4.Un año menos, un año más

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TW: Insinuación de suicidio






Algunos ven la vida como un regalo, para otros una condena.

Un suspiro de tiempo que pasa mas rápido de lo que quieres o una eternidad donde estas estancada.

Por momentos la percibes de una manera y al siguiente lo opuesto a esa, no hay intermedios.

A menos que estés en modo automático y no notes realmente el paso del tiempo.

Pero en alguna ocasión lo harás, como le pasaba ahora mismo a dos personas.

Liu Taoxian se encontraba en su jaula de oro, estaba sola un día mas.

Sus hijos solo tenían permitido verla una vez por luna y esa visita ya había pasado.

Hace uno meses atrás se habían llevado a su pequeño a-zhan, pues supuestamente estaba lo suficiente mayor como para dejar de estar a su cuidado. No le parecía justo pero no podía negarse.

Escribía cartas para sus tres hijos, con la ilusión de que algún día pudieran leerlas, en especial la menor.

Su pequeña, hace 10 lunas que se separo de ella, aun recuerda su hermosos ojos, sus pequeñas manos.

Wen Yun, ese era su nombre, su bebe se convirtió en su pequeña nube, lo leyó en las cartas que su cuñado le entregaba de parte de su hermana, cada que volvía de sus visitas.

Siempre que terminaba de escribir las cartas para ella, terminaba llorando, quería estar a su lado, poderle darle consejos que toda madre le daría a su hija, ver sus primeros pasos, escucharla llamarle mamá, resolver las dudas que tuviera del amor, peinarla, mimarla.

Pero no podría hacer eso, con ninguno de los tres, tendría que pasar el resto de su vida en esas cuatro paredes que odiaba y para empeorar la situación, con una enfermedad desconocida.

Ningún medico de la secta sabia que era, pues al revisar su meridianos todo estaba bien, su cuerpo lo estaba, lo que no se habían dado cuenta es que el problema no era ese, es su mente.

Estaba hundiéndose en la tristeza cada vez mas, no había salida, estaba encerrada en una gran oscuridad de la cual tampoco quería salir.

Se sentía culpable, quería tener esas ganas de vivir como cuando era joven, por sus hijos mas que nada, pero no las tenia, no podía crearlas tampoco.

La primera consecuencia fue la falta de apetito, dejando de comer poco a poco, bajando las defensas de su cuerpo.

Luego comenzaron los pensamientos intrusivos, ideas de como acabar con su vida, no era necesaria en la vida de sus hijos decían esa voces.

La gran belleza con la que llego al clan se estaba yendo, tenia ojeras, labios secos, mejillas mas flacas, se le caía el cabello el cual se arreglaba solo para ver a sus pequeños.

Ellos no tenían la culpa de nada, merecían una buena madre pero ni eso podía ser para ellos y la culpa volvía a su ser.

Se quedo sin energía, sin motivación, lo único que la mantenía con vida eran esas tontas cartas que escribía con esperanza.

La líder WenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora