𝙏𝙃𝙀 𝙏𝙍𝙐𝙀 ▱ 𝙹𝙾𝚁𝙳𝙰𝙽 𝙿𝙰𝚁𝚁𝙸𝚂𝙷

𝟏.𝟎𝟓

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C A P I T U L O   5 

05. 𝙊𝙛𝙞𝙘𝙞𝙖𝙡 𝙋𝙖𝙧𝙧𝙞𝙨𝙝

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— Nos vamos — le dice la rubia a el castaño.

— Pero yo me quiero quedar más tiempo — respondió su hermano aferrándose a la pierna de Derek.

— Llegaremos tarde a la escuela

La noche anterior, después de que mágicamente Derek volviera a tener su edad, los Hale se habían dirigido a la casa de la rubia para que Tamara revisara a el pelinegro y se fijará si tenía alguna herida. Afortunadamente no tenía nada, a excepción de que el color de sus ojos al convertirse habían cambiado.

Nate al oír que su primo mayor había vuelto se puso muy contento, ya que el menor lo consideraba su "mayor héroe". Rápido se apresuró a bajar las escaleras de su casa en busca de su primo mayor, al verlo se había aferrado a el como si fuera un koala. Cosa que no paso desapercibido por Peter, pues se la paso gruñendo todo el tiempo.

Para suerte del niño, Tamara tenía turno de noche en el hospital de Beacon, así que Peter se ofreció a cuidar de sus hijos durante lo que restaba de la noche. Y para la sorpresa de todos los presentes Tamara dijo que si.

Así que Charlotte y Nate habían pasado la noche en el Loft de Derek.

— Aún es temprano — aclara Peter llegando a el salón principal.

— Llegaremos tarde — vuelve a decir la rubia.

— ¿Cuál es la prisa? Si con gusto Derek los llevará — responde Peter con una sonrisa.

El pelinegro voltea a ver a su tío confundido a tal respuesta pues claramente nunca se había ofrecido a eso.

Charlotte pone los ojos en blanco a la respuesta de su padre, ignora su cometario y se dispone a agarrar la mochila de su hermano y la suya.

La rubia se acerca a su padre con una sonrisa falsa — Ni siquiera lo intentes — amenaza la chica.

Claro que era la típica manipulación de Peter, Nate le agarró cariño a su padre, y por supuesto que Charlotte no lo quería arruinar. Para el Hale mayor era su manera de acercarse a sus dos hijos, y Charlotte ya conocía los juegos de su padre, no iba a caer tan fácil.

Peter al oír tal respuesta pone una sonrisa engreída — Te eduque bien — afirma el castaño para después depositar un beso en la frente de su hija y alejarse después.

Esto hace que la rubia ruede los ojos molesta, por qué nunca lo admitiría, le había gustado que su padre le mostrara afecto después de tantos años.

— Ya vámonos mocoso — dice la chica separando a su hermano de Derek, haciendo que el menor ponga un puchero en sus labios.

Al ver esto el pelinegro cae se arrodilla a su altura — No te preocupes ¿si? Después de la escuela yo pasaré por ti  — asegura el chico.

El puchero de Nate se convierte en una sonrisa muy ancha que hace que le arrebate su mochila a su hermana y se la coloque sobre sus hombros para ir a la escuela, pues el niño esperaba con ansias ver a su primo de nuevo.