MASQUERADE

El Informante.

—Me encanta verte en cuatro.— gruñó con la voz entrecortada, movía sus caderas con ferocidad tan rápido y tan duro que sus manos sobre la piel blanca de la espalda de SeokJin se encontraban marcadas como un tatuaje.

El mayor se había venido ya, se mantenía con las rodillas firmes y con el trasero levantado únicamente para complacer a su acompañante, el cuál después de embestirlo con tanta fuerza terminó dejando su semilla dentro de su cuerpo.

—Me gustas tanto. — comentó al momento de terminar, el cuerpo de SeokJin se venció boca bajo, lo que le permitió recostarse sobre las nalgas hinchadas de este, ahora las amazaba con cariño, con tanta delicadeza como si unos minutos antes no hubiera estrellado su palma duramente sobre ellas.

—No sé si me lo dices a mi o a mi trasero.— bromeó el mayor.

—Claro que se lo digo a tú trasero. —rió. — ¿a quien le gustaría alguien con un carácter de la mierda como el tuyo?.

—Me pone triste que tu verga este pegada a un pendejazo como tú. — atacó SeokJin, el pelinegro hundio su rostro sobre las sábanas blancas, se acurrucó contra ellas de tal manera que podía asemejar a un pequeño gato, cerró sus ojos al sentir el tacto de los labios ajenos, le dio un fugaz beso sobre la frente antes de levantarse de la cama.—
¿Ya te vas?. — preguntó con un tono adormilado.

—Taehyung parecía bastante interesado en aquel policía, quiero saber quien es.

—El está así de consentido por tu culpa. — Namjoon sonrió ante el comentario de su hermano, sabía que era verdad, le llenaba de regocijo saber que su hermano pequeño era un niño mimado por él, ya que para él Moreno no había nada más importante que la felicidad de sus hermanos.

Se duchó rápidamente, coloco sobre su cuerpo un fino traje en color negro con una camisa en color vino, dejó el primer botón desabrochado, dejando ver parte de su fornido pecho, adornado con una cadena de eslabones en oro puro, peinó su cabello hacia atrás, para luego mirarse al espejo antes de salir del cambiador, se veía bien y bastante fresco.

Salió de la habitación con cautela, no deseaba despertar a su hermano mayor, quien aún yacía desnudo entre las cobijas, pero ahora completamente dormido.

Era un día soleado, los calurosos días de mayo estaban llegando ya, con ellos el cambió de estación también, los vientos le auguraban que algo parecía estar cambiando, algo se acercaba, sin embargo Namjoon, mientras conducía su lujoso convertible, se dijo a sí mismo que todo estaba bien, una nueva estación llegaría pronto y estaba lista para ello.

Después de conducir por unos veinte minutos había por fin llegado a un parque, cerca del río Han, había una banca que le gustaba, era un lugar tranquilo donde pocas personas frecuentaban ir, la banca de madera se encontraba sobre una superficie un tanto levantada, por lo que se podía apreciar aún más longitud del imponente conductor de agua; ahí, es donde se encontraría con el Informante.

—Llegas tarde.

—Tal vez tú llegaste muy temprano. — sonrió como acostumbraba a hacerlo, Namjoon solía mostrar una actitud relajada y nada dominante, sonreía marcando sus oyuelos sobre sus mejillas, con un tono amable y precavido.

—Serán un millón de wones más por la demora, tenía un cliente hace veinte minutos.

—Te daré tres millones más si me acompañas a un cuarto de Hotel, Jimin.

—Pudrete, aún hueles a la gata de tu hermana. — el rubio sentado en la banca respondió filoso, lo había volteado a ver tan solo unos segundos, mantenía la mirada clavada en la tranquilidad del río, cualquiera que lo viera sentado ahí se habría detenido a verlo, un chico rubio no muy alto, vestido con una boina color negro, una camisa bastante floja, unos pantalones negros al igual que unos finos zapatos veraniegos, el chico parecía tan irreal, pero al mismo tiempo tan adecuado para aquel lugar.