Me encontraba nuevamente en una habitación, pero a diferencia de la que había estado por años, en esta si había varias ventanas de donde se filtraba la luz.
Esta tenía unos asientos muy cómodos y una gran mesa, en donde habían colocado varios lápices de colores y varias hojas.
Me habían traído aquí después de que el hombre en llamas me dejara ahí sola.
Yo solo miraba con indiferencia a la mujer frente a mi, la cual esperaba pacientemente a que hiciera algo.
—¿Cual es tu nombre, pequeña?— me preguntó y yo pude reconocer que fue lo mismo que me preguntó el hombre en llamás, por lo que rápidamente le enseñé mi cuello a lo que ella negó para después volver a decirme—¿Cual es tu verdadero nombre?—
—No entiendo— murmuré a lo que ella abrió los ojos para después cerrarlos y sonreír, dándome una cálida sonrisa. Sin más, se levantó y se fue de la habitación, dejándome completamente sola.
Después de unos largos y aburridos minutos, en los que me dediqué a quedarme sentada en el mismo sitio mientras miraba los lápices, la misma mujer volvió pero esta vez, estaba acompañada de otra mujer de estatura baja.
—Hola— dijo a lo que yo fui la que esta vez abrió sus ojos sorprendida— ¿Puedes entenderme?— me preguntó a lo que yo subí la mirada para después poder asentir rápidamente mientras la miraba con un brillo en los ojos— Soy Himari Akaya—Se presentó—¿Cual es tu nombre?— me preguntó a lo que yo negué con la cabeza—
—No lo sé—Le respondí temerosa sin saber lo que me podría hacer si le respondía mal.
—Bien— dijo mientras tomaba asiento frente a mi—¿Te puedo hacer unas cuantas preguntas?— yo tan solo asentí mientras la miraba seria.
—Qué es lo que recuerdas antes de estar en ese lugar— me pregunto a lo que yo con toda sinceridad le respondí mientras me encogía de hombros.
—Nada— le dije a lo que ella asintió.
Me hizo un par de preguntas más, acerca de lo que solía hacer o comer.
Yo se lo dije sin ninguna mentira.
Ella tan solo se quedó en silencio, escuchando todo lo que decía. Pude notar que por un segundo, sus ojos se volvían cristalinos, pero no me importó, simplemente seguí hablando como pude.
—Entonces...pasaste el último año encerrada en esa celda—murmuró—¿Por qué te tenían miedo?— preguntó curiosa.
—Hice que más de 15 hombres para que se mataran entre sí— le dije al instante a lo que ella me miró alarmada.
—¿Como lo hiciste?— preguntó mientras movía sus manos temblorosas. Yo tan solo me encogí de hombros mientras bajaba la mirada para poder ver mis manos.
—Yo puedo controlar el agua— le dije lo que ella asintió mientras nuevamente se ponía a escribir en un archivo.
—¿Por qué los mataste?—
—Ellos me hacían cosas malas por no cumplir sus órdenes— murmure mientras cerraba los ojos, intentado no recordarlo—Ellos querían que matara, tocara a los demás niños—
—¿Lo hiciste?— me preguntó.
Yo solo negué rápidamente.
Jamás podría hacer algo como eso.
Después de esa entrevista, ellas me llevaron a una habitación donde había varias niñas, las cuales me miraban curiosas y con asco, seguramente por mi vestimenta y olor.
Yo solo pasé de largo para subirme a una de las camas que me había indicado la mujer para sentarme y empezar a ver todo el lugar.
Las niñas se intentaron acercar a mí, pero rápidamente se alejaron de mí al ver mi estado y bueno, mi cara, la cual se encontraba completamente seria.
—Vamos, tienes que bañarte— me dijo la mujer volviendo a aparecer.
Esta vez me habló mientras tomaba mi brazo con un poco de fuerza para poder moverme. Pero esa acción hizo que rápidamente mi cuerpo se estremeciera.
—No me toques— gruñí asustada mientras me movía con desesperación para que me soltara, a lo que ella rápidamente lo hizo mientras me dedicaba una mirada de perdón.
Ese día, ella volvió con un vaso de agua, que al tomarlo, a los segundos me hizo caer en un profundo sueño.
Cuando desperté, me encontraba completamente limpia, no olía asqueroso y ya no tenía manchas de barro ni de sangre.
Me habían tocado.
—
Por más de dos meses estuve en este lugar, en donde me enseñaron muy rápido el japonés, idioma que ellos hablaban, hasta donde se supone que tendría que saber.
—Niña, te han venido a buscar— me dijeron lentamente para que pudiera entenderlos. Yo solo asentí mientras me paraba y pasando mis brazos con algo de dificultad, me puse la mochila con la poca ropa que tenía.
Hace unos dias me habian dicho que alguien me iba a venir a buscar para ir a un nuevo hogar, en el cual permanecería por muchos años.
Me dijeron que tendría una mamá, un papá y hermanos, cosa que no estaba muy emocionada que digamos.
¿Que se supone que haría con ellos?
Cuando llegué a la sala, pude darme cuenta de un calor muy reconocido para mi, por lo que con mis ojos brillando, fui corriendo hasta el lugar, encontrándome con ese gran hombre de fuego que me había salvado.
Hice una leve reverencia antes de volver a mirarlo con mis ojos brillosos.
¿El era mi nuevo papa?
Me pregunté con los ojos llorosos.—Vamos— me dijo extendiendo su mano a lo que yo sin dudarlo, la agarré haciendo que todos los presentes a excepción del gran hombre y de mi, se sorprendieran
—¿Que sucede?—preguntó seriamente al verles la cara.
—Nunca se ha dejado tocar por nadie, la hemos tenido que dormir para poder cambiarla o bañarla— murmuró una de las mujeres que cuidaban este lugar.
El hombre tan solo me lanzó una mirada curiosa antes de cargarme en sus grandes brazos, para después empezar a caminar .
Yo tan solo me apoyé en él, mientras mi corazón latía con fuerza.
Esto se sentía bien.
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Familia Todoroki - BNHA-
Fanfiction"Yo creí que al fin había tenido la oportunidad de tener una gran familia feliz, pero me equivoqué..." "Lo siento papá, no quise hacerlo." "Por favor... Ya no me odies más..." No hay amor en esta historia.