La historia del sótano

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– No quiero estar en la cena! -dije ya harta de que traten de convencerme.

– Y yo dije que si irás! -dijo mi papá.

– Pero, pa. No quiero ir a cenar,es muy aburrido. -dije dejando mi plato.

– Si limpias todo. No tienes que cenar, pero si no limpias. Estarás en la cena. -dijo levantándose de la mesa.

– Bien. Lo haré. -dije parándome.

[...]

Cuando terminaron de comer no tenia ganas de hacer nada, pero si no lo hacía tendria que cenar. No es que me caigan mal o algo, pero en las cenas siempre estoy aburrida, incomoda y para eso prefiero quedarme en mi cuarto o en el sótano.

En fin, comencé a limpiar la mesa. Cuando termine lave los platos y me dolía la espalda. Me fui a mi cuarto y me acosté en la cama. Me estaba durmiendo cuando alguien toca la puerta del sótano y yo seguía en la mia. Cuando siento que alguien me mueve.

– Levántate, pelirroja. -dijo alguien moviéndome.

– No jodas, nene. -dije poniéndome de costado.

– Una cucaracha! -dijo asustado.

– No pasa nada, agarra la sandalia y mata a la cucaracha. -dije sin prestar atención.

– Dalee! Levántate, nena. -dijo bajándose de la cama.

– Yaaa! Ya me sacaste el sueño. Que querés? -dije levantándome.

– Averiguaste lo de la historia de el sótano ese? -dijo Sam.

– No, me dio flojera. -dije amarrando mi cabello.

– Bueno, tendrás que averiguar porque hoy tengo una cena con los amigos de la pareja de mi mamá y no podré venir. -dijo Sam.

– Y ¿como se supone que te muestre si estarás en la cena esa? -dije cruzando los brazos.

– Me mandas foto de lo que dice y ya. -dijo Sam.

– No tengo ni tu número. -dije sentándome.

– Bueno, es...-dijo Sam.

– Bien, pero si sale borrosa es culpa del celular. -dije alzando los brazos.

– Bueno, ya me voy. Se me hace tarde. Adiós, pelirroja. -dijo Sam yéndose.

– No me llames pelirroja! -dije cerrando la puerta del sótano.

[...]

Luego de que Sam se fuera, me fui a la cocina y traje dulces y agua para el sótano. Me tiré al sillón y agarre el libro, pero como no tenía ganas de leer el libro le tomé una foto al libro y se la mandé a Sam, no me di cuenta que estaba borrosa y dejé mi celular en modo avión. Me fui a la cocina con cuidado de que mi papá no me vea y me lleve a comer con sus socios, pero cuando estoy en la cocina veo a ¿Sam? ¿Que hace éste nene en mi casa?

– Que haces vos acá? -dije a Sam.

– Vos que haces acá? -dijo Sam.

– Primero me respondes.-dije cuzando mis brazos.

– Bueno, bueno. Esta es la cena de los amigos de Watson. Y tú que haces acá? -dijo Sam

– Pues, es mi casa. -dije obvia.

– Cierto! Nunca la vi por fuera. Oye, la foto que mandaste no se ve nada. -dijo Sam.

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