Dio tres toques a la puerta recibiendo un sonido de afirmación para que pudiera pasar. Cerró esta con cuidado mientras trataba de relajar su mente. Saludó formalmente mientras mostraba una sonrisa característica de este.
— Alumno Lee, lamento llamarlo a estas horas que está en comienzo a su almuerzo. –sentenció apenado.
— No se preocupe, en realidad no tenía tanta hambre.
Qué gran mentira.
La grata atmósfera fue acabada gracias a una risa sonora que entraba por la puerta.
— ¿Boss? ¿Me llamaba? –su aura cambió radicalmente a una seria. ¿Que mierda?.
— Bueno, tengo una propuesta que los beneficiará a ambos. Sobretodo a ti, Kim Sunoo. –nombró a este último con recelo.
— Disculpe, ¿pero cuál sería esta propuesta?. –respondió Heeseung levemente tímido ante la presencia de un alumno menor que este por dos años.
— Por supuesto alumno Lee. ¿Usted aceptaría ser el tutor de este...chico? Claro que de antemano le explico que tendrá un aumento en puntos en su planilla académica al igual que recomendaciones a buenas universidades.
El pelinegro se sintió un poco cohibido ante tales palabras, sin ignorar el hecho de una mirada sobre su espalda. ¿Era necesario usar distintos tonos de voz referente a cada uno?.
— ¿Y yo que obtengo? –intervino el pelirosa envidioso por el trato al mayor. Pero no podía quejarse, es un mayor.
Una expresión totalmente indiferente se mostró en el director.— Ah cierto me olvidaba de ti. Si logras aumentar tus notas y aumentar puntos en tu conducta, quitaré la queja para así quedes libre de ser reprobado. –una sonrisa de emoción se mostró en el rostro del de mejillas regordetas y tiernas–. ¡Sólo! si logras al menos pasar los 55 puntos en todos los exámenes finales de este segundo bimestre.
No cabe aclarar que esa sonrisa se esfumó como aire al nombrar lo último. A penas y lograba obtener nueve puntos, ¿de donde sacaría 55 puntos para cinco semanas?. Porque sí, los exámenes comenzarían en dichas fechas. Pero mirando el lado positivo, ya no se preocuparía por el año que le resta. Sin contar el siguiente que quedaba.
— Aún así. –continuó–. Estás suspendido por dos días la semana que viene, y tu tutor legal debe presentarse el lunes a las 8 de la mañana sin falta. Aún debo de recalcar ciertos puntos con este. Eso es todo, pueden retirarse.
"Maldito viejo" replicó en susurro el menor.
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— Así que eso pasó. ¿Por qué te toca siempre lo mejor? Tengo cierta envidia por ello. –suspiró el castaño ignorando a el mayor quien daba su clase de ciencia.
Envidia...
No. Nunca lo había sentido. El mayor se puso a pensar en los hechos por los cuales pasó y cayó en cuenta las tantas veces que esta palabra fue nombrada hacia él. Sea de buena o mala forma, el no tomaba importancia a esta pues siempre estuvo centrado en su mundo.
