✰ Bonten

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Recuerden que tengo una historia de Izana, se llama Conde Kurokawa. Si les gustan las historias estilo Orgullo y Prejuicio puede que les guste. 

Agradecería mucho si le dan una oportunidad ♡


ADVERTENCIAS: CAPITULO +18, si no te gusta no leas (Se que hay personas a las que les incomoda esta clase de lecturas así que aviso desde ahora)

¡Disfruten la lectura!


❍❍❍

Suspiro con cansancio al escuchar las suplicas provenientes de los traidores. A pesar de que tienen vendas en sus bocas aun siguen intentando hablar. 

Patético.

Estar en esta clase de juicios de Bonten solo significa una cosa: Trabajo sucio. A pesar de que lideramos el bajo mundo de Tokyo y en general de Japón, no nos salvamos de realizar de vez en cuando trabajo sucio que implica mancharse las manos.

Tiro mi cigarro al suelo y lo piso con mi tacón, me dirijo a los traidores a un paso firme. Estoy harta de escuchar sus quejas e inútiles suplicas. Observo a Koko sonreírme pero no le devuelvo el gesto.

Voy a acabar con esto de una buena vez por todas.

Sanzu se esta riendo ante el panorama, me acerco a el y le arrebato el arma, antes de que se queje lo miro con impaciencia y hablo:

—Yo me encargare de esto.

El ingiere una pastilla y voltea a ver a nuestro jefe. —Vamos a escuchar primero lo que Mikey tiene para decir.

Preparo el arma para usarla, y me volteo a esperar su respuesta. El jefe termina de comer un dorayaki y luego nos responde.

—Ella puede encargarse. Mátalos. —esta ultima palabra hace que los traidores chillen mas, irritándome. 

—Bien, ¿ya lo escuchaste? —le digo a Sanzu acercándome a los traidores y agachándome para quedar a sus espaldas. Escucho a Sanzu reírse antes de contestarme.  

—Mas tarde me debes compensar esto... —dice y escucho sus pasos en señal de que se fue.

Quito el seguro de la pistola en el oído de uno de los traidores, veo como se eriza su piel y sonrío por eso. 

—Bien... Que tenemos por aquí. —digo susurrando en el oído de otro traidor, sus suplicas vuelven y antes de que se intensifiquen los callo.

—Shhhhh... Maldita sea. —me rió al ver que callan. —¿De verdad creen que esto les servirá? ¿que suplicar por sus miserables vidas los salvara?  

Un silencio inunda en lugar, me levanto y camino a su alrededor, mirándolos con una mueca de aburrimiento.

—Ustedes son sobras para los peces. 

Después de eso, disparo contra el del medio, Iku Hashimoto, un hombre que por un poco de dinero filtro información nuestra. 

Luego de eso, voy con Ichiro Kato, quien después de seis meses de espera, no pudo pagar sus deudas con nosotros, así que ahora las esta pagando con su vida.

Me permití dejar de ultimo al peor de todos... Riu Iwasaki.

Este hombre estuvo a punto de vender a su hija de 12 años para saldar sus deudas con nosotros, se sabe que nunca fue un buen padre y que estaba dispuesto a abandonarla en este sucio mundo con tal de lavarse las manos.

Verlo impotente, sin poder salvarse ni hacer nada para escapar es algo satisfactorio. 

Comienzo disparando una de sus piernas, me permito sonreír y disfrutar de su dolor, volteo a ver al resto de Bonten por un momento, al verlos a todos fastidiados y con ganas de terminar esto ruedo los ojos y apunto a su cabeza.

Tokyo Renvengers One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora