final.

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— ¿Puedes levantarte? –preguntó incómodo.

A fuerza lo ayudó a pararse mientras aún mantenía su mirada rígida.

— Perdóname, no quería dañarte ni tampoco hacerte llorar. No era mi intención que ocurra eso, creí que si lo deci todo sería como antes de eso y volveríamos a la rutina donde eras el tutor coqueto y yo el estudiante vergonzoso. –se defendió mientras jugaba con sus dedos.

Pero que gran argumento, y para nada muy inteligente.

— ¿Por qué? Dime el porqué cuando me propongo cortar lazos contigo que no sean nada más allá del estudio vienes y podes perdón. ¿No pudiste al menos hacerlo un poco antes? –suspiró negando.

— Es que tenía que aclarar mi mente... –susurró.

— Si que eres muy sorprendente, Sunoo-ssi. Muy sorprendente. –el pelirosa lo miró avergonzado mientras el color subió a sus mejillas–. ¿Otra vez te sonrojas? ¿Acaso quieres jugar conmigo otra vez?.

— ¡No! No, no quiero jugar contigo; sólo pido que me des una oportunidad y comenzar desde cero. –mordió su labio inferior.

— Eres estresante, me irritas mucho. –se acercó a este–. Y de alguna forma eso me gusta.

Las mejillas del menor encendieron y empezó a tartamudear. Era algo nuevo para él, pero empezaba a gustarle el tratar de arriesgarse. Rodeó con sus manos la cintura del mayor quien –estaba un poco sorprendido por su acto– lo aceptó. La diferencia no era mucha pero cualquiera que los viera en esa forma no dudarían en sonreír por los tiernos que se veían.

— Te detesto, manzanita. –habló.

— Y yo te quiero. –se aferró más a este.

 –se aferró más a este

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Una semana. Había pasado una semana entera y todo se mantuvo tranquilo; Heeseung mantenía su puesto como buen estudiante –contando que le permitieron tener su cabello pintado–, sonreía siempre, jugaba siempre. Era el mismo de siempre, el Heeseung que nunca había hablado con Sunoo.

Sunoo por su lado volvió a teñir su cabello pero de color negro en la semana de exámenes –pues lo había prometido–, este también había bajado un poco en su comportamiento; ya no molestaba tanto, llegaba sorprendentemente temprano. Incluso los profesores tenían miedo de si estaban planeando algo pero descartaron la idea al ver que luego de días no ejercía algún indicio malo.

Jungwon se sentía tranquilo pero un poco ansioso ante el comportamiento de su amigo, quitó la idea cuando vió que este sonreía levemente ante la presencia del –ahora– pelinegro. Al menos era un peso menos, según este se decía.

Riki por su lado estaba en un estado de aceptación y pasar página, era comprensible: Sunoo fue su primera ilusión, y el verlo sonreír por otro era algo que dolía pero aliviaba al mismo tiempo.

꒰ manzanita..  丼   enha.  𐠓  heesunoo ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora