Capítulo 5

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"Luego de que un grifo se te aparezca y te hable significa que tienes su confianza. Luego, hay otros pasos para hacerte más cercano: el primero, convivir contigo y aceptar tu presencia."

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-A ver si lo he entendido. Me estás diciendo que llevas todo este tiempo observándome para ver si era apto, y como al parecer lo soy, quieres que te construya una pata y ala nuevas con mi tecnología ¿En eso?

Eran cerca de las 06:15 am. En las escaleras del porche de la enorme casa de madera, Tony se hallaba sentado mirando fijamente al enorme grifo que también se había sentado en el suelo frente a él, con su única ala plegada, sus orejas alzadas y la punta de su cola moviéndose ligeramente como si de un gato se tratara, un gigantesco gato con cabeza y ala de águila. El genio había guardado su guante de nuevo y como si de lo más normal se tratara, se puso a hablar con el gigantesco ser quien lo miraba con una pizca de picardía en sus ojos azules.

-*Lo vas pillando*

- ¿Y cómo sé que no lo utilizarás para fines malvados? No sé, que trabajes para una organización criminal que quiera conquistar el mundo y le lleves mi tecnología a través de tus prótesis para poder estudiarlas y hacer sus fechorías desarrollando armas a partir de ellas.

Pudo jurar que el grifo arqueó una "ceja" mientras entrecerraba los ojos y echaba las orejas hacia atrás.

-*Sí que tienes imaginación, pero no, no trabajo para nadie. He sido un ser solitario la gran parte de mi vida y sólo quiero recuperarla: correr por los bosques y montañas sin miedo a tropezarme; nadar en los lagos y ríos; poder volver a sentir el viento en mi rostro mientras atravieso las nubes...* -el grifo bajó la cabeza- *...No tienes idea de lo difícil que es vivir así*

-En realidad sí que lo sé.

El animal levantó la cabeza al escuchar las últimas palabras de Tony. Volvió a alzar las orejas al ver como el genio se bajaba el cuello de la camisa y revelaba lo que llevaba en su pecho; se acercó ligeramente y lo olfateó, con sus ojos azules brillando. Desde que lo vio la primera vez quiso saber que era esa extraña luz que emanaba de su pecho, y por fin lo supo.

-*¿Qué es eso? *

-Esto, amigo mío, es lo que me mantiene con vida. Si me lo quito, la metralla que tengo en mi cuerpo perforará mi corazón y moriré. También es lo que ayuda a controlar mis armaduras... Algún día te contaré como lo hice.

Tony respiró hondo, recordando cuando fue secuestrado y torturado, condenado luego de ese momento a cargar toda su vida con ese reactor en el pecho.

-*Eso... ¿Lo hiciste tú? * -los ojos azules del grifo brillaban como dos estrellas en el firmamento- *¿Tu creaste eso?*

-Mmmm... Sí y no. Mientras estuve cautivo alguien me ayudó -Tony sonrió algo melancólico recordando a Yinsen- Y ya de vuelta en mi hogar lo mejoré.

-*Es... Increíble. Parece magia*

Al genio le dio ternura la reacción del animal con su fuente de salvación. Se le veía bastante interesado por la tecnología, cosa que debía admitir le causaba curiosidad pues nunca creyó que un ser mágico se interesara por la ciencia. Recordó sus pequeños roces con Strange y las habilidades de Loki y Wanda; si, definitivamente debía de aprender a abrirse a más campos aparte de la ciencia y la tecnología.

-Bueno, creo que ya es tarde, o mejor dicho temprano –volvió a ocultar su reactor y tras levantarse apuntó con su barbilla hacia el cielo, donde los primeros rayos de sol empezaron a hacerse presentes- Me encantaría seguir charlando contigo, pero...

Como entrenar a tu GrifoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora