Cap I

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La sala de operaciones en la base militar de Reach estaba envuelta en una tensión densa y opresiva. El coronel Ackerson, en lugar de la doctora Halsey, examinaba detenidamente la pantalla que mostraba los perfiles de los posibles candidatos. Entre ellos, destacaba un niño de ojos inquebrantables, Izuku Midoriya.

Ackerson frunció el ceño con una evaluación crítica. "Midoriya. Sin Quirk, pero su determinación es notable."

El suboficial Menendez, a cargo de la selección, mostró escepticismo al mirar la pantalla. "¿Sin Quirk? ¿Cree que alguien así puede ser útil?"

Ackerson, con una sonrisa ligeramente siniestra, respondió: "No subestime la fuerza que puede surgir de la adversidad, suboficial. Este chico tiene algo especial."

En el campo de entrenamiento, Izuku, ahora bajo el alias B-312, se esforzaba en las simulaciones de combate. La imponente armadura SPI se ajustaba a su cuerpo mientras enfrentaba hologramas enemigos. La voz del instructor resonaba en su oído, teñida de una frialdad implacable.

"Instructor: "B-312, mantén la concentración. Tu habilidad en combate es crucial para nuestra supervivencia."

Izuku asentía, determinado a demostrar su valía. Los recuerdos del rechazo pasado se mezclaban con la voluntad de superar cualquier adversidad. Cada golpe, cada movimiento, era una respuesta a las sombras que lo perseguían desde su pasado.

Mientras tanto, en la sala de operaciones, Ackerson y Menendez continuaban observando la evolución de B-312 en tiempo real.

Menendez: "Parece que este chico tiene más de lo que pensaba."

Ackerson: (asiente) "La adversidad revela el verdadero carácter de un individuo. Es lo que hace a estos Spartans tan únicos." La oscura anticipación flotaba en el aire, la promesa de un guerrero forjado en la desesperación que podría cambiar el curso de la guerra, pero también llevar consigo sombras más profundas de las que nadie podría imaginar.

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