Capítulo 3

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"Una vez el grifo haya comprobado tus movimientos y rutina, se dejará ver, y dependiendo de tus reacciones, se acercará o desaparecerá para siempre"

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Conduciendo su precioso Audi R8 e-tron en color rojo y con la canción "Back in Black" a todo volumen, dejaba la gran ciudad atrás para adentrarse en el bosque. Tony cantaba la canción de uno de sus grupos favoritos a medida que avanzaba por aquella carretera, y sonrió cuando recordó la cara de sus compañeros de equipo tras el anuncio del día de ayer.

*El día anterior*

-Espera, espera ¡Espera! -Sam estaba en shock- ¿Qué quieres decir con eso?

- ¿Cómo que te vas? ¿Vas a dejarnos con toda esta locura? –otra que no creía en las palabras del genio era Natasha.

-Tones, no puedes hacernos esto –Rhodes trataba de hacer entrar en razón a su amigo- Eres el único que puede hacerles frente a unos tipos tan poderosos y salirse con la suya ¡Te necesitamos!

-Tony, siempre te he apoyado, pero esto... -Bruce se quitó las gafas y masajeó su tabique nasal- Simplemente no... No puedo asimilarlo...

El inventor apretó los labios antes de soltar una reverenda carcajada que los dejó a todos con numerosos interrogantes en sus cabezas ¿Y ahora de que se reía?

-JAR, por favor, dime que grabaste sus caras.

- 'Lo hice señor, y primer plano de cada uno'

- ¿Entonces todo era una broma? –el arquero se dejó caer sobre la mesa, o mejor dicho, se derritió- Se me salió el alma...

-Ya Legolas, no hagas dramas. Siento el mal rato, pero necesitaba una pequeña venganza -El tono que empleó era juguetón y pícaro, y Wanda supo que lo dijo por ella, aunque no la señalara era más que obvio. Sus mejillas enrojecieron y se encogió un poco en su lugar- Pero sí, me voy del complejo por un tiempo.

Todos volvieron a ponerse alerta.

-Ay, que si era verdad...

-Tranquilos, que no voy a abandonarlos. Os explico: últimamente me he sentido más agobiado que de costumbre. Se me ocurren muchas ideas, pero sin un orden establecido y eso me estresa, porque significa que tengo soluciones mas no como desarrollarlas, y hace un rato cuando salí a pasear vi justo lo que necesito: aislarme y estar a solas conmigo mismo para despejarme.

Los presentes se miraron unos a otros hasta que Steve tomó la palabra.

-Tony, si lo que necesitas es espacio, podemos hacerlo. Dejarte pensar con claridad en tu taller, aunque no me convence la idea...

-Gracias Capi, pero me he dado cuenta que encerrarme en mi taller ya no funciona ya que siempre hay alguien vestido con los colores de la bandera americana que me interrumpe para que tenga mis horas diarias de sueño y coma adecuadamente.

Steve hizo una pequeña mueca.

-Es que si no lo hago vas a morir de inanición un día de estos.

-Agradezco tu preocupación, pero lo peor que puedes hacer es interrumpir a una mente brillante en su gran apogeo. Brucie sabe de lo que hablo ¿verdad?

-A mí no me metas.

-Venga ¿me lo vas a negar?

El científico respiró hondo y esbozó una tímida sonrisa: no podía negarle nada a su hermano de ciencias y menos cuando tenía razón.

- ¿Pero a dónde vas?

-Recordé que mis padres tenían una casita de madera junto a un lago a varios kilómetros de aquí, en medio del bosque. Íbamos todos los veranos cuando era niño.

Como entrenar a tu GrifoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora