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"¿Dónde están Fred y George?" le preguntó Ron.

"Yo qué sé" le respondió malhumorada y se dirigió a un rincón de la Sala de Menesteres, donde Angelina y Alicia estaban practicando el encantamiento patronus.

Durante la última semana había estado evitando a Fred, y por consiguiente, también a George y a Lee.

Sin embargo, era muy difícil evitar a alguien con quien compartías cada aspecto de tu vida.

Tenían las mismas clases, porque habían aprobado los mismos TIMOS, porque habían estudiado juntos para cada uno de ellos. Por consiguiente, tenían los mismos horarios de comidas, de descansos y de estudio.

Como estaban en la misma casa, se lo encontraba constantemente en la Sala Común, y como tenían los mismos amigos, no podía estar con ellos sin que inevitablemente estuviera Fred ahí.

Se dio cuenta de inmediato de que Fred quería hablar sobre lo que le había dicho aquel día del partido de Quidditch, pero ella no estaba lista. Así que comenzó a evitarlo.

Los gemelos entraron por la puerta menos de diez minutos más tarde, seguidos de Lee, siendo tan ruidosos y extrovertidos como siempre. Estaban planeando algo, Ruby pudo darse cuenta porque venían hablando muy rápido, prácticamente uno por encima del otro, y traían las cabezas muy juntas a pesar de no estar sosteniendo nada.

"Creo que es un buen momento para repasar lo que hemos aprendido" anunció Harry al frente del Salón. "Es nuestra última reunión antes de las vacaciones de Navidad, así que vamos a agruparnos en parejas y practicar. Es el momento para que..."

Todos se agruparon, igual que cuando estaban en clases e inmediatamente todos agarraban a su mejor amigo. Ruby no se sorprendió cuando Angelina y Alicia se quedaron una al lado de la otra, pero cuando miró a sus amigos, había esperado que George o Lee se quedaran con Fred. En cambio, se habían agrupado entre ellos.

"Te dejaré practicar el desmaius conmigo" se encogió de hombros.

Era precisamente ese tipo de cosas que a Ruby le causaba más problemas. Fred sabía que el encantamiento aturdidor le costaba. También sabía que le encantaba hacerlo y se ofrecía voluntariamente a ser el objetivo para ayudarla.

"Podemos empezar con expelliarmus"

Al menos practicar juntos en el ED no involucraba trabjo a corta distancia. Fred se colocó frente a ella, a una distancia de tres metros, y preparó su varita.

"Las damas primero" le dijo con una reverencia exagerada.

Ruby sonrió y se sintió aliviada de que, incluso luego de la confesión del día del partido, podían ser ellos mismos.

"Expelliarmus!"

La varita de Fred saltó de su mano y aterrizó a dos metros de él, cerca de Neville Longbottom.

"¡No te defendiste!"

"¡No me diste tiempo!"

"Wingardium leviosa"

La varita flotó desde el suelo, donde estaba a punto de ser pisoteada por Neville, hacia la mano de su dueño.

Encantamientos de desarme, aturdidores, de protección... Fred los recibió todos, y para la tercera vez en que su varita salió volando a Ruby le quedó claro que se estaba dejando.

"No hagas eso" le dijo.

"¿Qué cosa?"

"Dejarte perder"

Fred asintió, y a pesar de que consiguió desviar los siguientes encantamientos de Ruby, ella pudo notar que estaba distraído.

"¿Qué pasa?" le preguntó cuando terminaron la reunión y todos estaban recogiendo sus cosas para irse. "¿Planeando una nueva broma te tiene distraído?"

Él sonrió. Se echó la mochila al hombro y Ruby reparó en que Fred había cambiado hace tiempo. Ya no era el chico larguirucho y ridículamente alto que era hace unos años. ¿Cuándo había adoptado el cuerpo de un hombre?

"No" dijo suavemente, un tono que jamás le había escuchado. Era como andar de puntillas. "¿Por qué estabas leyendo sobre pociones el otro día?"

Desvió la mirada. Así que Fred no se había rendido con el tema.

"Fred..."

"Creo que tenemos que hablar de ello, Ruby" 

Caminaron un poco más en silencio. No había rastro de ninguno de sus compañeros del ED en el pasillo. ¿Dónde se habían metido George y Lee? Hasta Neville Longbottom le serviría ahora. 

"Has estado evitándome" continuó. 

"Yo no..." 

"No intentes negármelo, Ruby" la interrumpió algo fastidiado, pero mantenía ese tono suave que no entendía qué significaba. "Dime por qué" 

"Ya te lo dije" le respondió ahora malhumorada. 

"¿Porque te gusto?" 

"¡No me gustas!" replicó, lista para defenderse, pero él no la estaba molestando. No había rastro de broma en su rostro. 

"¿Entonces qué?" 

"Es la poción" le dijo de nuevo, igual que aquel día. "Algo salió mal, te lo estoy diciendo. Tú sabes que yo no me siento así, Fred, que nunca he sentido nada así por ti" 

"Lo sé" asintió a su lado. 

"Pero ahora... ¡Por Merlín! Quiero..." respiró hondo, sintiendo el calor subir a sus mejillas. 

"¿Qué quieres?" 

"Quiero tomarte de la mano" le soltó, como si fuera agua en sus pulmones. "Quiero estar contigo, todo el día. Quiero que seamos solo los dos y reírnos y pasear por los jardines y... Hasta quiero besarte" 

Fred se quedó callado. Dejó de caminar y Ruby se detuvo a su lado. Notó que se estaba mordiendo el labio inferior, como hacía siempre que pensaba demasiado en algo. 

"¿Y eso qué tiene de malo?" 

"¿Qué tiene de malo?" le preguntó con los ojos abiertos por la sorpresa. "¡Que esos no somos tú y yo, Fred! Nunca hemos sido así, tú sabes que nunca hemos sentido esas..."

"Tú" la interrumpió. 

"¿Qué?"

" nunca has sentido esas cosas" 

"¿Qué me estás diciendo?"

"Que me gustas, Ruby. Hace mucho tiempo" 

𝔞𝔪𝔬𝔯𝔱𝔢𝔫𝔱𝔦𝔞 ~ 𝐟𝐫𝐞𝐝 𝐰𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora