2. Aroma

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Hoy era un día especial para los jóvenes enamorados

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Hoy era un día especial para los jóvenes enamorados. Precisamente en este día se celebraría el tercer aniversario de ambos. Recordaban con el corazón en la mano la primera vez que se conocieron en aquél café ubicado en el centro de la ciudad. Un establecimiento sin nada en especial más que la experiencia hermosa de haberse encontrado. El destino los había unido y desde entonces hacen todo lo posible para seguir juntos. Su amor era digno de admirar.

Para celebrar, habían acudido a la cafetería recordando los viejos tiempos. Al entrar en el lugar les daba la sensación de haber regresado a casa. Era un lugar acogedor y tranquilo. Sólo habían unas cuantas personas disfrutando de un café en silencio acompañados de la música clásica sonando en el fondo y de tanto en tanto un jazz suave.

Buscaron con la mirada un lugar para sentarse hasta que divisaron en una de las esquinas de la cafetería una mesa vacía alejada de las demás personas. Tan pronto como la vieron fueron a adueñarse —metafóricamente hablando— para que nadie más les ganara el lugar. Si, es cierto que no había mucha gente, pero justo en ese lugar es donde se habían dado cuenta de que sus caminos jamás se separarían.

—Si que me trae muchos recuerdos venir aquí —Deslizó la silla hacia atrás para que el más bajo pudiera sentarse y después él fue a su respectivo lugar—. La primera cita siempre será inolvidable para los dos ¿no es así, Levi?

—Lo sé...cómo voy a olvidar la vez que derramé café en tu ropa por accidente. Ese día me dio un mini infarto.

—Te veías tan lindo preocupándote por mi diciéndome tantas cosas. Que si estaba bien, que te encargarías de lavar mi ropa personalmente y lo mucho que lo lamentabas. Aunque a decir verdad oler a café no es algo nuevo para mi. Y tú lo sabes.

El omega volteó hacia la ventana en un intento de ocultar la vergüenza que sentía en ese momento al recordar aquella experiencia que bien pudo haberse convertido en la peor cita que jamás haya tenido. Pero el alfa en ese entonces no mostraba ninguna señal de haberse molestado incluso le pidió que volvieran a verse en otra ocasión. Obviamente aceptó.

Aún no podía creer que existieran alfas tan comprensivos y cariñosos como él. Bueno, esa es la personalidad con la que se expresaba Erwin hacia Levi desde que se habían conocido, y comparando con otras personas era totalmente distinto. El aura que desprendía Erwin era de alguien de carácter inquebrantable además de transmitir seguridad. Era un alfa admirable, y por supuesto, nunca faltaban los omegas que se enamoraban perdidamente de un alfa así. Y para la buena suerte de Levi ese alfa se terminó enamorando de él.

—¿Qué sucede? —El rubio no apartaba la mirada de él haciendo que se pusiera nervioso—. ¿Tengo algo en la cara o qué?

—Si, mis ojos. No puedo alejar la mirada cuando tengo enfrente a un ser tan hermoso. Jamás había visto otro igual en toda mi vida.

Su mirada llena de amor y cariño se enfocaba en ese pequeño azabache que estaba enfrente de él provocando que el omega siempre se ruborizara de sus comentarios dulces y empalagosos.

—Por qué siempre me dices esas cosas tan de repente...al menos avísame antes para poder mentalizarme —Se tapó la cara con una de sus manos tratando de ocultar su sonrojo repentino—. Rubio tonto.

—Eres tan lindo que quiero comerte, precioso.

—¡Erwin! ¿Puedes dejar de ser lindo por tan solo cinco minutos?

—Negativo.

—Tsk...te odio.

—Yo también te amo, mi amor —Le guiñó un ojo mientras se reía dulcemente.

El más alto sonreía feliz viendo al omega intentando ocultar su rostro entre el menú. Lo adoraba como si de un tesoro se tratara. En lo más profundo de su corazón estaba agradecido con el destino de que los hubiera reunido en el momento indicado sin que ninguno de los dos se hubiera preocupado por la llegada del otro. Simplemente el amor que sentían lo consideraban una bendición.

Luego de haber pasado un buen rato disfrutando de la compañía del otro era tiempo de irse a casa. Ya no tenían otros planes por hacer más que descansar y prepararse para el siguiente día. Recorrían las calles de la ciudad hasta finalmente llegar sanos y salvos hasta el edificio donde se encontraba el departamento donde vivían.

Tomaron el ascensor y al cabo de unos minutos llegaron hasta su piso. Avanzaron por los pasillos abrazados sintiendo el calor que emanaba el otro hasta que llegaron a la puerta del departamento. Su nido de amor.

Llegaron hasta el sofá para acurrucarse mientras se demostraban afecto. Los dulces besos del omega recorrían por el bello rostro de su alfa que tanto amaba con locura. Por otra parte, el alfa disfrutaba de sus mimos mientras lo presionaba contra su cuerpo amorosamente. Pronto ambos liberarían sus distinguidos aromas ya que siempre que estaban solos en su hogar nunca faltaba el momento en que sus instintos se rebelarían.

—Mi delicioso café —mencionó Levi al sentir en sus fosas nasales la mezcla de aromas que se había convertido en su favorita desde que compartía su vida junto al rubio. Una fuerte mezcla de café y chocolate amargo era el aroma de su alfa.

—Así es, mi pequeño jabón —respondió Erwin riendo con suavidad al sentir el aroma de su omega esparciéndose por la sala. Una mezcla de lavanda combinado con el jazmín viajaba por sus vías respiratorias. Adoraba el aroma de su omega pero más lo adoraba a él.

Se separaron un momento sin apartar la mirada del otro para después terminar el día de su aniversario con un dulce beso que expresaba su amor sin la necesidad de decir una palabra. Pasarían el resto de su vida juntos y quizás en la siguiente vida volverían a encontrarse.

 Pasarían el resto de su vida juntos y quizás en la siguiente vida volverían a encontrarse

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Oneshots Eruri [#Omegacember] HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora