Capítulo 9
Bill y otros eventos
—Ahí está —dije, mirando hacia una casa que se encontraba al lado del mar—. Supongo que será la casa del mar…—pensé.
Justo cuando iba a llamar al timbre, Green salía de la casa.
—Hola, retrasado. Y con retrasado me refiero a que llegas tarde —dijo, con una sonrisa diabólica.
—Hola, Green. Voy a ver a Bill. —dije.
—Pues Bill tiene algunos problemas…yo he venido a robarle un ordenador —dijo, enseñando un ordenador portátil que llevaba debajo del brazo.
Tras decirme eso, se fue corriendo.
—Nunca le comprenderé…—pensé, suspirando.
Justo cuando se fue, entré en la casa de Bill, y vi que estaba atado de pies y manos.
—¿Qué ha pasado aquí? —pregunté, sin dar crédito a lo que estaba viendo.
—Esto…ese chico se ha llevado mi ordenador portátil…—dijo, balbuceando como pudo.
—¿Cómo? Pero si a ese chico lo conozco…—dije, perplejo.
Justo cuando dije eso, escuchamos un ruido muy fuerte. Desaté lo más rápido que pude a Bill y salimos corriendo.
—Gracias por desatarme —me dijo, casi sin aliento.
—De nada —le respondí.
El "ruido" era una explosión que hubo en la casa del Maestro Diglett. ¿Y cómo lo sabía? Salía mucho humo de ahí y tenía un cartel en la entrada de su casa.
Cuando llegamos, el Maestro se encontraba sano y salvo, había conseguido salir gracias a su Diglett.
—¿Sois la policía? —preguntó.
—No, venimos a ver qué ha ocurrido —respondí.
—Pues el autor del incendio se encuentra en el patio…No comprendo por qué no ha huido. Yo ya he llamado a la policía —dijo.
—Veamos —dijo Bill.
En el patio de la casa, se encontraba…¡Green!
—Habéis picado como peces en un estanque —nos dijo.
En ese momento, se quitó la máscara y la ropa. ¡Era un miembro del Team Rocket, Locke!
—Soy Locke, alias "El Barón de los Disfraces". Nadie puede saber que soy yo el que está detrás de tantos robos y mentiras —dijo, con un tono de determinación.
—Bien, Locke, hoy terminan tus fechorías —dije, sacando más valor del usual que hay en mí—. ¡Vas a pasar mucho tiempo entre rejas!
—Uf…—dijo Bill, con cara de mareo.
Locke llevaba la típica ropa negra que caracterizaba al Team Rocket, pero él que llevaba una camiseta sin mangas, que dejaba ver un tatuaje de una R en el hombro izquierdo. También tenía el pelo largo, rubio, con una barba larga. Creo que medía unos dos metros, y tenía bastante musculatura.
—Adelante, Pikachu —dije, tirando la Pokéball al suelo.
—Vamos, Charmeleon —dijo.
El Charmeleon llevaba unas cadenas en las muñecas, y tenía los ojos rojos, como si fuera controlado por el poder mental de alguien.
—¡Pikachu, Impactrueno! —le ordené.
—Charmeleon, Llamarada —dijo, decididamente.
Ese Llamarada de Charmeleon no era normal, porque le dio a Pikachu y a mí de lleno. En ese momento, recuerdo que me desmayé, probablemente por las graves quemaduras. Pero justo antes de cerrar los ojos, pude ver una silueta azul que me envolvió. En ese momento, estábamos completamente recuperados. Por desgracia, no pude ver a ese extraño Pokémon…
Locke huyó aterrorizado, dejando la MT Excavar y el ordenador portátil. Al final no era tan intimidante…
Justo en ese momento llegó la policía, y lo capturaron a tiempo. Un rato después vinieron los bomberos y apagaron los restos del incendio, que ya no eran muy peligrosos.
—¡Por fin he recuperado mi ordenador portátil! —dijo Bill, contento.
—Me alegro mucho, Bill —le dije, sonriendo.
—Como me has ayudado, te voy a dejar que veas un proyecto en el que estoy trabajando —me dijo.
—¿¡De verdad!? —no daba crédito— ¡Muchas gracias!
Cuando ya llegamos a su casa, me enseñó las evoluciones de Eevee, para que las registrara en la Pokédex. Después de eso, me mostró su proyecto.
—Es un programa que permite almacenar a tus Pokémon como datos y sacarlos en cualquier momento y lugar, mientras estés en un Centro Pokémon —me dijo, emocionado—. Y como me caes bien, te voy a dar un usuario y contraseña para que utilices el Sistema de Almacenamiento.
—Gracias —le dije.
—Es solo un segundo…—dijo, escribiendo a la velocidad de la luz—. Ya está.
—¿Y cómo me conectaré? —le pregunté.
—Solo tendrás que ir a los ordenadores de los Centro Pokémon y poner tus datos. Entrarás en la versión beta automáticamente —me dijo.
—Entendido —dije, asintiendo.
Tras eso, me despedí y volví al Centro Pokémon, ya que ya estaba anocheciendo. Además, estaba muy cansado y aún recordaba como un trauma lo de la silueta azul. Creía que iba a entrar en un modo paranoico, pero afortunadamente no.
Cené unos pizzinis y me fui a dormir. Estaba muy cansado, habían pasado muchas cosas hoy.
Al día siguiente, decidí dirigirme al gimnasio de una vez. Quería conseguir ya mi segunda medalla. ¡Qué nervios! Aunque al final decidí combatir con unos cuantos chicos que se encontraban en el Puente Pepita.
—Tú puedes, Rattata —dijo el joven—. ¡Placaje!
—¡Pikachu, Látigo! —dije.
Eso fue un poco del combate que tuve. Al final compartimos el almuerzo y todo.
Qué bien me sentía al ser una buena persona, aunque no fuera el mejor entrenador como Green. Él era un jodido ególatra, que despreciaba a todos los que no entrenaban con mano dura. Yo era mucho más despreocupado, ciertamente.
En cuanto terminé mi ronda de combates, fui a buscar Pokémon. En ese momento vi uno que me encandiló…¡Abra! Por desgracia, era un Pokémon difícil de capturar, estuve horas intentándolo, hasta que estaba a punto de rendirme y apareció uno delante de mis narices, pero que no se iba. Le tiré una Pokéball y se metió sin rechistar, aunque cuando ya lo tenía capturado oficialmente, se escapó de la Pokéball. Resulta que no le gustaba estar en una.
—Así que te quieres quedar fuera e ir conmigo, ¿no? —le pregunté, dudando si recibiría una respuesta.
—() —no dijo nada, solo asintió.
—Ya veo. Mientras estés oficialmente en mi equipo, no tengo problema —dije, sonriendo—. ¿Sabes qué? Te voy a llamar Star.
—() —no dijo nada, solo se sonrojo.
—Pues bienvenido al equipo Star, ¡espero que estemos mucho tiempo juntos! —dije, muy contento.
En ese momento, abracé a Star con todas mis fuerzas.
Tras estos eventos, volvimos a Ciudad Celeste.
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Memories of a Trainer: La historia de Red
Приключения¡Sigue las aventuras del joven entrenador Red a lo largo y ancho de Kanto! Es una historia basada en los juegos originales de Game Boy publicados en 1996, pero con nuevos personajes y aventuras. Es un fanfic de Pokémon muy retro.