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"¡FRED WEASLEY!"

La expresión divertida de los miembros de Gryffindor que vieron entrar a Ruby a la Sala Común hizo eco mientras la chica avanzaba a grandes zancadas hacia el pelirrojo.

"¡¿UNA POCIÓN DE AMOR?!" gritó dándole golpes a su mejor amigo con el ejemplar del Profeta que traía en la mano. "¡¿SE PUEDE SABER QUÉ ESTABAS PENSANDO?!"

Fred se protegía la cara con los brazos, esperando a que Ruby se cansara de golpearlo.

"¡Dale más duro, Ruby!" la alentó Lee desde la escalera al dormitorio de los chicos.

"¿Y bien? ¿No tienes nada que decir en tu defensa?" se puso las manos en la cintura y lo miró hacia abajo, casi hecho un ovillo en el sillón.

"Suenas como mi madre"

"¡Fred!"

"¡Vale!" cedió, pasándose las manos por los muslos para limpiarse el sudor. Respiró hondo y miró hacia todos lados.

"¡Fred!" insistió.

"¡Era una broma!" levantó las manos. "Era sólo una broma, Ruby"

"¡Me hiciste besarte!" le reclamó golpeándolo una vez más antes de sentarse frente a él, todavía furiosa.

"Yo no te hice hacer nada" se rio al ver que se sentaba con él, pero ante la mirada de reproche de su amiga volvió a mostrar una expresión solemne. "Vale, Garland. No puede haber sido tan malo" le sonrió dándole un golpe amistoso en la rodilla.

Ese era el problema. Ruby había vuelto en sí luego de que Madam Ponfrey le diera un antídoto, y a pesar de que ya no sentía un incontrolable impulso de ir a buscar a Fred y casarse con él ahí mismo, había algo que no se había ido.

Recordaba cada detalle de lo que había dicho y hecho. Es decir que recordaba cada detalle del beso que le había dado a Fred en el Gran Salón. Sus manos en su cintura, sus labios sobre los suyos y su corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho. Desgraciadamente, el estómago le daba un salto cada vez que lo recordaba.

No entendía qué ocurría. Hasta le preguntó a Madam Pomfrey si le había dado la dosis correcta, y la bruja se indignó tanto que Ruby hizo una nota mental de no pasarse por la enfermería en un tiempo.

Los efectos deberían haberse ido. Sin embargo, Ruby no creía que fuese el caso.

"No es gracioso" replicó.

Seguramente el antídoto se tardaba en surtir efecto por completo. Seguramente todavía quedaba algo de la poción en su torrente sanguíneo y era la amortentia la que hablaba cuando veía a Fred y pensaba en lo guapo que era, y un buen amigo, y sí, era odioso, pero eso también era encantador...

"Que conste que yo le dije que no lo hiciera" dijo George sentándose junto a Ruby.

"¿Sabes algo? Para ser el hermano menor, resulta que eres el más sabio"

"Bueno" dijo Fred, "me imagino que querrás explicarle a Prescott lo que pasó"

"Ya lo hice" resopló, "no me fue bien"

Había ido directamente a la Sala Común de Slytherin (que odiaba porque estaba en las mazmorras) y esperó afuera hasta que alguien salió para pedirle que fueran a buscar a Adam.

Le explicó que había sido una poción y no ella en sus plenas facultades la que le dio un beso a Fred en el Gran Salón. Le dijo que de verdad le gustaba, y le gustaría seguir saliendo con él, incluso le ofreció ir a Las Tres Escobas durante la próxima visita a Hogsmeade y le prometió que ella pagaría las cervezas de mantequilla para compensarlo.

Adam le dijo que lo había avergonzado en el Gran Salón, así que ya no quería salir con ella.

"¿En serio?"

"Ruby, ¿cómo me verán los demás si salgo contigo después de lo que hiciste?"

Pero Ruby se dio cuenta de algo. Adam ya no le interesaba. Se detuvo en su lugar y cuando lo miró, tuvo la horrible sensación de que todo estaba mal. Su cabello debía ser pelirrojo, a su rostro le faltaban pecas, tenía que ser dos pulgadas más alto y tener una risa tan estridente que podías escucharla desde la torre de astronomía.

Así que perder a Adam Prescott no le molestaba. Lo que le molestaba era que ahora parecía querer otra cosa.

"Lo siento, Ruby" se disculpó Fred, y Ruby lo odió por saber exactamente cómo poner esa cara de perrito triste a la que no podía resistirse.

Estaba harta de ese horrible sentimiento. Fred siempre había sido su amigo, a sus diecisiete años se sentía casi como una parte de ella. Fred era una extensión de su propia mente, no tenían que hablar para entenderse.

Y ahora todo estaba confuso y revuelto.

"No quiero verte ahora mismo"

Hasta Ruby se sorprendió por lo dura que sonó, pero se puso de pie y caminó hacia el dormitorio de las chicas. Escuchó a sus amigos hablar entre ellos mientras se iba, a Fred preguntándole a George si a caso estaría molesta mucho tiempo.

"Qué quieres que te diga, Freddie. Te dije que no lo hicieras"

Su habitación estaba vacía. Se recostó en la cama con el uniforme todavía puesto. Sentía una presión aplastante en el pecho, la sensación de que las cosas no iban a salir bien si esto seguía igual.

Lo bueno era que sólo tenía que esperar. Pronto el antídoto llegaría a todo su cuerpo y todas esas ideas extrañas que tenía acerca de su mejor amigo se irían lejos, abandonarían su mente, tal como siempre había sido, ¿cierto?

¿Cierto?

𝔞𝔪𝔬𝔯𝔱𝔢𝔫𝔱𝔦𝔞 ~ 𝐟𝐫𝐞𝐝 𝐰𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora