"El segundo paso para que continúes ganándote la confianza de un grifo es darle un nombre: si lo acepta él te dará un regalo, y si tu aceptas su regalo, habrás dando un enorme paso"
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Respiró hondo antes de ver como el genio se perdía en el interior de aquella enorme casa de madera, que para él era una casita de pájaros. Puso su única pata delantera en el interior del lugar para acto seguido meter la cabeza con sumo cuidado y lentitud; lo que menos quería era romper un pacto que ni siquiera había empezado. Siguió con su cuerpo, plegando su ala sana lo máximo posible al torso seguido de sus patas traseras hasta que solo quedó su larga cola fuera, la cual pegó al suelo, arrastrándola. Sus ojos azules escudriñaban de vez en cuando el lugar quedándose con todo detalle, pero la mayor parte del tiempo lo pasaba mirando al genio y sus movimientos.
- ¿Vas bien? –le preguntó burlón Tony mientras avanzaba- Podrías darte un poco más de prisa, vamos a llegar en Año Nuevo.
El grifo resopló bajando las orejas al mismo tiempo.
-*Estoy haciendo lo que me pediste, ir despacio y con cuidado de no romper nada o de lo contrario no me ayudarías. No quiero arriesgarme...*
Debía de admitir que eso le conmovió. Ese ser realmente estaba dispuesto a todo para que lo ayudara, tenía sus esperanzas puestas en él, y aunque deseaba ayudarlo no tenía idea de cómo; no sabía cómo demonios iba a implantarle una prótesis de pata y ala y hacer que funcionaran a la perfección sin lastimar músculos, nervios o tendones. Era inventor, mecánico, ingeniero... No doctor o veterinario. Su mente trabajaba a mil por hora mientras bajaba al taller seguido del grifo, quien al mirar el estrecho hueco de las escaleras se acobardó un poco.
- ¿Y ahora qué te pasa?
-*No quepo*
-Estás muy gordo, a ver si nos ponemos a dieta.
-*Primero: no estoy gordo, solo esponjoso. Y segundo: esto está diseñado para humanos, no para grifos...* -Dicho esto, se sentó justo al inicio de la escalera, mirando a Tony. No creía pasar por ahí y no iba a arriesgarse a romper algo- *¿No hay otra manera? Eres inventor, seguro que tienes algún cacharro para examinarme*
El genio se quedó mirando al grifo desde mitad de la escalera, pensando en cómo lo convencería de bajar, hasta que la bombilla en su cabeza se encendió.
- ¡Pues claro! ¡JARVIS!
El grifo lo miró ladeando su cabeza de nuevo, confundido ante su reacción.
-*Disculpa... ¿Quién es JARVIS? *
- '¿En qué puedo ayudarle, señor Stark?'
-*¡¿QUIEN HA DICHO ESO?!*
Se levantó sobresaltado: En aquella habitación sólo estaban ellos dos solos, o eso pensaba hasta que se hizo presente esa voz. Alzó su cola, extendió su ala sana e infló su plumaje para parecer imponente mirando en todas direcciones tratando de buscar al dueño de la voz.
-Tranquilo, él es...
-*¿Quién eres? ¡Muéstrate! *
Se movía nervioso buscando, concentrándose tanto en ello que se olvidó de la advertencia de Tony, quien intentaba detenerlo.
- ¡Ey, espera Bucky! ¡No te mu-! - ¡CRASH! - ...Y ahí va la lámpara...
Acto seguido se produjo el silencio. La enorme lámpara rústica que colgaba del techo de la sala ahora yacía en el piso de madera hecha añicos, sin posibilidad alguna de recuperarla. Tony respiró hondo y miró con el ceño fruncido al grifo quien al darse cuenta de lo que hizo bajó las orejas, metió la cola entre las patas y se hizo ovillo frente al genio.
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Como entrenar a tu Grifo
RandomEl ser mitológico favorito de un pequeño Tony Stark es el grifo, ese animal fantástico que combina las mejores cualidades del águila y del león. Su personaje favorito de las aventuras del Capitán América es James "Bucky" Barnes, pues es atrevido, te...