Laura
Habían pasado un par de semanas, podía decir que, casualmente no pasaba nada fuera de lo monótono, pero mentiría, porque después de aquella tarde, Dante cambió su comportamiento los días siguientes, como si estuviese perdido en sus pensamientos. Se quedaba mirando un punto fijo con el ceño fruncido.
Quisiera poder meterme en su cabeza y saber que es en lo que estaría pensando, la curiosidad es algo muy difícil de cesar en mi.
Pero fuera de eso, no podía dejar de pensar en lo profundo de sus ojos, la forma en la que me miraba era tan dominante que me hacía querer apartar la mirada, porque no estaba acostumbrada a reaccionar a ello, aún no puedo.
Ese alejamiento repentino me dejó confusa, una sensación un tanto desagradable. Dante y yo no hemos tenido muchos encuentros, resultaba un poco incómodo. De todas maneras, él todavía no me daba una explicación de nada. Así que te podrás dar una idea de como me sentí.
—Dante, ¿podemos ha...?—
—Estoy ocupado, Laura, hablamos luego.
O quizá, después de las clases, cuando por fin teníamos la tarde libre, y me llevaba a casa en su coche.
—Oye, Dante—lo llamé—Acerca de la otra vez...—
—Estoy manejando, Laura, no queremos un accidente—suspiró—, hablamos luego.
O cuando los fines de semana llegaban y tocaba la puerta de su habitación, lo único que decía era:
—Quiero dormir, Laura, hablamos luego.
Hablamos luego...
Hablamos luego...
Hablamos luego...
Ese "hablamos luego" era una excusa del momento para no responder a mis preguntas, los dos sabíamos que no pasaría.
Estaba en mi casa una vez más, escuchando música, tratando de no darle muchas vueltas al asunto. ¿Podía? oh, vamos, claro que no podía.
—Dante.
él suspiró
—Estoy estudiando, Laura—me miró— Hablamos lue...—
—¡Joder! Basta—me quejé frunciendo el ceño—Sabes que no pasará, basta de hablamos luego, porque no pasa, Dante, no quiero molestarte, y lamento si lo hago, ¿bien?—resoplé irritada quitándome los audífonos y dejándolos a un lado de mi cama—Se que no es asunto mío, pero a la vez siento que merezco una explicación y...—
—La mereces—me interrumpió—Lo sé, pero no puedo decírtelo. Esto es asunto de Ignacia, ella...—pausó pasándose la mano por la cara— Ella esta pasando por un mal momento y me necesita ahora, lo lamento por dejarte así y desaparecer de repente, mi hermano también me reprendió por llegar tarde a casa ese día. Y tengo suficiente en que pensar estos días, no estoy para que una niña venga a reclamarme de forma tan inmadura que le explique algo, demonios, lo hare cuando crea conveniente, ¿bien?
Entonces hubo un silencio, de esos después de hacer explotar una bomba, ese destructivo silencio que disgusta a todo mundo.
Parecía que ni siquiera fue capaz de controlar sus palabras antes de terminar de decirlas, porque su expresión paso a una de arrepentimiento inmediato y una pizca de culpabilidad en sus ojos.
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Solo Amigos ©
RomanceLaura y Dante son mejores amigos... Quizá sea ese el problema. ¿El amor podrá sobrepasar la barrera de la amistad?