Advertencia, contenido delicado en cuanto a la violación.
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— ¡Deja de correr maldita perra! — amenazó el hombre, la situación se había tornado en problemas para Naoko, el novio de su madre la perseguía para saciar su turbio deseo de tenerla. Era de noche, la nieve alentaba sus zancadas, pero tenía la ventaja de que el hombre estuviera borracho, su instinto de supervivencia solo le permitía huir, "¿Por qué a mi" se preguntó mentalmente.
"¿Por qué a mi? " Volvió a preguntarse, el hombre la había alcanzado, poniéndose encima y tapando su boca, para no ser delatado, la llevo hasta un callejón oscuro, ella solo lograba retorsercé, aquel señor era muy grande y su fuerza era demasiado obvia contra ella, pues era una chica delgada y baja estatura. Ella no se había rendido, cuando tuvo oportunidad mordió su mano y grito ayuda todo lo que pudo, en cuanto a hombre, le respondió con una cachetada que le dejo una herida en el labio superior, aún estando en esa situación ella rogaba por ayuda y haría lo que fuera por no seguir ahí.
— ¿Podrían callarse? — un tercero apareció en la escena, Naoko lo diviso y empezó a agitarse lo más que pudo, el hombre la inmovilizó con otro golpe y se levantó para poder responderle a aquella nueva figura.
— ¿Tu que? Largo de aquí... — fue interrumpió por un fuerte golpe en la cara dejándolo noqueado y tirado en el suelo frío, el desconocido no se había quedado satisfecho así que lo siguió moliendo a golpes lo más que pudo, y Naoko, la rubia aprovecho el momento, huyó para salvarse del peligro, nunca olvidaría ese terror, pero sobre todo, no olvidaría a aquella figura que la salvo.
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Naoko llegó a su casa lo más rápido que pudo, y cuando estuvo en la puerta pensó en lo que le diría a su madre cuando la viera, su rabia aumentaba tan solo en pensar en que ella no le creería. La rubia entro a su casa, la televisión estaba encendida, al parecer su madre estaba en la sala.
— Hasta que llegas, ¿Dónde estabas? — cuestionó su madre en cuanto la escuchó entrar. Naoko no podía articular ninguna palabra por el temor que le tenía a su propia mamá, camino a un lado de donde ella estaba para así poder recibir sus reprimendas — Aquí no harás lo que tú quieras, largo de mi vista. — ordenó la señora, su hija solo paso de ella para ir al baño a tomar una ducha, así con eso fingiría que no pasaba nada. Cuando termino se hecho a llorar en su cama, el novio de su madre le había dado un susto muy fuerte y no tenía quien la consolara o le dijera que todo iba a estar bien tan solo pedía estar con alguien que la hiciera sentir amada y protegida, así estuvo hasta en la madrugada cuando pudo dormir.
