Parte III

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Quizás te preguntes por que después de todos estos años desidi revivir con estás líneas lo que dejamos atrás, bueno, hace aproximadamente 2 años, cuando tomé la desición de irme de tu lado para siempre, mi psicóloga me lo pidió.

"Escribe una carta, hazlo, es sano, es la mejor manera para sacar todo el veneno.

Así lo perdonarás y te perdonarás también por permitirlo."

Sinceramente no sabía de qué hablaba, si las cosas ya habían pasado, ¿Para que escribirte?

Pero, creo que ahora estoy lista. Eso no significa que esto sea la historia de amor que te tenía, esto es para que puedas saber por fin todo lo que pasó por mi cabeza en el momento de lo ocurrido. Solo veías mi sonrisa, mi lujuria y mis enojos, pero nunca viste mis pensamientos.

Bien, siguiendo con lo anterior. Volviste a desaparecer, no sabía nada de ti. Llegué a un punto en el que me salía por horas a la calle los días que tenía libres, vagando cuál vagabundo en el sol. Me sentaba en las banquetas viendo los autos pasar, mirando a las personas dentro de sus autos, no perdía cada detalle.

Mi madre vio mi desilusión, me culpó, como si se me hubiera escapado lo único bueno que quizás podría pasarme.

"¿Cómo es posible que ni si quiera le hayas preguntado su nombre?"

"Pocos chicos son así de trabajadores, ¡seguramente tendrá un futuro exitoso!"

"Por su vocabulario es un chico de casa, con excelentes modales, se nota que está estudiando y posiblemente se gradué de una buena carrera"

Ya no sabía si a la que habías embelesado era a mi madre o ah mí. Siempre que volvía a repetirme lo mismo me sentía pésima, pero en fin.

Un día cualquiera fui a comprar unos materiales a una papelería cercana, de reojo vi a un tipo, uno de tus muchos amigos con quienes solías estar antes de tu mudanza.

Mi corazón se aceleró, sentía que por fin te encontraría y... Así fue.

Corrí hasta el cansancio con tal de alcanzarlo, toque su hombro tratando de llenar mis pulmones de aire. Tu amigo no entendía nada y se asusto, pero pronto le hice saber por qué el agetreo. Le expliqué que él te conocía, le di tu descripción y los lugares en los que te ví trabajar. El rápidamente asintió afirmandome que te conocía.

"Si, él, trabaja ahora en una tienda de celulares"

"¿Su nombre? Claro, el se llama Iván."

El respondía a todo lo que preguntaba de ti, incluso tu usuario de Facebook y tu nueva residencia.  Pero pronto mi castillo se desmoronó, pregunté si tenías novia, su respuesta me dejó más que Helada.

"¿Novia? Jaja, el se casó el día de hoy con mi prima, de hecho están esperando un hijo"

No podía creerlo. Me reí junto a él incrédula, pero cuestionó si ocupaba saber algo más de ti, impaciente pregunté sobre la boda y él me afirmó que justo ese día había sucedido.

Eras muy joven para casarte, eras muy joven para tener un hijo, yo era muy joven para saber lo que estaba pasando. Me olvidé de la tarea, me olvidé de todo, corrí hasta un centro de internet más cercano rentando una computadora por unos minutos para poder revisar tu perfil de Facebook.

Tu foto estaba ahí, tú junto a la chica embarazada vestida de blanco cortando un pastel de bodas.

Sin importarme el lugar lloré con mucha desilusión, la gente me miraba como la estúpida que era; no resistí y te mandé un mensaje. No recuerdo con exactitud lo que te escribí pero vaya que te reclame, ¿Por qué el coqueteo si ya tenías compromisos? A los minutos respondiste con un frío:

"PERDÓN"

Solo unos cuantos meses más tu hijo nació, publicaste las fotos de tu recién nacido y era como verte volver a nacer, todo tu rostro estaba en el bebito, no cabía ni la menor duda de que lo engendraste. Te felicité y agradeciste.

Nada fuera de lo normal, supe que nada importante había pasado, solo vagas ilusiones mías, todas maquiladas en mi cabeza, todas erróneas, yo me había equivocado.

Paso un año luego de ese incidente, mi mente estaba fresca como la fría mañana, pronto el semestre terminaría y me encontraba al full haciendo mis evidencias de la carrera.

Con mi grupo de 5 amigas pasamos al centro de internet más cercano. Imprimimos todo de prisa pues tuvimos que salir al centro de la ciudad y la escuela estaba bastante retirada de ahí. A mis amigas les faltaba tiempo, yo terminé rápido, aprovechando el tiempo entre a mi cuenta para relajarme viendo unos cuantos memes pero en las notificaciones llegó un mensaje de un usuario que no tenía agregado y ese eras tú. Dudosa abrí la ventanilla pues ¿Que quería alguien como tú después de un año de no saber nada el uno del otro?

Tu mensaje era un simple "Hola"

Respondí con otro "Hola"

Me informaste que no querías molestarme pero que necesitabas de mi madre, a lo que yo respondí ¿cuál era la necesidad?

Mencionaste que trabajabas en un centro de ventas donde se fabricaban los sartenes y utensilios de cocina de más alta calidad en el país.

¿Sartenes?... Si, dijiste sartenes. Necesitabas ver a mi madre para mínimo tener la evidencia de que ofrecias el producto. Te di mi dirección, preguntaste por un horario donde mi mamá estuviese en casa. 5:00 pm fue la hora que te dí.

Me pediste un número telefónico y dude en darte el número de mi madre, ella es sumamente cuidadosa de a quien se lo da, no quise tener problemas así que te di el mío. Agradeciste y te despediste.

Sinceramente me dio igual, a comparación de antes no sentí ni la más mínima emoción ni nada por el estilo.


Llegando a casa me encontré con mi padre quien fue hasta ahí para dejar la manutención de mis hermanos (No se por que mi madre le seguía dando llaves de la casa).

Su rostro resaltaba un desagradó, menciono que un chico llegó buscando a mi madre para venderle utensilios de cosina, que tenía cita con ella pero tuvo que irse por qué no se encontraba en casa, solo mi padre.

Papá pensó que la buscabas como amante, me lo hizo saber y me reí de él, era muy patético, celando a mi madre cuando él ya tenia otra pareja. Le expliqué que yo hice la cita. Daba igual, ya sería en otra ocasión.

No mucho tiempo después mi celular sonó, era un número que no conocía pero supuse que eras tú.

Respondí y me diste tu nombre al presentarte, preguntaste por qué yo no estaba en casa, te dije que estaba en la escuela, no estaría hasta el fin de semana.

No se qué pasó por tu cabeza pero nunca entenderé por qué ese cambio tan repentino.

"No te llamo por buscar a tu madre. Esta llamada no tiene que ver con mi trabajo, la verdad quería verte para hablar de nosotros."

¿Nosotros? Jamás hubo un "nosotros" no sabía pero ni en lo más mínimo las intenciones que tenías al decir "nosotros".

Lo primero que se me vino a la mente fue que ya no estabas casado o algo así. Nos quedamos de ver hasta el fin de semana.

Que alejada estaba de esa realidad.

Una carta que jamás te entregaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora