epílogo.

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¡Aviso: Esto es un epílogo, por lo cual no afectará el verdadero 'fin' de la historia. Esto ocurre semanas después!.

Aquel chico de mejillas tiernas caminaba tranquilamente entre los pasillos

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Aquel chico de mejillas tiernas caminaba tranquilamente entre los pasillos. Era viernes y la hora de salida, por ende casi todos los estudiantes ya se habían retirado de tan larga jornada académica.

— ¡Hyung, hyung, hyung, hyuuuuuung! –gritó mientras corría. Cuando llegó, a penas el japonés podía respirar.

— Riki-san, ¿era necesario gritar y correr? –miro a su alrededor–. Todos nos miran.

— Eso no es importante. –negó con su mano–. ¿Sunbaenim si sabía que la enfermera Minatozaki te ayudó para fingir que su casa era tu casa, verdad?.

— Riki, ¿qué hiciste?. –el más pequeño se puso pálido.

— Tener boca floja. Lo siento, hyung.

Se limitó a suspirar pensando en opciones, pero no habían muchas que digamos. O era decir la verdad, o fingir que Riki tiene problemas internos con él.

Y Sunoo preferiría la última opción por más falsa que sea.

***

— ¿Así que "A mi mamá le encanta la naturaleza"? ¿Desde cuando Manzanita se volvió un mentiroso?. –susurró cerca de su oído. A penas y el pelinegro podía mantener oculto los nervios.

— S-Sunbaenim... –volteó quedando cara a cara con este.

— Soy Heeseung-ie, no sunbaenim mi linda y rojita manzanita. –dejó un casto beso sobre sus labios haciendo que las mejillas del contrario se tornen rosadas–. Tierno.

— ¡Deja de hacer eso Heeseung-ie! –lo apartó avergonzado.

— Que tiene de malo, soy tu novio puedo hacer eso. –se cruzó de brazos formando un pequeño bulto en sus labios.

Aquel de mejillas regordetas y tiernas desvió la mirada. Hace 8 semanas –contadas por él mismo– que están juntos, como pareja oficial. Realmente le sorprendía la confianza con la cual el mayor lograba actuar, Sunoo y a penas podía tomarle la mano por la grande vergüenza que sentía.

— Ahora, ¿me vas a explicar?. –esta vez su voz salió más profunda que de costumbre, sabía que ese tono lo utilizaba para poder tener sumisión ante este.

Lo peor es que realmente lo lograba. Hacía que le tiemblen las piernas, impresionante.

— Heeseung-ie, ¿has oído acerca de la buena impresión? –comenzó con el tema jugando con sus manos.

— Sí, lo hago a diario para poder impresionarte. No me juzgues, me traes de rodillas. –alzó sus brazos en forma de rendición mientras al menor le seguía aumentando el color.

꒰ manzanita..  丼   enha.  𐠓  heesunoo ꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora