Capítulo 6

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El sonido del móvil de mi madre retumbaba por toda la casa.

Con pereza me fijé en la hora, y era mucho más temprano de lo que me solía despertar para ir a la preparatoria. Por lo que solté un quejido de manera involuntaria y froté mis ojos para después quitar mechones rebeldes de cabello por toda mi frente.

Me puse mis pantuflas y bajé las escaleras en busca del ruido molesto.

—¡Mamá! Tu móvil no deja de sonar-grité desde encimera de la cocina

—¡Me estoy duchando, cariño! Fíjate quién es, si es un número desconocido no contestes—dijo ella y volteé los ojos que aún estaban entrecerrados que, por entonces, la luz era lo más molesto que había

Al tomar el móvil y ver el nombre en la pantalla, fue suficiente para abrir mis ojos de par en par. Apreté mi mandíbula y me quedé quieta

No es cierto

Éste, seguía vibrando en mis manos y no fui consciente del tiempo que seguía allí parada sin hacer ni un solo movimiento, hasta que escuché el agua de la ducha parar y la puerta del cuarto de baño abrirse, rechacé la llamada.

—¿Quién era, Laura?—preguntó mi madre secando su cabello con la toalla

tragué saliva

Vamos, piensa rápido

—Número desconocido—formé una línea con mis labios tratando de sonreír.

Ella pareció satisfecha hasta que su móvil volvió a sonar. Inmediatamente me ruboricé y ella me miró de reojo un poco extrañada. Lo tomó en sus manos y al leer el nombre colgó de igual manera que yo. Asimismo, volteó hacia mi, con los brazos cruzados.

—Cariño...-murmuró—Por qué no me dijiste que era él

Instantáneamente desvié mi mirada y mordí mi labio inferior

—Yo...no lo sé solo...—bufé—...no lo sé

Ella no me dejó terminar y me rodeó con sus brazos.

—Está bien, cariño. Recuerda que, siempre puedes hablar de ello conmigo, ¿vale?

—No quiero hablar de ello-respondí a la defensiva y ella asintió volviendo a su habitación para vestirse

Miré el móvil en la encimera una vez más y copié su acción.

*****

Al llegar a la preparatoria fui directa a los casilleros para recoger mis libretas. Dante se había ido a aparcar el coche más allá.

Al estar cerca, no pude creer lo que vi.

Eran Kate y Julio, ella estaba de espaldas con los casilleros jugando con un mechón de su cabello mientras reía, él por otro lado, tenía su mano apoyada en la misma, justo al lado de la cabeza de mi mejor amiga.

¿Y esto que es?

Tomo mi mochila y guardo algunas hojas en el casillero y miro de reojo la acción con total sorpresa.

—Querer escuchar las conversaciones ajenas es de malos modales—dijo Dante apareciendo detrás mio. Al oirlo di un respingo

—PERO QUE TE PASA—murmuré empujando su hombro y él sonrió divertido

—Que te pasa a ti, ¿Y esos modales? —pausó—Te habías dejado olvidado tu móvil en el auto—lo agitó en su mano derecha y no dudé en tomarlo.

Solo Amigos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora