta la muerte."