Vaya pensamiento tan tonto.

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Dicen las historias que en luna llena no es buena idea salir de casa. Que en los alrededores de la comarca, donde la espesura del bosque se vuelve una maraña oscura y fría, aquellos malditos con la mordedura salen a cazar. Pero no son humanos... Bueno. No por completo.

Esa noche no había luna llena, así que dejó la casa porque necesitaba madera para la chimenea. El invierno ese año tocaba la puerta y apenas era noviembre, pero si no había calor en la casa serías presa de un resfriado.

Ella ya había recolectado suficientes ramas secas y de camino al pueblo, que apenas estaba a la vuelta, una sombra y hojas secas siendo pisadas lentamente le bajaron la presión. No gritó, no corrió y permanecer inmóvil fue la única idea que le cruzó la cabeza porque con tantas ramas en sus brazos la silueta seguro la confundiría con otro árbol.

Vaya pensamiento tan tonto.

Un destello de ojos rojos la paralizó y antes de poder pestañear sintió un mordisco en la pierna y luego la bestia corrió lejos de ella como si su sabor fuera peor que basura podrida añejada por años.

No iba a negar que se sintió ofendida por un breve momento, pero cuando el sentido común la tiró de las mechas, ella salió corriendo hasta casa y sin decirle nada a su padre o hermana, entró en su habitación y revisó la herida.

No había sangre, pero la marca de los dientes estaba allí. Más que agujeros parecía una impresión de tinta en la piel. Respiró aliviada y se fue a la cama tranquila porque si no le dolía ni había infección. Así no habría problemas.

Vaya pensamiento tan tonto.

Al día siguiente, como de costumbre, salió al pueblo a comprar para la merienda verduras frescas. De pie frente a un puesto de pan recién horneado sintió que el corazón se le aceleraba y con una mano en el pecho respiró profundo para sosegarse, pero nada. Dejó el lugar con rumbo a la tienda de especias pero los latidos seguían siendo fuertes y respirar era tan complicado que necesitaba abrir la boca. Decidió tomar un callejón rumbo a una banqueta para descansar y fue entonces cuando alguien la agarró de la muñeca y sintió una explosión de calor en todo el cuerpo.

—Te encontré.

Ella volteó anta la profunda voz de un hombre alto y de cabello oscuro. Parecía estar en sus treintas y vestía de manera elegante.

Ella trató de zafarse pero el calor y la respiración eran tan fuertes que tenía la loca idea de quitarse la ropa y meterse a un estanque frío.

—Me perteneces ahora.

Ella levantó la mirada por las palabras y tras un intento muy agotador se liberó del agarre y lo miró a los ojos con un toque constante de ahogo y, extrañamente, deseo de un abrazo.

—Qui... ¿Quien es usted?

Él chasqueó la lengua como si fuera molesto y gracioso lo que acababa de decir.

—Soy Sasuke, Hinata.

—¿Co... Como sabe mi nombre? —expresó curiosa más que asustada porque los ahogos no le permitían pensar en otra cosa.

—Soy quien dejó la marca. —Expresó sereno— Eso significa que no podrás casarte con nadie más que conmigo.

Ella abrió los ojos a más no poder.

—Como fui yo quien te marcó, estarás así hasta que estemos juntos.

Ella dio un paso atrás pero él la volvió a tomar de la muñeca y sin poder evitarlo ella dejó escapar un gemido suave de esos labios.

—Recomiendo que lo hagamos primero y luego nos casemos porque tú sólo estás así debido a mi presencia, pero yo me estoy aguantando desde que probé tu carne...

Sí, vaya. Quien diría que los hombres lobos no eran lo que las leyendas contaban. Aquellos marcados se volvían pareja y podían vivir de manera normal como cualquier otra persona.

La única diferencia era que en luna llena, pues, la luna de miel se volvía eterna.

FIN

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BESOS Y ABRAZOS PENDIENTES

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2022 ⏰

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