𝚄 𝙽 𝙾

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─ Me gusta, lo quiero. ─JungKook estaba frente al estudio de fotografía del pueblo.

Choi Seo-joon a su lado sacó la carpeta de contrato para la compra del establecimiento.

─ ¿Cuánto va a ofrecer por el local?─  Pregunta para anotarlo en la línea en blanco y en el cheque.

─ ¿De que estás hablando?

─  ¿Cuánto vas a ofrecer por el local? ─ Reitera la pregunta.

─ No estoy hablando del local... Hablo del dueño. ─JungKook señala con su mano hacia los adentros.

A través de los ventanales se puede ver al fotógrafo y dueño del estudio, Park JiMin, limpiando su local.

Seo-joon bajó su libreta y respiró hondo para no perder la paciencia con su jefe e intimo amigo. Sabía sobre los caprichos que JungKook lograba tener, sin importarle absolutamente nada, aún así, nunca le había interesado un ser humano.

─ ¿Te gusta un hombre?

─ Es hermoso, lo quiero ─Alza su dedo índice hacia su asistente.─  Su nombre, dímelo.

─ Park JiMin, el único fotógrafo del pueblo, ¿Qué no lo sabías?.

─ No me intereso en gente pobre ─ Pasa su mano por su cabello castaño─ Sin embargo, él hace la diferencia.

─ ¿A dónde vas?.

─ A tomar lo que es mío.

─ Espera, ¿Qué? ¡Jeon JungKook, él es un ser humano, no una cosa! -Seo-joon pierde todo tipo de respeto cuando agarró a JungKook de los hombros y lo alejó de la puerta ─ ¿Que parte de ser humano no has entendido?

JungKook voltea detrás de Seo-joon y ve al pequeño fotógrafo ir de un lado a otro acomodando sus cámaras

─ Solo le mejoraré la vida. Voy por él. ─ Dice decidido queriendo volver a entrar siendo tomado con más fuerza por Seo-joon.

─ ¿Estás loco? ¡Te pueden demandar por acosador! ¡Parecerás homosexual ante la gente del pueblo!

─ ¿Y hay algún problema con eso? ─ Alza una de sus cejas.

─ ¡Que puedes terminar en la cárcel!

─ ¿Y que más me da? Yo quiero a ese hombre, nada me lo va a impedir. Ahora quítate o te despido.─ Advirtió con seriedad usando su voz grave para sonar más enserio. Seo-joon se hace a un lado forzosamente, apretando sus puños y evitando llamar estúpido a su amigo y jefe. JungKook solo acomodó su saco y entró al local.

JiMin volteó tan rápido como escuchó la campanilla que sonaba cuando la puerta era abierta. La forma de avisar que había llegado un cliente.

─ Buenas tardes, creo que no leyó el letrero de afuera pero estamos cerrados de 2 a 3 de la tarde. ─Habló amablemente el fotógrafo.

JungKook suspiró para después sonreír y llevar su mano a su barbilla para cubrir con sus dedos la reciente sonrisa mientras inspeccionaba al fotógrafo.

─ ¿Señor? ─ JiMin frunció su ceño ante el extraño comportamiento de JungKook.

─ Demasiado hermoso.─ Termina por decir el castaño.

─ ¿Qué?

─ Hagamos esto, tomas tus cosas importantes, dejas las demás en tu cuchitril y me encargo de comprarte algo del nivel de tu belleza.

─ ¿Está ebrio? ─ Ladeó su cabeza.

─ Realmente me quedé sorprendido que en un lugar como este existiera alguien tan bello como tú.

Arrogante| KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora