La Hipoteca

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Termino de desayunar y a toda prisa subo a lavarme los dientes.

El despertador no sonó y eso hizo que me levantará treinta minutos después. Harry aun sigue dormido cuando salgo, le deje una nota en la mesa con un periódico señalando unos trabajos.

Lleva más de un año sin trabajar, por más que le insisto en buscar algo o recomendarlo en mi trabajo se niega. Y yo ya no quiero pedirle más dinero a mi mamá.

Voy a la parada para esperar el autobús, varios coches pasan, había guardado dinero para comprarme uno pero lo tuve que gastar en el mes de la renta de nuestro departamento y otros gastos más.

Cuando llega reviso la jora y veo que voy veinte minutos tarde, el camino hacia el restaurante se me hace más largo de lo normal.

Después de diez minutos entró a toda prisa, voy hacia el vestidor a ponerme el uniforme, me hago rápido una coleta alta con todo mi cabello. Cuando salgo me encuentro a Marco que me sonríe divertido.

— ¿Tarde? — pregunta

— No sono el despertador — me excuso

— Tienes suerte de aun no llega la jefa — guiña un ojo

Yo suspiro y voy hacia la cocina por algo de desayunar, saludo a varios de aquí y otros simplemente asienten. El lunes no es un dia que a todos nos guste.

Reviso si las mesas que me corresponden están ocupadas y agradezco internamente al no ver a nadie sentado, tomo un pan que encontré por ahi y comienzo a saborear.

En las mañanas se que no viene mucha gente, al medio día es cuando se llena totalmente, estamos al centro de la ciudad, rodeados de muchos edificios y es cuando salen a comer algunos ejecutivos o simplemente trabajadores.

Después de varios minutos veo que Stefan aparecen en mi campo de visión señalando que tengo gente en mis mesas, con un suspiro me levanto de mi lugar y tomo las cartas.

Son dos gerentes de las empresas de tecnología que están cerca, siempre vienen a esta hora aquí que son clientes frecuentes.

— Buenos días — sonrió amablemente

— Buenos días — contestan en unísono

Les dejo la cartas y espero hasta que decidan algo que pedir.

— Yo quiero una ensalada y el salmon a punto medio — indica uno

Anotó en mi libreta rápidamente.

— Yo quiero una porción triple de wafles y un café negro — indica el otro con una sonrisa

Asiento sonriente y les retiro las cartas, tomó la hoja de mi cuaderno y la arrancó para pegarla en la ventanilla de la cocina con el número de la mesa.

Unos minutos más tarde avisan que ya están loa pedidos y los tomó para dejarlos en su mesa.

Unas horas después queda vacío el restaurante, cuando terminó de limpiar las mesas voy a donde Marco para comer algo.

— ¿Ya encontró trabajo Harry? — me pregunta

— Hoy iba a ir a unos — miento

Se me quedó mirando por un buena rato y niega la cabeza.

— No me mientas — dice

— Le deje el periódico en la mesa, espero y aun que sea lo lea — suspiro

— ¿Y sabe leer? — bromea

Yo sonrió negando divertida.

Conocí a Marco cuando apenas entre a trabajar aquí, mas o menos un año y medio, el fue de gran ayuda para poder atender las mesas un poco más rápido.

Un año y más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora