capitulo 7

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Lauren

Cuando miro los ojos marrones de Camila, el nudo dentro de mi garganta que he estado conteniendo desde que me puso en su regazo y comenzó a alimentarme crece. Esta mujer es realmente una amable gigante. No estoy segura de cómo le temí en un principio. Me trata como una muñeca de porcelana.Quiero creer todo lo que dice, pero creo que hay algo que me está ocultando. Tengo la sensación de que no quiere dejarme ir. Sé que debo tener algo de atractivo, mi abuela siempre me decía que era hermosa, y la forma en que mi tío y sus amigos siempre me miraban me hacían aún más consciente de ello. No me gustaba cuando lo hacían. Pero con Camila, se siente como algo diferente. Por primera vez no quiero ocultar mi cuerpo.Quiero explorar esto.
Puedo decir que se está conteniendo. Quiero que su boca vuelva a la mía. Nunca había sentido tanto como cuando me besó, rozó su boca contra mi cuello con la caricia más suave justo antes de que me diera un pequeño pellizco que se disparó entre mis muslos, humedeciéndolos. Me
inclino un poco, dejando que la bata caiga aún más, separando mis muslos, sabiendo que es donde necesito el alivio.
La escucho aspirar una respiración profunda. Sus ojos oscuros se vuelven aún más oscuros a medida que su atención se desplaza por mi cuerpo hacia mis piernas, donde la túnica se ha abierto para revelar mis muslos. Mis mejillas se calientan, pero lucho contra mi timidez y no las cierro. Quiero su toque un poco más.
—Princesa. —Su voz es más profunda ahora.
Suena con un tono de advertencia, pero no tengo miedo. No, estoy emocionada y llena de algo para lo que no puedo encontrar un nombre. Me encanta cuando me llama así. Se siente bien ser su princesa. Aunque dijo que sería más que eso.Quería cuestionarla, pero tenía miedo de lo que ella pudiera decir. Que tal
vez había entendido mal.Ella pone su mano en mi pierna, lentamente recorriendo mi muslo.Tengo que luchar para agarrarla y moverla más rápido. Su textura rugosa me hace gemir.
—Mierda. Debería detenerme. —dice, pero no creo que esté hablando conmigo.
—Por favor, no. —suplico, las palabras saliendo de mi boca sin
vergüenza.
Creo que me moriría si lo hiciera. Me muevo un poco, tratando de acercar su mano entre mis muslos. Necesito tanto esto, la necesidad pesa en mi cuerpo.
—Nunca podría negarte nada. —me dice mientras agarra mis muslos, separándolos aún más.
Mi túnica se cae de mi hombro,
dejándome casi completamente descubierta. Su respiración se hace aún más pesada. Ver lo mucho que lo afecto hace que mi timidez se vaya por completo.
—Tus muslos están húmedos. —Sus dedos rozan mis muslos internos—. Necesito probarte. —Creo que va a llevarse los dedos a la boca, pero en un rápido movimiento está de pie conmigo en sus brazos y me lleva a la cama.
Ella me coloca en ella suavemente y se me acerca, su gran cuerpo cubriendo el mío—. Dime que quieres que tu reina se dé un festín contigo.
—Por favor. —
Trato de empujar mis caderas hacia arriba, pero no puedo moverme con su peso encima de mí, recordándome una vez más lo abrumador que es esta chica, lo fácil que podría manejarme si quisiera.
Pero ella no está haciendo eso. Está preguntando, y casi le ruego por la
pregunta.Su boca toma la mía en un profundo y hambriento beso. Gimo,
tratando de tirar de su ropa. Estoy completamente desnuda, mi bata
descartada, mientras ella todavía está completamente vestida.
—Todavía no—me dice mientras saca su boca de la mía—, si me desnudo, esto también irá más lejos.
—Sí. Quiero eso. —empujo, deseando todo.
—Te daré todo, pero a su tiempo. —Ella arrastra besos por mi cuello,
lamiendo y chupando entre pequeños mordiscos—. Lo haré bien para ti.
Me concedieron un regalo como tú, y te atesoraré como se debe. —
Sus dulces palabras traen lágrimas a mis ojos. Todavía no puedo creer que esto sea real. He trabajado todos estos años, y ahora es como si me hubieran dejado caer en medio de un cuento de hadas.
Chupa uno de mis pezones en su boca, y gimo su nombre. No sé cuánto más puedo tomar. Necesito tanto la liberación. Mi cuerpo está adolorido y pesado. Camila se mueve más abajo por mi cuerpo, besando mi estómago antes de separar mis muslos para dejar espacio para sus  hombros.
Ella me mira, sus ojos oscuros se atascan con los míos. Me recuerda a
un depredador que acaba de atrapar a su presa y está a punto de tomar lo
que ha reclamado como suyo. Baja su cabeza y me lame lentamente. Mi
cabeza cae hacia atrás mientras el placer más dulce que he sentido fluye a través de mi cuerpo. Sus dedos se hunden en mis caderas mientras toma otra larga y lenta lamida, antes de que sus manos se aprieten aún más y
pierda todo el control.Entonces siento que su boca está en todas partes, devorándome mientras chupa mi clítoris en su boca y gruñe contra mi centro. Mi espalda se inclina hacia fuera de la cama mientras todo dentro de mí se rompe y grito su nombre una y otra vez de nuevo.Sigue avanzando hasta que tengo que rogarle que se detenga. Mi cuerpo es incapaz de tomar más. Me tumbo en el centro de la cama sintiendo que estoy flotando en una nube. No quiero moverme. Camila se arrastra por mi cuerpo, dejando besos a su paso. Cada uno me hace retorcer un poco ya que mi cuerpo todavía está sensible por lo que acabamos de hacer.
Me jala encima de ella, envolviendo sus brazos alrededor de mí en un
apretón fuerte.
—Gracias. —dice contra la parte superior de mi cabeza antes de besarme allí.Me río.
—¿No debería ser yo quien te lo agradezca? —Me dejo hundir en ella, aún deseando que no tuviera ropa puesta. Quiero estar piel con piel
con ella y sentir su calor contra mí.
No recuerdo la última vez que alguien
me abrazó. Probablemente fue cuando era niña.
—No, eso fue lo más dulce que he probado en mi vida. —Meto mi
cabeza debajo de su barbilla, sintiéndome un poco tímida. Sus manos exploran mi espalda, masajeando suavemente. Mis ojos se cierran lentamente, y trato de combatirlo, pero el sueño se está apoderando mí.
—Tengo miedo de si me duermo y me despertaré de nuevo en la casa de mi tío. —admito.
—Puedo prometerte que eso nunca sucederá. Te despertarás en mi cama como ya lo hiciste una vez. —me dice suavemente.
—¿Esta es tu habitación? —Sonrío, me gusta el hecho de que me haya puesto en su habitación. Solo confirma que mis sentimientos por esta mujer no son unilaterales y que las cosas que me dice son verdad.
—Nuestra habitación. —corrige mientras lentamente caigo en un
profundo sueño.

La novia inocente Del reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora