¿Andai robando gatos?

Capítulo cuatro 𐙚 Instagram Post

Kaydem

Sentí un bulto al lado mío a penas me desperté y, seguido de eso, unos dedos empezaron a trazar círculos en mi brazo, dándome escalofríos.

—Hola,—la voz de la Sara me hizo girar la cabeza hasta quedar con la mirada fija en ella.—¿Cómo dormiste?

Sonreí a boca cerrada.—Bien.

Ella se acercó a darme un beso corto.—Qué bueno.

Recuerdo que anoche ella se fue temprano de la casa del Sebastián y me llamó para venir a su casa. Al principio le iba a decir que "no", porque no tenía ganas, pero, recordé lo que hablamos con la Belén en la tarde.

Así que, ahora estoy aquí.

—No pensé que ibai a venir.—me dijo y miré sus ojos, que se veían con más emoción que de costumbre.—¿Por qué andai tan cariñoso?

—Hablé con la Belén.

Ella frunció el ceño.—¿En serio? ¿Qué te dijo?

—Que tenía que esforzarme un poco más... Contigo.—le dije y ella me miró con emoción.—Y que erí una romántica, de esas que le gustan las citas y todo eso.

Se rió.—¿Eso te dijo? Bueno, es verdad.

—Entonces... podríamos salir.—le dije en voz baja, dudando un poco de lo que estaba haciendo.—si querí.

La Sara me miró sorprendida.—¿En serio? ¿Como una cita?

Asentí.—Sí.

Se tiró a abrazarme.—Ay, tengo lugares súper bacanes pa' que vayamos.

Sonreí.—¿Si?

Ella asintió.—Pero tenemos que planearlo todo bien, pa' que no salga nada mal.

—Bueno.

—Te amo tanto, Kay.—Escuchar eso fue como un puñal en el pecho, porque era la primera vez que me lo decía y a mí aún me costaba decirle que la quería.

No le dije nada, solo me acerqué a darle un beso.—Me tengo que ir.—me levanté de la cama y me puse las zapatillas.

Definitivamente estaba arrancando.

—¿No te querí quedar un rato más?

Negué.—Me comprometí con mi mamá. Aparte, tú igual me dijiste que teníai cosas que hacer, así que...—me interrumpió.

—Ah, no.—habló rápido.—Ya no.—se encogió de hombros.—Puedo cancelarlo, si era verme con el Seba nomás.

—Tengo que irme.

Ella hizo un puchero.—Bueno.

Me acerqué a darle un beso corto.—Nos vemos.

—Te mando todo por whatsapp.—me dijo, refiriéndose a la cita.—Contesta si po'.

Me reí.—Sí.

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A penas abrí la puerta del departamento, sentí risas en el living y rogué pa' que no estuviera la polola de mi mamá, porque cada vez que viene, alguna discusión se atraviesa entre nosotros.

Caminé lento y me quedé inmóvil al ver a mi mamá sentada al lado de la Belén, mientras le mostraba las fotos de cuando era cabro chico y las dos se reían.

Esta hueá no me puede estar pasando a mí.

—Entonces, le pusimos Kaydem porque yo me llamo Katia y su papá Demetrio.—habló mi mamá, contando su historia favorita de como eligió el nombre que me ha atormentado durante toda mi vida.—Así que los mezclamos.