Capítulo seis: Vainilla

12 0 0
                                    

16/ Diciembre/ 2019    10:00 am

Hoy me levante relativamente temprano  comparado a otros días, no tengo ganas de nada ni motivación para hacer algo, siento como que algo me falta y es justamente lo que pasa.

Ya pasaron dos semanas desde la desaparición de Elías, mi amigo, se fue sin dejar rastro de ningún tipo y la policía no a encontrado mucha información sobre lo que paso ni donde pondría estar. Mi preocupación crece junto a la impotencia de no poder hacer nada, no puedo creer que esto este pasando, no, no ahora, no cuando todo estaba bien. Anna tampoco lo a llevado muy bien pero ambas nos apoyamos entre si y creo que al final solo nos tenemos la una a la otra. 

El día de hoy la policía quiso que testificara por segunda vez esta semana entonces tenia que cambiarme e ir pero, no tengo muchas ganas de salir pero espero ayudar en algo, me levante de la cama admirando mi desorden y a la vez pensando que el poco progreso que tuve lo perdí.

Me vestí rápido y limpiando el maquillaje corrido de tanto llorar la noche anterior, antes de salir de mi cuarto vi mi celular esperando por un segundo que el me conteste los mensajes que le mando a diario diciéndole que lo extraño o mis audios contándole mi día, solo quiero saber que esta bien y porque se fue. Intentando aguantar mis ganas de llorar salí de mi casa y tome un autobús hasta allá, mientras llegaba a mi destino escuchaba mi música favorita intentando distraerme un poco hasta que llegue a la estación, me baje del bus y llegue con un oficial de policía que me guio a donde ir y que hacer.

De ahí no paso mucho más que contarles lo que paso la ultima noche que lo vi, mientras contaba la historia una gran cantidad de sentimientos se revolvían en mi interior, un nudo en la garganta que se hacia más grande conforme continuaba. Termine de decir lo que sabia para después largarme de ese lugar pero esta vez caminando, atravesando el parque, pasando por las bancas donde nos sentamos esa noche, noche en la cual me confeso sus sentimientos y no podía dejar de pensar que su desaparición era mi culpa aunque Anna dijera lo contrario, me seguía sintiendo culpable. Me senté en las bancas y mire de nuevo mi celular para ver si había algo nuevo de su parte pero no, nada, no había nada. Revisando conversaciones anteriores, encontré algunas fotos juntos, al verlas no pude evitar sonreír para después romper en llanto queriendo regresar el tiempo atrás. mis lagrimas cubrieron mis ojos hasta ver borroso y mi mente se hundió en si misma sintiéndome completamente impotente y lamentando todo  pesar que no siento lo mismo que el, el a sido un ángel para mi.

Interrumpiendo todo, recibí una llamada de un numero desconocido, decidí contestar.

-¿Hola?- dije respondiendo a la llamada.

-¿Mila? Soy yo, Leo- 

-¿Leo?- dije confundida un poco por saber como obtuvo mi numero  algo aturdida por interrumpir mi llanto.  

-Me entere de todo lo que esta pasando y supuse que la estas pasando mal, me peguntaba si ¿Quieres ir a comer algo? No te preocupes yo invito - me dijo con un tono algo raro pero angustiado.

-Umm ¡Claro!- Le respondí emocionada, era la oportunidad perfecta para distraerme y no negare que ir a comer con Leo suena genial.

-Bien Mila, paso por ti a tu casa a las 3- dijo para después despedirnos y colgar.

Me dirigí a mi casa y como cosa rara, Anna estaba ahí, le conté todo lo que había pasado en lo poco que llevaba el día. Me emocionaba salir con Leo, se que no es una cita pero me gusta fingir que si.

-Oh por dios Mila, tu  primera cita- me dijo Anna con una cara de sorpresa, parecía más emocionada que yo la verdad.

-No es una cita, ojalá lo fuera- respondí con un fuerte suspiro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora