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Extra 13 | Abuelo Hawkeye

Ubicación temporal: Despúes del capitulo 43 antes del epilogo.

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Se sentó en el sofá mientras echaba la cabeza hacia atrás. Sintió todos sus huesos crugir y el repentino ardor de los golpes, raspones y rasguños que su última pelea había dejado. Se supone que debería estar en casa con su familia. Pero desde que aquella niña se puso su traje y Ronin atrajo miradas de vuelta, Clint Barton volvió a la acción. Kate era aplicada y muy buena arquera. Pero no conocía el mundo real ni los peligros reales, estaba en un punto del sindrome de superheroe, al ser rica y joven parecía creerse invencible y eso complicó la situación. 

La buscaban los deportistas y ahora una viuda negra enviada por quién sabe quién. Clint debía proteger a su familia, en especial ahora que sabía que Maya los estaba buscando. Suspiro mientras cerraba los ojos un momento tratando de idear un plan para que todo saliera bien. Entonces el móvil comenzó a vibrar y el nombre de Wanda junto con una fotografía de ella iluminó la pantalla. 

Tomo aire y trato de usar su tono más tranquilo puesto que no quería preocuparla pero al instante ella lo bombardeo con preguntas—¿Qué te sucedió?¿Está todo bien?  

Kate, que estaba en su habitación, salió para preparar un batido de frutas cuando escucho a Clint hablar. Mientras cortaba las fresas escuchaba con suma atención la curiosa conversación. 

—Si, es solo que tengo un problema en Nueva York— admitió dándole una mirada acusadora a la pelinegra. 

—¿Que sucedió?¿Necesitas ayuda? — la escucho preguntar inmediatamente y Clint suspiro, lo que menos quería era que ella estuviera tensa— Si es así puedo enviar a Bucky y a Sam. 

—No es necesario— mintió, aunque sabía que tal vez si necesitaba un poco de ayuda, toda la atención del Lobo Blanco y el capitán América estaba centrada en Wanda y el bebé que crecía en su interior— además no puedes salir. 

Wanda rodó los ojos, acostada en su cama con Magnus a su lado y dándole calor a su vientre— No estoy discapacitada y soy perfectamente competente. 

—Eso no fue lo que Stephen dijo— la castaña arrugó la nariz sabiendo bien que el hechicero había prohibido cualquier tipo de actividad que incluyera agitación, excepto hacer el amor con Bucky. — Así que no te preocupes por mi. ¿Tú cómo estás? 

—Estamos bien. Hoy averiguamos el sexo del bebé ¿Quieres saberlo?— pregunto ella mirando la ecografía de su bebé de seis meses. Un inquieto bebé mutante que se movía con bastante intensidad en su vientre. 

—No, quiero esperar a volver a casa. Regresare antes de navidad, lo prometo. 

Wanda suspiró— De acuerdo. Por favor ten cuidado, no me gustaría que te sucediera algo. 

—No sucederá, Wanda— le aseguro al escuchar ese tono triste que le recordaba el pasado de ella y su constante temor a perder a los que ama. Se despidió y colgó mientras miraba la fotografía de la ecografía que ella le mando, el bebé estaba cada vez más cerca de llegar. 

—¿Todo bien?— pregunto Kate acercándose con un vaso de batido de frutas, Clint asintio y tomo el vaso. 

—Si, solo me llamo Wanda. Es mi hija. 

—¿Tu hija?— pregunto alzando una ceja. Kate solo había leído tres nombres en esa lista: Cooper, Lila y Nataniel— ¿Cuántos hijos tienes? 

—Cinco— murmuró con diversión— Solo que Wanda y su hermano son adoptados. 

—No entiendo— murmuró ella mirándolo con curiosidad. 

—Cuando fue la batalla de Sokovia, los conocí. Eran dos niños llenos de rencor y odio que eran huérfanos desde pequeños. Al principio fueron testarudos e incluso molestos, pero con el tiempo me di cuenta de que en realidad, lo que necesitaban, era una familia...— murmuró muy pensativo recordando leer la historia de su familia. Dos niños que se quedaron sin padres, que fueron víctimas de experimentos y que solo se tenían el uno al otro— Cuando decidieron unirse a nuestro equipo, Wanda estaba tan asustada, decía que lo sucedido en Sokovia era su culpa, me costó pero logré hacerla que se conviertiera en una Vengadora. Luego, su hermano se sacrificó por mi. En ese momento Laura estaba embarazada de Nataniel y yo tenía un niño entre los brazos. Pietro corrió y me protegió de las balas.