7

8.1K 730 37
                                    

Un día más. Y otro. Y otro. Una semana transcurrió y Ruby se vio obligada a ir a la enfermería de nuevo.

"¿A dónde vas?" le preguntó Fred antes de salir de la Sala Común. A pesar de que Ruby no había vuelto a la normalidad, él sí lo había hecho.

"A la enfermería" respondió.

"¿A qué?" preguntó George escaneándola en busca de algo malo.

"Tengo problemas femeninos" les respondió y supo que ninguno haría más preguntas ni trataría de acompañarla.

La enfermería del colegio estaba vacía. Tuvo que tocar la puerta al final del salón para encontrar a Madam Pomfrey, que se extrañó al verla.

Ruby no sabía muy bien cómo explicar el motivo de su visita.

"Creo que el antídoto no funcionó" le dijo sintiendo sus mejillas calentándose con la sangre que le subía al rostro.

"¿Cómo que no funcionó?" le preguntó poniendo las manos en la cintura.

"Es que..." se sentía tan tonta, yendo a la enfermería porque su mejor amigo de toda la vida le daba mariposas en el estómago. "Es que sigo sintiendo cosas por Fred" susurró, esperando que nadie decidiera entrar y escucharlas.

Madam Pomfrey se quedó quieta un segundo, como si no entendiera lo que acababa de decir. Luego, como si por fin algo hubiese hecho click en su cabeza, se puso a reír con gusto, tapándose la boca para tratar evitarlo.

"¡Querida niña!" exclamó contenta, "¿No será que te has enamorado?"

"No, no me entiende" insistió. "Fred me dio esa poción, ¿verdad? Y me volví toda loca por él, porque eso es lo que hace la amortentia, pero... Esos sentimientos, esos pensamientos... No se han ido del todo"

Madam Pomfrey siguió mirándola con una expresión tranquila en el rostro.

"Usted me dio el antídoto" continuó, "y eso debería haberlo solucionado, pero no lo hizo"

"Ruby" la enfermera le habló con paciencia, "el antídoto del amortentia sólo acelera el proceso en que el cuerpo lo elimina. Los efectos del amortentia no duran tanto, a menos que hayas ingerido otra dosis. Es imposible, incluso sin el antídoto, que esto sea a causa de la poción que tomaste... ¿Hace una semana?"

Ruby asintió. Seguía absorbiendo la información que acababa de recibir.

¿Entonces qué era lo que le ocurría? ¿Podría ser posible que Fred le estuviese dando amortentia a escondidas? Pero ¿para qué? Se veía genuinamente arrepentido, y Ruby le creyó cuando le dijo que sólo era una broma inocente, pero entonces no podía comprender por qué seguía sintiéndose así.

Se dio cuenta de algo. Había otra persona en el castillo que podría ofrecerle respuestas, pero no iba a ser nada agradable.

"¿Profesor Snape?"

"Adelante"

Ruby empujó la puerta. El profesor de Pociones estaba sentado en su escritorio, con un montón de libros y pergaminos colocados uno encima de otros, de manera pulcra y perfecta.

"Señorita Garland" murmuró con su tono de voz monótono que Ruby tanto odiaba, "No recuerdo haberle asignado castigo esta tarde"

"No, profesor" respondió dando un paso dentro de la mazmorra, "Vengo por una pregunta académica, por decirlo así"

Snape alzó una fina y oscura ceja.

"Usted no está en mi clase de pociones de nivel EXTASIS"

"Eh... No" admitió Ruby, "¿puedo hacerle la pregunta de todos modos?"

"Supongo que sería infinitamente egoísta de mi parte negarle la educación cuando se interesa en ella por primera vez en su vida, señorita Garland"

Ruby sintió el calor subir a sus mejillas. A pesar del coraje que le provocaban los comentarios de Snape, se mantuvo tranquila.

"¿Qué es lo que quiere saber?"

"Es sobre la amortentia" comenzó, y se vio interrumpida por una breve y burlona risa.

"Ah, ya veo hacia donde va esto"

"Quería saber" continuó alzando un poco la voz para no dejarse intimidar, "sobre los efectos... Adversos de la poción"

"¿Efectos adversos?" repitió.

"Sí, como... Algo que salga mal, ¿me entiende?"

"Repasemos, señorita Garland, ¿cuáles son los efectos del amortentia?"

"Hace que las personas se enamoren"

Snape dio un suspiro largo y cansado.

"La simpleza de su respuesta me hace recordar el por qué usted no está en mi clase de EXTASIS" señaló y Ruby se sintió más avergonzada. "No, la amortentia provoca una obsesión, un encaprichamiento en la persona que la ingiere sobre la persona que la preparó. En su caso, sobre el encantador señor Weasley"

"¿Pero no es amor?"

Snape bufó con humor, como si la idea del amor le resultara tan ridícula como la existencia de los nargles.

"No, no es amor"

"¿Y cuánto duran sus efectos?"

Snape lo pensó.

"Diez gotas son suficientes para crear una ilusión por veinticuatro horas. Luego de eso, si no se administra una segunda dosis, los efectos se disuelven por sí solos"

Ruby se quedó pensando. Era lo mismo que le había dicho Madam Pomfrey. Pero seguía sin llegar a lo que le interesaba.

"¿Y qué pasa si no es así?"

"¿Disculpe?"

"Si han pasado las veinticuatro horas, sin segunda dosis, y..." trató de encontrar la forma de ponerlo, si a Madam Pomfrey le había hecho gracia, Snape de seguro se burlaría de ella.

"Señorita Garland" dijo Snape divertido, y resultaba aún más desagradable que su tono serio, "Si está intentando decirme que está enamorada del señor Weasley, lamento informarle que su vida romántica no es de mi interés"

"Pero profesor" insistió, reuniendo todo su temple para no gritarle ni devolverle una respuesta por la que de seguro se ganaría un castigo, "¿está seguro de que no hay otra opción? ¿de que la poción dure más sin una segunda dosis, o que haya salido algo mal que requiera un antídoto o...?"

"No hay casos documentados de personas que se hayan enamorado por una poción de amor, si es lo que me está preguntando" respondió nuevamente serio, como si el tema ya le hubiese aburrido. "Sin embargo, muchas cosas pueden salir mal en la preparación de una poción"

Ruby asintió. O sea que había una infinidad de posibilidades sobre lo que podía estar ocurriéndole, y no estaba más cerca de la respuesta.

𝔞𝔪𝔬𝔯𝔱𝔢𝔫𝔱𝔦𝔞 ~ 𝐟𝐫𝐞𝐝 𝐰𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora