Capítulo 33 ~ Only you.

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Carolina Martin.

En cuanto entramos en el aeropuerto conseguí sonsacarle dónde íbamos ahora: a Orlando. El viaje en avión duró unas tres horas más o menos que pasamos entre leyendo, charlando, y escuchando algo de música.

- ¡Al fin llegáis! –gritó una voz a nuestras espaldas. Nos giramos y allí estaban las otras cuatro parejas.

- ¿Pero…? –pregunté sin entender nada.

- ¡Sorpresa! –gritaron las chicas y reímos.

- Teníamos que empezar el año todos juntos.-dijo Liam.

- Claro, ¿qué te creías, Rubia? ¿Qué te íbamos a dejar tantos días a solas con tu chico? –dijo Harry abrazándome de lado.

- Pues no hubiera estado mal.-le saqué la lengua.

- Así que no te alegras de verme, ¿eh? Vale, vale…-dijo haciéndose el ofendido.

- Ay que tontito eres, Rizos.-dije abrazándole de nuevo.- Claro que me alegro de verte.-besé su mejilla.- ¿Y vosotros cuando habéis llegado? –pregunté a los demás.

- Hace una hora más o menos.-me contestó Emma.

- Por cierto, enhorabuena por la boda.-dijo Zayn abrazándome. Y es que  no nos habíamos visto ya que todos habían estado con sus familias en Navidad.

Salimos todos juntos del aeropuerto, nos dividimos en tres taxis que nos llevaron hasta el hotel. Zayn, Emma, Louis y yo íbamos en el mismo y al ver donde llegábamos, Emma y yo soltamos un grito en señal de sorpresa. El taxi nos dejó frente a un hotel “Disney’s Coronado Spring Resort”, era totalmente impresionante. Nos bajamos del taxi, cogimos las maletas y Em y yo miramos a las demás: igual de alucinadas que nosotras, juraría que ninguno de los chicos las había dicho que iríamos allí.

Entramos al hotel que por dentro era muchísimo más impresionante que por fuera, si es que eso era posible. Los chicos se dirigieron al mostrador de recepción mientras que nosotras seguíamos mirando todos los detalles. Les dieron las tarjetas con las que se abrían las cinco habitaciones y subimos. Estaban las cinco seguidas, nos despedimos quedando en recepción en una hora para comer y pasar la tarde dando una vuelta por allí.

- Haga usted los honores, señorita.-reí cogiendo la tarjeta y entramos en la habitación. Era enorme, con muebles en marrón y en el centro una cama bastante grande con el edredón blanco y detalles en azul que dejaban ver la silueta de esas dos orejas redonditas tan conocidas en el mundo Disney.

- Esta habitación es gigante.-dije tumbándome en la cama.

- Es genial, ¿eh? –se tumbó a mi lado y asentí con la cabeza.

- ¿Sabes que están siendo las mejores vacaciones de mi vida?

- Me encanta oír eso.-besó mi nariz y se levantó.- ¿Habrá que deshacer la maleta, no? –asentí con la cabeza y ambos nos pusimos a sacar toda la ropa y a colocarla en el armario. Cuando llegué al fondo de mi maleta descubrí tres paquetes que yo misma había metido ahí, me eché a reír.-¿Qué te hace tanta gracia? –me preguntó.

- Que soy la persona más idiota que hay en este mundo.-reí de nuevo. Él me miraba sin entender nada.- Llevan tus regalos todo el viaje en la maleta, si me descuido volvemos a Londres y aún no te los he dado.

- ¿Mis regalos? ¿Qué regalos?

- Pues los de Navidad y tu cumpleaños. Pensaba dártelos cuando volvieras de Doncaster pero como el señorito me sacó de casa con mucha prisa, los metí en la maleta y en Nueva York con la sorpresa y todo, se me olvidó.-expliqué. Cogí los tres paquetes y los saqué de la maleta.- Toma, primero este.-sonreí dándole uno pequeño, con forma cuadrada, finito.

- No tenías que regalarme nada.

- No empieces, tú me regalas cosas y yo a ti también.

- No es lo mismo.-protestó.

- ¿Quieres abrirlo y callarte de una vez, pesado? –me senté en la cama, mirándole mientras lo desenvolvía.- ¿He acertado? –pregunté.

- Totalmente.-sonrió mirándome y se acercó para besarme. Era el último cd que “The Fray”, su grupo favorito, había sacado a la venta.

- Ahora este.-le di otro paquete, esta vez más grande y blandito.

- ¿Otro más? –le miré diciendo que se callara y lo abrió.- ¿Cómo sabías que la quería? –preguntó mientas miraba la cazadora vaquera.

- Eres como un niño, cuando ves algo que te gusta te quedas mirando el escaparate un buen rato.-reí.

- Con que como un niño, eh. –levantó la ceja acercándose a mí. Asentí con la cabeza.

- De unos.-hice una pausa.- cinco años, más o menos.-Y en ese segundo que me descuidé, ya le tenía encima, haciéndome cosquillas y yo riendo a carcajada limpia.- Vale ya, por favor.-dije entre risas y lo hizo.- Este es el último.

- Con el cd hubiera bastado.-dijo.

- Si claro, yo te regalo un cd y tú un viaje a Nueva York con concierto de los Jonas incluido, vamos, casi lo mismo.-dije irónicamente.

- ¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero, pequeña? –El último regalo era una pulsera, bueno, una esclava de plata, por la parte que quedaría a la vista, había grabado su nombre y por detrás una frase de dos palabras: “Only you”.

- Siempre está bien escucharlo una vez más.-nos besamos un par de veces más y terminamos de colocar las cosas en el armario ya que, si no había más desplazamientos, pasaríamos allí unos seis días.

Here We Go Again (L.T.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora