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Sus labios chocaban dejando que sus labios hicieran su propio sonido, moviendo sus lenguas al compás y apasionadamente.

Las piernas de atsumu alrededor de la cintura de sakusa haciendo que sus partes se rozaran no ayudaba en nada.
Sus jadeos eróticos hacían que el pene de sakusa se pusiera más erecto y atsumu jadearan más fuerte por la sensación.

Estaban en el pasillo de la entrada de el departamento de atsumu cuando sakusa le empezó a repartir besos eróticos por su cuello a atsumu, llevándolos a esta situación erótica.

El pelinegro con mucho cuidado recargo a atsumu en una de las paredes aún con el colgado en su regazo.
– haré que te vengas todas las veces posibles y en cada lugar que desees

Atsumu solo gimió en respuesta al murmuró de su pareja en su oído.
Sakusa comenzó a quitarle la playera a atsumu con cuidado de no tirarlo en el proceso, ya una vez acabado dejo sus labios y se dirigió a los erectos y rosados pezones de atsumu, succionandolos mientras dejaba marcas en su alrededor.

Sostuvo sus nalgas masajeandolas y agarrándolas para empezar a caminar hacía la habitacion dónde se hallaban los condones y lubricante.

Sakusa dejo a atsumu en la cama sutilmente para abrir uno de los cajones de atsumu y sacar lo necesario para dejarlos a un lado en lo que preparaba a atsumu.

Le retiró sus pantalones junto a sus boxes y empezó a masajear y chupar entre  sus muslos dejando chupetones donde pudiera.
Sin pensarlo dos veces sakusa empezó a chupetar su entrada para poco después meter el pene de atsumu a su boca, enviándole una corriente de exitacion y provocando que su espalda se encorvára y soltara un pequeño gemido.

–kyo... ¡Kyomi! ¡Yo también... Quiero!– trato de formular sus palabras fallando en su intento a lo que sakusa se separó de su pene.

–¿Que dices cariño ?– pregunto coqueto

– quiero complacerte– respondió, con su poca fuerza aventó a sakusa a la cama dejándolo boca arriba, atsumu empezó a bajar sus pantalones junto a su ropa interior y sin avisarle metió su grande, erecto y grueso pene a su boca.
No cabía completo en su boca así que con una de sus manos empezó a masturbar la parte que faltaba y a la vez masajeaba sus bolas.

Sakusa solo jadeaban y movía su cadera en forma de querer más de su pareja.
El pelinegro volteó la mirada para abajo para poder ver cómo su novio succionaba y chupaba su longitud mientras lo veía eróticamente

–enserio atsumu, me vas a matar– hablo con su voz ronca, sakusa llegó a su climax corriendose en la boca de atsumu– perdón cariño, no pude avisarte– respondió mientras alejaba a atsumu y tomaba unos pañuelos de la repisa– escupelo puede ser peligroso si lo pasas– advirtió.

Atsumu hizo lo que le pidió su pareja pero antes de poder decir algo, su boca fue atacada por los labios de el pelinegro.
Sus bocas otra vez estaban juntas con su toque único de lujuria y pasión.

Sakusa volvió a poner a atsumu abajo de él.
Se separó de el beso mientras mordía el labio de atsumu.
Con el permiso de atsumu metió sus dedos a su boca llenandolos de su propia saliva, puede que para muchos suene asqueroso pero para sakusa, que estaba allí viendo su rostro sonrojado, era la mejor imagen que pudo tener.

Su mirada erótica, su rostro sonrojado y con gotas de sudor mientras jadeaban y su boca era casi violada por sus dedos era casi una pintura perfecta.
Sacó los dedos dejando un hilo de saliva correr desde los labios de atsumu a sus dedos.
Sakusa se limpió la mano y colocó un poco de lubricante en los dedos para poco después meter un dedo por el agujero palpitante de atsumu.

peluquero [sakuatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora