Un Jóven Cristiano

Capítulo 3

Toda una noche de pensamientos dando vueltas en mi cabeza . Música extremadamente alta , gente bebiendo y bailando por todas partes . Chicas bonitas , en fin todo ese ambiente que se forma en las fiestas . Y ahí estoy yo , entre toda aquella gente . Finalmente fui  a la fiesta de María , no para demostrarle a Max que no soy ningún niño . Si no para demostrármelo a mi mismo . Necesito demostrarme a mi mismo que no soy ese niñito que dicen que soy .

Se siente raro estar entre todas esas personas . Este no parece ser mi ambiente . Nunca había estado en una fiesta .  << Tal vez fue una mala idea venir aquí >>
Pienso , pero todavía estaba a tiempo de irme . Doy la media vuelta y camino hacia la puerta hasta que una mano en mi hombro me detiene  .     
– Hola "correctito " .– dice una voz a mis espaldas , era Max. 
– Finalmente si viniste . – dice él en todo medio burlón pero a la vez asombrado ante mi presencia en aquel lugar.
– Si , parece que se está haciendo un hombrecito jajaja .
Ríe el tonto que le encanta  opinar .

Cómo si me conociera .
– A ver niño , ¿a dónde vas ?
Preguntó Max .
– Me voy a mi casa .
Respondo con voz firme y no muy contento.
– La fiesta acaba de empezar , ven vamos a divertirnos. – me propone Max mientas echa su brazo sobre mi hombro y me hace sumergirme otra vez entre el bullicio de la gente que corea una canción como si de un concierto se tratase .
– No Max , tal vez el niño tiene miedo de que su mamá venga a búscalo. – opina uno de sus "amigos".
– ¡NO !, él no irá a ninguna parte , – exclama Max mirando directo a mis ojos como si tratara de amenazarme con la mirada .  – ¿Verdad Samuel? . – me pregunta poniéndome en un gran compromiso ante todos.

–  A menos que seas un niñito miedoso . – prosigue diciendo , poniendo palabras en mi boca que ni siquiera en mi mente me había planteado .  Por un segundo el mundo a mi alrededor parece detenerse , todos se me quedan viéndome   fijamente  como si sus miradas quisieran traspasarme , en espera de una respuesta de mi parte .
– Si , la verdad el ambiente es bueno , me quedo .
Contesto ante las expectativas de todos . Finalmente no podía quedar como un cobarde ante todos y mucho menos darle la razón a Max en que tengo miedo a mis padres , << Nada malo puede pasar>> . Al menos eso pensé  . No estoy seguro  de por qué decidí quedarme . Pero mi reputación estaba en juego . Max y sus amigos me llevan junto a un grupo de chicas muy bonitas y tratan de hacerme parte de la fiesta .

En realidad no es malo el ambiente aunque si muy distinto a lo que acostumbro vivir durante los servicios en la iglesia, no hay un grupo de cantoras ni una banda de músicos , más bien un ambiente de euforia . La gente parece ser más libre , sin censuras.  De fondo se escucha una melodía muy alegre y se observan bailes un poco desenfrenados  
– ¿ Qué te parecen , Sam ?
Escucho a  Max  preguntar con su voz potente a la vez que abraza a una de las chicas con las que me había llevado anteriormente.
<< ¿ Sam ? >>
Pensé , era la primera vez que él me decía así . Fantaseo por un instante con la idea de encajar en el grupo.

Lo que hasta ese momento me había parecido un total repudio hacia los chicos del salón y sus prácticas en este instante se me hacen poco menos que ansias por ser aceptado.  Por qué ser el raro del salón cuando puedes ser parte de ellos sin que eso afecte tu identidad.
– ¡ Sam!. – escucho la voz de Max que me saca de esa ilusión momentánea.
–  Te pregunté tu opinión sobre las chicas . – dice él repitiendo la pregunta en un intento de ponerme en contexto ya que me había ido al mundo de mis pensamientos salieron por un momento de la realidad.

–Es bonita . Contesto mientas escudo mi inexperiencia tras una tímida sonrisa.
– Jajajaja . – se  escuchan carcajadas ( de los presentes en la conversación).
– ¿Bonitas ? . Jajajaja . Querrás decir deliciosas . – dice uno de los amigos de Max refiriéndose a las muchachas como si se tratara de objetos .
Cierro los puños y respiro profundo. No me gusta para nada la manera en la que Max y los suyos se refieren a las chicas . Aunque quiero dejar de ser el "raro" de la clase  definitivamente no estoy dispuesto a ser un patán con las mujeres.