10

248 41 87
                                    

Tras despedirse y, perderse de la vista de ambos, por esa puerta de madera, Perú dejó salir un pesado suspiro que tenía retenido en lo profundo de sus pulmones y estómago

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras despedirse y, perderse de la vista de ambos, por esa puerta de madera, Perú dejó salir un pesado suspiro que tenía retenido en lo profundo de sus pulmones y estómago. Juraría que, si no fuera por su curiosidad tan grande con respecto al asunto ya, se habría desmayado nuevamente.

—Italia, no sabía que tenías un hermano —había comentado con perspicacia. 

Italia no sabía qué pensar o decir, ni siquiera sabía qué sentir al respecto. —Es… complicado. Un asunto complicado. —Fue lo que salió de sus labios desviando la mirada a la pared de ladrillo a su costado.

—Bueno —dejándose caer en la pared llevó sus manos a su rostro cansado—, ya no importa. —Un silencio breve se instaló, y con aburrimiento Perú hizo un puchero, abrazando sus piernas—. Supongo que tendremos que esperar a que vengan a buscarnos —dijo, y recargó su mejilla en sus rodillas apachurrando su rostro.

Otro silencio volvió a aquel pequeño cuarto. Con la mujer de cabello castaño sentada como indio, y el joven pelinegro que se encontraba sin su Chullo, con el cabello desordenado y la ropa de lo que suponía era el día anterior (ya que no tenía noción de la hora) toda desordenada y aún manchada de comida y refresco, refresco y comida que también mancharon a Italia por haber dormido sobre ella.

Ahora se preguntaba: ¿Dónde estaba su Chullo? Y se daba una cachetada mental por pensar en semejante estupidez en un momento como ese, aunque, siendo sinceros, ¿en qué otra cosa podría pensar? ¿en España bailandole en tangas? Rió ante esa idea.

Italia, por su parte, pensaba en su hermano, la promesa, en aquel día en que no lo volvió a ver. ¿Por qué había vuelto? Se preguntaba. ¿Qué quería de ella? ¿Venganza acaso? Pero… ¿Por qué ahora?

Todas esas preguntas sin respuesta.

—¿Qué pasó entre tú y tu hermano? —preguntó Perú sacándola de su ensoñación.

—¿Ah? —estaba confundida.

—Digo, ¿por qué él hizo esto? —dijo, y con gracia liviana insinuó—: ¿acaso te odia? 

Italia soltó una risa baja y sacudiendo la cabeza de lado a lado respondió. —Mi hermano se molestó conmigo cuando quedé embarazada de Argentina, dijo que rompí la promesa que habíamos hecho. De ahí en adelante no le he vuelto a ver… Hasta ahora —Tras eso bajó la cabeza—. Probablemente sí me odie —dijo, con gracia amarga. El muchacho a su lado asintió medianamente satisfecho, pues otra duda había surgido en su mente.

—¿Y tu otra hermana? —había preguntado, e Italia frunció el ceño sin comprender.

—¿Hermana? —reiteró, levantando la cabeza y observándolo atentamente con sus ojos color miel.

—Sí. —Perú se encogió de hombros—. La tía de Argentina; la mamá de Uruguay y… ¿Paraguay? —Italia parpadeó y su boca hizo un "o" al entender.

Г|Meraki. Argentina x PerúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora