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Un rumor se había expandido por el reino, dicen que el menor de los tres principes se iba a comprometer, por fin, ya era hora de que la corona tuviera un nuevo rey, ya habían pasado unos años desde que aquella generación de príncipes había nacido ...

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Un rumor se había expandido por el reino, dicen que el menor de los tres principes se iba a comprometer, por fin, ya era hora de que la corona tuviera un nuevo rey, ya habían pasado unos años desde que aquella generación de príncipes había nacido y los pueblerinos estaban anciosos de un nuevo reinado, nuevos planes y nuevos caminos para la gente. 

El príncipe estaba en su escritorio, leyendo un libro, uno de los tantos libros que a estado leyendo desde joven, libros que su hermana dejaba a escondidas bajo su puerta, ella esperaba que él sintiera alguna emoción. Relatos realistas contadas como leyendas, donde los niños son mitad dragón y donde las hadas son groseras y traviesas, semi diosas solo vistas por más allá de las fronteras, solo seres a los cuales les otorgaron este poder de valor y espíritu se les es permitido verles. Jamás sabes donde puedes encontrarlas, jamás sabes donde puedes verlas, pueden vivir hasta entre las cortinas o detras de las paredes de madera, como si fueran Hestia, diosa griega de la prosperidad y el hogar, hacen que donde te encuentras se cienta más calido. Relatan a los niños pequeños que estas diminutas hadas viven en casa, ellos siempre estan tan emocionados buscandolas, hasta que el adulto cuenta la verdad "Ellas viven en todas partes, no puedes verlas, pero el hogar se siente así de cálido gracias a ellas". . .  Shoto desea que le hubieran contado esos cuentos cuando era pequeño, sin embargó siempre vivió atrapado bajo las sombras del rey, espantado y traumado por esta horrible realidad.

Vivir en un mundo donde la magia existe, donde todos la tienen es algo implacable, pero el rey lo prohíbe, sabe que allí afuera hay gente con mucho más poder que él, mucho más fuerte que él, y que aún que el pueda expulsar de sus manos el elemento más fuerte, sabe que las brasas se apagan con el agua. "Si usamos nuestros poderes, podemos acabar colgados, seremos otro espectáculo para la familia real" El rey no tenía buena reputación por esta regla, pero era lo mejor, todos sabían eso y no hacían queja.

Los maleantes viviendo entre las sombras del bosque prohibido, donde solo el musgo aparece, donde los poderes pueden ser liberados sin la presencia de un guardia, una gloria temida por los pueblerinos.

La puerta de la habitación del bicolor sonó, su inexpresiba mirada se levantó del libro sobre un romance imposible, no sabía que era el amor, no sabía lo que era ese sentimiento. Pero sabía que la historia que que leía era tan real, dolorosa y desesperante. Una grande y palida mano abrió la puerta de la habitación, cuando él habló diciendo un "puedes pasar". Ese cabello pelinegro entró por la puerta, esa sonrisa tan deslumbrante, Shoto siempre a pensado que ese chico dentro de su habitación puede ver a las hadas, sabe todo el valor y espíritu que ese chico pelinegro tiene, con sus mangas como flores en sus muñecas atada a una pequeña cinta, un sacó negro y su camisa color merengue.

—Traje un poco de té, hoy se pondrá su traje azul ¿Verdad? — Su voz sonaba animada, desesperadamente forzada, incluso algo nostálgica, ver como la persona para la que trabajaste toda tu vida casarse era increible, era incluso un poco triste, el chico nunca sonrió, Shoto solo asintió, mientras se acercaba para tomar de la taza de té, con ese toque de canela, su favorito.

— ¿Estas feliz? — Esa pregunta jamás se le fue escrita, ni hecha, Shoto solo pestañeo con fuerza, no sabe que decir, no sabe que pensar, no sabe lo que es su felicidad, pero definitivamente no lo está, porque sigue el camino que su padre le escribió, incluso es frustrante. El príncipe negó con la cabeza, jamás supo que era la felicidad.

—No quiero hacerlo, pero estoy obligado a esto— Hanta lo observó, pensando en todo lo que su príncipe sufrió, sufre  y sufrirá. Su matrimonio no era la felicidad del pueblo y no era la felicidad de su familia, él definitivamente no estaba feliz, estaba inexpresivo, solo quería poder sentirse libre. — Una vez leí un libro. Donde dos enamorados escapan de las garras de una bruja, hasta que la bruja tras atrapar a uno de los chicos, es asesinada tras un hechizo haber sido destrozado—.

—¿Y como acabó esa historia? — El príncipe preguntó con curiosidad, esta seguro de que alguna vez leyó algo sobre eso —Ambos logran escapar, llegan a una pradera donde construyen una casa, su hogar. . dulce hogar—. Shoto suspira, ahora su mirada esta destrozasa

— Sí desearas podriamos escapar esta noche e irnos a alguna parte donde nadie logré encontrarnos o reconocernos— . Sero lo observó con su sonrisa para luego ver la descabelladas palabras que salieron de su boca, acaba de proponerle al príncipe, futuro rey una locura como esa en ese momento, estaba demente pero desesperado, desde jóven observando, vistiendo y cuidando al príncipe, su príncipe. Definitivamente el único que curó las heridas de Shoto cuando alguna vez se le fue irreconocido y forzado a trabajar, Shoto quien fue obligado por el Rey Endevor a golpear a quienes estaban con la piel desnuda, muertos de hambre en el frío y humedo suelo de las celdas bajo el castillo, donde ni una rata puede caminar.  Obligado a seguir el horrible camino de su padre.

Hanta cambió su expresión negando con la cabeza —So.. solo era una broma, no hablaba enserio, esperó que sea el mejor rey, yo siempre le voy a ser fiel y estaré a su lado y.. — .

—Lo consideraré — Hanta jamás se sintió tan  feliz en su vida, hasta la llegada de la noche, donde las llamas se apoderaran del reinó y el verdadero caos se desatará.

El principe triste [Seroroki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora