🌹Pequeños Relatos🌹

Una Bonita Amistad Trágica

En una preciosa noche, dos pequeños niños se conocieron bajo el precioso cielo estrellado. Uno de ellos era una cría de conejo de lo más adorable con su suave pelaje blanquecino, acompañado de unos lindos ojillos rojos como dos rubíes. El otro chiquillo era un lobito muy energético y alegre, con un hermoso pelaje blanco-grisáceo.

Estos dos jóvenes se conocieron en un bonito claro, en medio del extenso bosque donde vivían. Después de su primer encuentro, que tuvieron en un cálido día de primavera, los dos muchachos hicieron muy rápidamente amigos.

Con el paso de las estaciones calidas y frias. El conejito y el lobezno fueron creciendo hasta lo que son hoy en día, dos jóvenes adolescentes en su mejor esplendor.

Un bonito día, el lobezno tuvo que presentar a su buen amigo conejito a sus otros amigos lobos. Ese día, el conejito iba muy contento y bastante nervioso, porque no sabía si los amigos del lobezno lo aceptarían. Por otra parte, el lobezno estaba muy contento, porque estaba seguro de que todo el mundo se caería muy bien.

Una vez en el claro, donde ambos se encontraron por primera vez y crecieron. No sabían, que también sería el sitio del comienzo de la desgracia. El claro, que presenció el nacimiento de la bonita amistad también presenciará el final de ésta.

Los amigos del lobezno parecían muy simpáticos y comprensivos de su amistad. Porque un conejito normalmente era una presa que cazaban para alimentarse, en lugar de cuidarlo o hacerse amigos. Pero ninguno de los dos sabía, que los amigos del lobezno también tenían otros pensamientos después de ver el delicioso conejito.

El tiempo fue pasando y todo parecía que iba muy bien. Cuando llegó el otoño, los animales del bosque comenzaban a almacenar la comida y prepararían para hibernar. El conejito también se estaba preparando para hibernar, por eso no podía pasar tanto tiempo con el lobezno y sus amigos.

Un día en concreto del otoño antes de que llegara el invierno, el conejito se reunió con el lobezno en el claro.

- ¡Ay lobezno, pronto llegará el invierno y ya no podremos reunirnos. - dijo el conejito muy desilusionado.

- No te preocupes conejito, que cuando llegue la primavera volveremos a reunirnos. Además, no sería la primera vez que nos ocurre. - responde el lobezno con un tono reconfortante.

- Sí, eso lo sé, pero me preocupa, que esta vez cuando me despierte de mi largo sueño no estés. -dijo preocupaba el conejito, que desde hacia tiempo tenia un mal augurio surgiendo en su pecho.

- De eso no te preocupes, ya no soy tan indefenso como cuando era un cachorro. Ahora ya soy casi un adulto y no me va a pasar nada. - tranquilizó el lobezno al conejito.

Con esto ambos se despidieron y cada uno se marchó, con la esperanza de volver a un verso en la cálida primavera. Pero el conejito tenia una terrible premonicion, que algo muy malo estaba a punto de ocurrir. Y no se equivocaba, el invierno de ese año fue un infierno helado. El tiempo era catastrófico, nevaba un montón, el frío era congelante y apenas había comida para alimentarse. Aquel invierno murió un montón de animales, muchas de esas familias estaban destrozadas y los supervivientes estaban desesperados.

Pero, en cambio, también había animales y familias con mejor suerte, las que se pusieron a hibernar y las que guardaron suficiente comida para no salir de casa. El conejito estaba entre los afortunados, porque él en invierno se ponía a invernar y se salvó de la catástrofe, en cambio, el lobezno tuvo mucha mala suerte. La comida escaseaba y no llegaba para toda la manada. Sin suficiente comida muchos murieron, otros sobrevivieron, pero no tenían suficiente fuerza para salir a cazar.

El lobezno estaba desesperado sin saber qué hacer, la manada necesitaba comida. Y en el territorio donde vivieron ya no quedaron presas, si siguen así no sobrevivirían el invierno. Tuvieron que buscar en las regiones de los demás. Comida puede encontrar, pero también se encontró con la furia de los gobernantes de esos lugares.