Capitulo 31

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Cajas y cajas entraban en una casa bastante grande para estar suficientemente cómoda. Algunos muebles se encontraban esparcidos por el lugar, el colchón se encontraba en el suelo de la habitación y a su alrededor lo acompañaban muebles pequeños junto a algunas cajas de importancia.

Las personas de la mudanza terminaron su trabajo y se marchaban al mismo tiempo que la dueña de esa lujosa casa arribaba al lugar, con una maleta pequeña en mano, un bolso colgando en su hombro, mientras respondía una llamada. La pelinegra alejo un poco su celular de su oído al escuchar gritos del otro lado.

Cuando noto que los gritos no terminarían decidió colgar la llamada, probablemente se arrepentiría más tarde porque las personas que se encontraban del otro lado del teléfono se lo recriminarían, pero ahora agradecía mil veces que nadie sabía de su nueva dirección.

Su maleta cayó al suelo al notar todo el desorden que había adentro, no iba a poder pasar sin que pisara alguna cosa. Debió contratar una mudanza más eficiente, se recrimino en ese momento por dejar a Jennie encargarse de todo.

La pelinegra dejo sus cosas en la entrada y se quitó el abrigo, era hora de poner manos a la obra o tendría que dormir arriba de las cajas. Empujo la primer caja que se encontraban frente a ella, era una de las más grandes y pesadas que habían traído.

Habían pasado unas cuantas horas y por lo menos ya podía ir a la cocina, que, aunque no tenía nada de comer ya era una gran ventaja. El celular de la chica sonó, primero lo dejo sonar pensando que eran las mismas personas de la mañana, pero al ver que volvía a sonar lo tomo y vio de quien se trataba.

—Te juro que el día que me vuelvas a decir que tú te encargas de todo te aventare de la ventana—Hablo enojada la pelinegra— La mudanza que contrataste dejaron todo esparcido sin tener cuidado... ¡Las cajas decían frágiles! ¡¿Qué les costaba leerlo?!

—Joohyunnie tranquila... muy bien ahora en una de las cajas tengo algo muy importante... es cuestión de vida o muerte, ve que no le pase nada— Irene corrió buscando la caja que decía Jennie sabia de cual se trataba, porque vio como ella usaba una caja diferente.

Cuando dio con ella, esta se encontraba debajo de otras cajas, dejo un momento su celular y bajo las cajas para ver si está bien. La pelinegra abrió la caja y pudo verla llena de dulces británicos.

Ella tomo el celular nuevamente—¡JENNIE! ¿Dulces? La cosa importante de vida o muerte ¿son dulces? — La pelinegra se trató de calmar, eso de la mudanza la tenía muy estresada, además regresar a Seúl después de casi 4 años, era muy difícil para ella— ¿Y los cuadros para la galería de arte?

—¿No tú los guardaste? — La pelinegra pudo escuchar una pequeña risa del otro lado

—Jennie

—Es broma es broma... los envié en la mañana en la galería— Dijo entrando a la habitación de la pelinegra donde estaban ubicados los dulces mientras guardaba su celular. La mirada de la castaña se volvió seria y vio a la chica que tenía frente a ella— ¿Lo hiciste verdad? —La pelinegra estaba confundida— ¿Te comiste mis dulces?

Joohyun tomo una de la caja y le quito la envoltura—Ahora lo estoy haciendo ... mmm es tu favorito—Jennie tomo su mano de manera dramática mientras observaba como Joohyun se tragaba su dulce— Estaba delicioso.

—Muy bien te lo ganaste—Tomo su celular y comenzó a marcar algunos números.

—¿Qué vas hacer?

—Hola ¿Wendy verdad? Si, soy Jennie probablemente Hyun te ha hablado de mi— La pelinegra tomo rápidamente el teléfono de la castaña, pero está se dio cuenta que nunca marco— No te metas con mis dulces.

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