Epílogo: En el Castillo

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Desde la ventana de la torre, el príncipe observaba en la lejanía el pilar de luz que se llevó a sus amigos de vuelta a su hogar, tras el más agitado día que habían tenido.

Tantos sentimientos no cabían en su corazón, por lo que suspiraba hondamente, mientras conversaba consigo mismo:

- "Me gusta que Ralsei sea Ralsei" ¿Qué significan sus palabras? ¿De verdad le gustó estar conmigo en ese lugar? Solo basta acordarme para que el color vuelva a mi cara y mi respiración se agite descontrolada... seguro estoy enfermo, porque no siento lo mismo por nadie más.

Bajó las escaleras, para volver a mirar las habitaciones especialmente diseñadas para sus amigos. Ahora mismo tenía que hacer la de la Reina, quien se proclamó la madre oficial de Lancer, así que tenía algo de desorden. Entró discretamente en el cuarto de Kris, reposando plácidamente en su cama por un instante.

Aun él no había estado ahí, más que para mirar, pero de todas formas le hacía recordarlo. Clavó sus ojos en el techo, para poder pensar un poco mejor...

-El Caballero está avanzando más rápido de lo que quisiera. Aún estamos afiatándonos como equipo los tres: somos tan diferentes, y yo aun no sé si lo estoy haciendo bien. Susie y yo ya nos llevamos mejor y parece querer interactuar mucho más conmigo... pero Kris es un misterio, un acertijo hecho humano que me atrae y me hace no querer alejarme de él, como si estuviera cargado de una energía que no puedo comprender. El abrazo del sótano, es algo que deseaba hacer hace tanto tiempo y ahora solo quiero repetirlo...- dijo mientras presionaba un poco el pecho con sus manos tratando de esconder su rostro rosado en su enorme bufanda. Poco a poco sus ojos se iban cerrando con cansancio.

Sin embargo un retumbar sombrío interrumpió sus ensoñaciones y lo trajo nuevamente a su realidad. Tras el rugir de una daga, vio como una fuente de luz se oscurecía por completo.

-¡Oh, no!, el Caballero volvió. Pero es muy entrada la noche ¿Cómo ha sido posible?

Con preocupación comprobó que la nueva fuente se hallaba ni más ni menos que en la casa de Kris.

Preocupado, bajó corriendo los peldaños hacia la salida y se dispuso a ir hacia la nueva fuente por la puerta dorada que volvió a abrirse de par en par.

-Él me necesita. Su madre puede estar ahí y está solo ¿Qué ha ocurrido?-Se dijo a si mismo.

Sin pensarlo entró por el pasadizo, hasta que su cuerpo se hizo invisible y la oscuridad lo consumió por completo. Suponía que una nueva aventura comenzaba, pero algo lo incomodaba. Por un momento, mirando a través de sus sentimientos, descubrió la verdad y bajó la cabeza con pesar. Fue él.

- Aún estamos a tiempo de enmendarlo. Por favor nunca te rindas, eres un héroe para mí - murmuró mientras caminaba por decisión hacia su nuevo destino.

🌌Por favor, nunca te rindas🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora