MASQUERADE

empieza el juego.

—Te aseguro que estoy apunto de llegar a algo.

—No lo harás si no bajas del auto.

—Te veré esta noche,¿esta bien?, deberías decirle a Jungkook que salga con sus amigos.— Sonrió de manera pícara, se acercó lentamente a los labios del castaño, pero antes de tocarlos se alejo rápidamente, bajando del auto y así, dejando con ganas de más a Hoseok.

El castaño condujo por pocas calles antes de estacionarse frente a una cafetería, eran cerca de las nueve de la mañana, había dejado a Soobin frente al edificio Imperio, hogar de las oficinas Kim, bajo de su auto y entró al pequeño establecimiento,
El lugar poseía al menos diez mesas, pero todas se encontraban algo juntas para su gusto, a pesar de que el lugar estaba casi vacío, no se sintió cómodo en ninguna mesa, por lo cuál se dirigió a la barra, como acostumbraba en su cafetería favorita.

Pidió un café americano, sacó su laptop y empezó a trabajar, buscaba todo lo relacionado con los Kim,entrevistas, propiedades registradas, lugares que frecuentaban, todo aquello que pudiera darle una pista de su negocio tras bambalinas.

El más fácil de ellos, por supuesto, era Kim Taehyung, poseía una cuenta en Twitter y en instagram con más de veinte millones de seguidores cada una, su nombre era un hashtag, miles de personas lo mencionaban a cada minuto, gracias a eso, Hoseok tenía idea de los lugares que frecuentaba el Kim menor, tanto los comerciales como los no tanto, fotos de él y su extravagante vida y mucho más; sin embargo aquello no terminaba de servirle, mucha de aquella información era desechable y mucha otra ya la había leído en algún informe.

Hoseok cerró los ojos, estiró un poco su cuello y dejó que las ideas divagaran en su mente, poco después, escuchó la campana que anunciaba la entrada a un nuevo cliente, sus ojos miraron por instinto, dejando ver, como si fuera obra del señor, al Kim menor.

Taehyung entró a la cafetería con una gloriosa aura de egocentrismo, el barista con sólo verlo, tenso sus hombros y se dirigió a la máquina de esspresso, el azabache miró cada mesa disponible en el establecimiento, hasta llegar a la barra, donde el objeto de su interés  casualmente se encontraba ahí.

—Supongo que es el destino.— comentó acercandose lentamente.

—Joven Kim.—Saludo.

—puedes dejar eso de joven Kim.

—Soy mayor que usted, a mi parecer puedo llamarlo como guste.— respondió el castaño sin mirar.

—No pareces mucho mayor.

—Lo soy.— comento con una pequeña curvatura en los labios, ¿sería apropiado mencionar como Hoseok conocía hasta el tipo de sangre del menor de los Kim?.

Taehyung, quien no tenía intensión de alejarse del castaño, espero pacientemente hasta que las manos temblorosas del barista le entregaron su bebida.

Pasaron algunos minutos donde el menor examinó descaradamente al castaño, desde su cabello levemente despeinado, hasta el botón en las empuñadura de su camisa, el cuál parecía había remplazado, Hoseok por su parte intentaba ignorarlo, tecleaba rápidamente en su laptop, sin embargo empezaba a atrasarse en su trabajo.

—¿has visitado el callejón trasero?.— preguntó el azabache en un tono bajo.

—¿Disculpa?.— Hoseok estaba confundido, miró la sonrisa burlona del joven Kim,¿era una broma?, sin embargo el cuerpo de Hoseok estaba entrenado para actuar incluso antes que su mente, por lo que su mirada divago discretamente sobre el resto del local.

Cerca de la puerta de entrada, logró visualizar un par de hombres un tanto sospechosos, ambos cubrían parcialmente su rostro, uno con lentes oscuros y el otro con una mascarilla, ¿estaban ahí cuando entró?, no podía recordarlo, cerró los ojos unos segundos, respiro profundamente e intento recordar, las campanillas sonaron en su mente, recordó mirar levemente cuando sonaron, el Joven Kim entró tras ellas, intentó disimular su existencia, no miró más a la puerta, ¿pero que era aquello?, justo después las campanillas habían sonado nuevamente, sin embargo, Hoseok no les había prestado atención debido a la presión que sentía por Kim Taehyung.