Vaya que he suspirando mucho, ya sea en tu presencia o sin ella. Como todas las noches continuaré escribiéndote a ti, mi verdugo.
Mi madre me educó de una manera en la que tomara las relaciones sexuales como algo tan normal. Tan normal como si estuviese hablando de mi codo o de mi frente, aclaró que también me dijo que estos temas no los podía hablar con cualquiera, solo con ella y con personas que no lo tomarán a morbo por qué serían personas inmaduras.
Siempre me habló del sexo como la mayor muestra de amor que podía existir entre dos personas, que tal amor lleva a la pareja a hacer de sus cuerpos unos mismo y si bien el amor era tan grande podía suceder la magia de transformar ese amor en un bebé. Me habló de los métodos anticonceptivos y todo eso. Mi madre siempre fue conciente de que no siempre estaría cuidandome así que yo tenía que hacerlo como persona responsable y conciente de los peligros.
Siempre, siempre. SIEMPRE, recalcandome que las relaciones solo se tenían con una sola persona y solo por amor. Quizás no entiendas por qué te lo digo, pero conforme vaya escribiendo te darás cuenta.
Los años pasaron, las escenas cambiaron, ahora ya tenía 16 años, mi hermano estaría a mediados de sus estudios primarios y mi padre, bueno, mi padre se fue de casa con una mujer 10 años mayor que él, déjando a mi madre embarazada por terceraa ocasión.
Entre a la preparatoria, estudiaba por las tardes "TURISMO" en una escuela que sí, realmente estaba a las orillas del mar, esto por las carreras que se ejercía en está, como acuacultura, Administración puertuaria, mecánica naval, la que yo estudiaba, entre otras.
Yo asistía por las tardes mientras mi madre trabajaba por las mañanas. Así nos turnavamos para cuidar de la casa y mis hermanos. Era muy desgastante pero me había acostumbrado a tomar el rol de mamá, mientras que mi madre tomaba el rol de mi padre ausente.
Mi madre abandono la secta ya que yo tomé la desición de salirme, tenía problemas muy grandes de depresión y gastrointestinales provocados por los mismos nervios.
No sabía en que mundo vivía, para mí los días pasaban y no sabía que sentido tenía mi vida ahora, mamá para olvidar las penas salía de rumba con la vecina "Susy", conocía marinos y soldados que llegaban al puerto, mientras yo tenía que cuidar de mis hermanos y hacer mis tareas. No tenía amigos, no tenía familiares cerca, solo éramos los tres contra el mundo, pensé muchas veces en terminar con mi vida, pero no era capaz de hacerlo debido a que era conciente de lo costoso que era montar un velorio y mi madre no podría pagar un entierro.
Subí mucho de peso, me daba igual como se viera mi cabello. Me maquillaba con la pintura de mamá pero era muy mala en ello. Terminaba con la cara similar a una vela derretida.
Mis días sin sentido seguían ahí, hasta ese grandioso día, un día que para mí era como cualquier otro. Mi madre estaba en casa, yo justo llegué de la escuela, ella por aburrimiento nos invitó por unos snacks a un local cercano. Literal a unos cuantos pasos de mi hogar.
El local lo conocía muy bien, pasaba frente a el todos los días, era un lugar muy concurrido y conocía a cada trabajador de ahí. Pero esa noche tu eras el nuevo.
Mi madre y yo te reconocimos ya que tú eras muy conocido en la zona. Hacia mucho no te veía, tu melena rubia seguía igual, seguías siendo igual de simpático y divertido, bromeabas con todos y todos te amaban se notaba a kilómetros.
Mientras yo, bueno, yo salí con el uniforme aún puesto, mi cabello como de trapeador y los zapatos llenos de polvo. Cómo era obvio, mi madre con sus pocos recuerzos pensó que comprar para que la botana alcanzará unánime.
Tú te acercaste enérgicamente y nos hablaste como si estuviesemos en un restaurante cinco estrellas.
Mi madre confundida por tus expresiones faciales pidió lo de todos, anotaste en tu libreta mientras yo miraba hacia la calle, poco pensaba que me notarias o que sería "atractiva para ti"
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Una carta que jamás te entregaré
RandomSi mi vida es como un libro, entonces, tú fuiste el capítulo más amargo, siniestro y lindo que pude pasar. 5 años preguntandome, ¿Que hice mal? ¿Que tan difícil te fue decirme que era lo que realmente querías de mi? Bueno quizás eso ni tú lo sabías...