Capítulo 40 ~ ¿Qué pasa, Rose?

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Emma Roach.

Me levanté para variar pensando en él. Le echaba tanto de menos. Hoy se suponía que ponían rumbo a Estados Unidos y volverían dentro de mes y medio, justo para la boda. Sin duda, esta era la peor parte de estar con él, las dichosas giras y sus dichosas distancias. Era viernes, por suerte, uno sin clase. Escuché que mi hermana también estaba despierta y tras mirar el reloj de mi mesilla, decidí que ya era hora de levantarse.

- Buenos días.-dije al encontrármela en el pasillo.

- ¿Cuántos días dices que quedan para que vuelvan? –me preguntó y yo reí. Conté con los dedos.

- Unos cuarenta y cinco.-reí y ella resopló.

- Esto es horrible.-puse mi mano en su hombro y bajamos a desayunar. Sabía que para ella era todavía más difícil.

En la cocina nos encontramos con nuestros padres: papá leyendo el periódico mientras mamá terminaba de hacer el desayuno. Dimos un beso a cada uno en la mejilla y nos sentamos a desayunar. El desayuno fue interrumpido por el sonido del timbre. Mi padre fue el que se levantó a abrir.

- ¿Quién es? –preguntó mi madre asomándose por la puerta.

- Niñas, es para vosotras.-dijo mi padre volviendo a la cocina. Nos miramos extrañadas y salimos. No podía creer lo que estaba viendo. ¿Es que era un sueño?

- ¡Sorpresa! –dijeron los dos a la vez y nosotras corrimos hacia ellos. Abracé fuerte a Zayn para después besarlo. Un carraspeo nos hizo separarnos: mi padre. Me sonrojé completamente.

- ¿Queréis desayunar, chicos? –se ofreció mi madre.

- Ya hemos desayunado en el avión.-dijo Harry.- Gracias de todas formas.- Les hicimos pasar al salón y nos sentamos en el sofá los cuatro.

- ¿Cómo es que estáis aquí? –preguntó Ash, sentada en las piernas de Harry.- Se suponía que ibais a viajar directamente a América sin pasar por Londres.

- Digamos que convencimos a Paul para que nos dejara hacer una paradita.-contestó.

- ¿Y de cuánto es la paradita? –pregunté.

- De menos de un día, así que venga, vístete que tengo algo para ti.-me dijo Zayn y sin preguntar nada más, subí a ducharme.

- Estoy lista.-dije bajando las escaleras.- Mamá, papá, me voy con Zayn.

- De acuerdo, pasadlo bien y no vuelvas tarde.-besé sus mejillas y salí de casa con Zayn, agarrados de la mano.- ¿Dónde vamos?

- No te lo voy a decir.-sonrió.- Eso sí, te puedo asegurar que no habrá paparazzis.

- Genial.-seguimos caminando mientras hablábamos un poco. Terminamos llegando a un parque de las afueras de Londres. Me pidió que me quedara allí, debajo de aquel árbol y él desapareció. A los pocos minutos, volvió con una caja envuelta en un papel de color azul.

- Siéntate.-lo hice y se sentó frente a mí en el césped. Por suerte, y a pesar de estar a principios de Marzo, no llovía y no hacía demasiado frío.- Esto es para ti.-me dio la caja.

- ¿Y eso por qué? –se encogió de hombros.

- Me apetecía hacerte un regalo.-sonrió.- ¿No piensas abrirlo? –Quité la tapa de la caja y me llevé las manos a la boca, en un gesto de sorpresa. Unos ojitos marrones me miraban desde dentro de la caja.- ¿Te gusta?

- Es…es…adorable. ¡Me encanta! –dije cogiendo al pequeño cachorro. Era un cocker spaniel color canela.- Claro que mi madre lo va a mandar a paseo.-dije riendo.

Here We Go Again (L.T.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora